Las Tres Mil maravillas
Hace unos d¨ªas estuve en las Tres Mil Viviendas de Sevilla visitando a un amigo salesiano que vive all¨ª. Hac¨ªa a?os que no iba a esa barriada a la que dedic¨® parte de su vida el tambi¨¦n salesiano Gabriel Ramos (q. e. p. d.), sorprendi¨¦ndome sobremanera lo que all¨ª vi.
Vi fuentes de agua y jardines con flores, vi centros de ocio infantil, vi clubes sociales llenos de j¨®venes, adultos y tercera edad, vi una delegaci¨®n de Asuntos Sociales, vi un hotel para congresos sobre marginaci¨®n, vi varias cajas de ahorros confederadas, vi una estafeta de correos modern¨ªsima, vi una oficina de consumidores y usuarios, vi una central de polic¨ªa de barrio, vi un polideportivo con piscina climatizada, vi campos de tenis y hasta de minigolf, vi varias paradas de taxis, vi un bus de tour tur¨ªstico de extrarradios perif¨¦ricos, vi 10 l¨ªneas de autobuses interurbanos y vi tantos medios para ser buenos y felices que pregunt¨¦ qui¨¦n hizo el milagro. Respondi¨¦ndome que fue gracias a 'dos visitantes ilustres', el fiscal general de la Audiencia Provincial de Sevilla y el Defensor del Pueblo Andaluz denunciando, en funci¨®n de sus cargos honorables, la falta de infraestructura c¨ªvica en las Tres Mil, acusando de ello a pol¨ªticos, presidentes, alcaldes, consejeros, delegados y otros responsables de Andaluc¨ªa y Sevilla por dejaci¨®n de funciones p¨²blicas durante 15 a?os, abandono institucional y permisividad lesiva, as¨ª consiguieron una transformaci¨®n urbana.
Tambi¨¦n vi 'tres mil maravillas' de seres humanos que necesitan ayuda para vivir con dignidad, invitando con esta carta a Gaspar Zarr¨ªas a que realice un documental de todo lo que vi y lo emita por Canal Sur antes de las elecciones. Lo malo es, se?or Zarr¨ªas, que en las Tres Mil la gente no se censa, no existen para la Administraci¨®n auton¨®mica, es un barrio tan fantasma como la visi¨®n de mi carta, pero los fantasmas asustan.
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