Huelga general en Italia contra la pol¨ªtica laboral del Gobierno de Berlusconi
La huelga general tuvo un seguimiento masivo en la industria y en la Administraci¨®n p¨²blica
F¨¢bricas desiertas, puertos, estaciones y aeropuertos casi fantasmales, sucursales bancarias cerradas, escuelas vac¨ªas y ausencia casi total de diarios y de informativos en televisi¨®n. ?ste fue el panorama que ofreci¨® Italia ayer, durante la huelga general de ocho horas convocada por los sindicatos en defensa del derecho de los trabajadores a ser readmitidos en caso de despido improcedente. El ¨¦xito del paro fue incuestionable en las grandes empresas y en la Administraci¨®n p¨²blica, con una participaci¨®n de 13 millones de trabajadores, seg¨²n los sindicatos, pero el peque?o comercio no se sum¨® a la huelga.
El pulso de la protesta contra las diferentes leyes que pretende aprobar el Gobierno de Silvio Berlusconi en materia laboral, fiscal y de seguridad social, entre otras, se pudo tomar en las calles de las 21 principales ciudades del pa¨ªs. Centenares de miles de trabajadores (dos millones, seg¨²n los sindicatos) participaron en manifestaciones que se desarrollaron sin incidentes, en la mayor¨ªa de los casos. S¨®lo en Tur¨ªn, grupos incontrolados aprovecharon las marchas sindicales para atacar una sede del partido de Il Cavaliere, Forza Italia, y un cuartel de carabineros.
La reacci¨®n del Gobierno a la primera huelga en 20 a?os que se desarrolla en Italia fue cauta. 'Ahora hay que regresar a la mesa de negociaci¨®n', dijo el primer ministro, Silvio Berlusconi. 'Pero para dialogar se necesitan dos, y yo espero que se a?adan incluso m¨¢s'. Il Cavaliere subray¨®, no obstante, la determinaci¨®n del Gobierno de seguir adelante con las reformas. Francesco Rutelli, l¨ªder de la Margarita, el grupo centrista del Olivo, acus¨® a Berlusconi de 'estar dividiendo al pa¨ªs' con su pol¨ªtica.
La ausencia de tr¨¢fico favoreci¨® el desarrollo de las manifestaciones que recorrieron las principales ciudades de Italia. En Roma hubo cuatro marchas diferentes, y en una de ellas, organizada por la CGIL, particip¨® el cineasta Roberto Benigni. Pero el centro de la protesta sindical se desplaz¨® a Florencia, donde unas 400.000 personas, seg¨²n los organizadores, recorrieron la ciudad portando banderas del sindicato CGIL y pancartas alusivas a la defensa del art¨ªculo 18 del Estatuto de los Trabajadores. La manifestaci¨®n concluy¨® con un mitin del secretario general de la CGIL, Sergio Cofferati, en el que defendi¨® el car¨¢cter estrictamente sindical de la protesta. '?Qu¨¦ puede haber m¨¢s sindicalista que la defensa de los derechos de los trabajadores y de las pensiones?', se pregunt¨® Cofferati, que critic¨® al Gobierno acus¨¢ndole de ser incapaz de hacer frente al bajo crecimiento econ¨®mico.
Florencia fue, adem¨¢s, una de las ciudades en las que la huelga general se ajust¨® m¨¢s a la fisonom¨ªa que se atribuye a un paro de estas caracter¨ªsticas. Bares, tiendas y museos, incluido el museo de los Uffizi, permanecieron cerrados durante las ocho horas que dur¨® el paro, y hasta los taxis se atuvieron exclusivamente a los servicios m¨ªnimos. La gran industria del norte y noroeste de Italia hizo honor tambi¨¦n a la tradici¨®n de las luchas obreras del pasado y los establecimientos de la Fiat, Pirelli, Iveco, Electrolux Zanussi e Italcementi, pararon al 90%. Fuentes sindicales atribuyeron tambi¨¦n un m¨¢ximo de seguimiento a la huelga en el sector del transporte, desde el metropolitano hasta los ferrocarriles y aviones. Alitalia se vio obligada a cancelar centenares de vuelos nacionales e internacionales, y el flujo de ferries que une las islas con la pen¨ªnsula qued¨® reducido a menos de la mitad. El puerto de G¨¦nova qued¨® pr¨¢cticamente paralizado.
La adhesi¨®n al paro fue pr¨¢cticamente total en los medios de comunicaci¨®n. La mayor parte de los diarios italianos no se imprimieron ayer, incluido Il Sole 24 Ore, propiedad de la patronal italiana, y no se renovaron los diarios on line. La televisi¨®n p¨²blica se limit¨® a ofrecer escuetos informativos sin im¨¢genes, e incluso Canale 5, propiedad de Berlusconi, se atuvo al paro. En escuelas y oficinas s¨®lo trabajaron los empleados que decidieron hacerlo a t¨ªtulo personal, pero en las calles del centro de Roma no hab¨ªa comercios con los cierres echados.
El sindicato socialista UIL anunci¨® en una nota que el n¨²mero de huelguistas alcanz¨® los 13 millones de trabajadores. Una cifra considerada excesivamente ambiciosa por fuentes pr¨®ximas al Ejecutivo, porque la poblaci¨®n activa italiana es de 21 millones de personas, de las cuales s¨®lo 14 son trabajadores dependientes. Seg¨²n los datos ofrecidos por los t¨¦cnicos que miden el consumo el¨¦ctrico, ayer se registr¨® una disminuci¨®n del consumo de un 20%, comparado con una jornada laboral normal, pero el consumo fue en todo caso superior al de un domingo.
Lo cierto, en cualquier caso, es que la huelga ha fortalecido la posici¨®n de los tres grandes sindicatos en su batalla contra la modificaci¨®n del art¨ªculo 18, s¨ªmbolo de la reforma que prepara el Gobierno, hasta el punto de que al paro se sumaron incluso dos sindicatos de derechas.
El pol¨¦mico art¨ªculo 18
El Gobierno italiano de centro-derecha aprob¨® en noviembre un proyecto de ley para reformar el mercado de trabajo, que actualmente se encuentra en el principio de su tr¨¢mite parlamentario.
Cuando la ley sea aprobada, el Ejecutivo podr¨¢, entre otras cosas, limitar las garant¨ªas que ofrece a los trabajadores el art¨ªculo 18 del Estatuto de los Trabajadores. Dicho art¨ªculo obliga a la readmisi¨®n de un trabajador despedido de forma improcedente.
Con la nueva ley, el Gobierno limitar¨¢ los efectos de ese art¨ªculo -es decir, se podr¨¢ despedir con una indemnizaci¨®n y sin obligaci¨®n de readmitir al trabajador- en tres casos: cuando la empresa que lo emplea pasa a tener m¨¢s de quince dependientes; cuando el trabajador pasa de un contrato temporal a uno indefinido y, en el caso del sur de Italia, cuando se pasa de la econom¨ªa sumergida a la legalidad fiscal.
La modificaci¨®n se plantea de forma experimental por un periodo de cuatro a?os. El procedimiento es largo y complejo y deber¨ªa desarrollarse paralelamente a las negociaciones con los agentes sociales. Sin embargo, los sindicatos abandonaron la mesa negociadora poco despu¨¦s del asesinato del asesor del Ministerio de Trabajo, Marco Biagi, el 19 de marzo pasado. La intenci¨®n del Ejecutivo, tras la huelga general, es convocar a todas las partes a la mesa negociadora, pero el pulso se mantiene en torno al art¨ªculo 18.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.