Iv¨¢n, el nuevo h¨¦roe de Rusia
Una pel¨ªcula que estigmatiza a los chechenos causa furor entre los rusos
'Fue un soldado en la guerra de Chechenia. En el cautiverio se convirti¨® en un esclavo. Al liberarlo, le advirtieron: 'No vuelvas m¨¢s por aqu¨ª'. Pero ¨¦l regres¨®'. ?ste es el eslogan con el que seduce al p¨²blico la pel¨ªcula Voin¨¢ (La guerra). Este rotundo ¨¦xito del director Alex¨¦i Balab¨¢nov impresiona y gusta a los espectadores e inquieta a los intelectuales, por cuanto supone una nueva justificaci¨®n ideol¨®gica de una guerra no concluida que los responsables pol¨ªticos del pa¨ªs se resisten a calificar de tal.
Al poco de sentarse en su butaca, el espectador puede contemplar en dos ocasiones (la primera, en plano general, y la repetici¨®n, en un primer plano) c¨®mo una banda de chechenos deg¨¹ella a dos rusos, mientras uno de ellos grita: 'No me mates, que tengo madre'. Por si la escena no fuera expl¨ªcita, el cuerpo sin cabeza de uno de los degollados se retuerce como una gallina reci¨¦n sacrificada. Y por si no bastara con esto y con la canci¨®n de fondo en la que se habla de tomar Jerusal¨¦n, tambi¨¦n puede verse c¨®mo los chechenos le cortan una mano a un ciudadano de origen jud¨ªo y c¨®mo son maltratados un grupo de cautivos, entre los que figura un capit¨¢n ruso inmovilizado por una herida, dos s¨²bditos brit¨¢nicos secuestrados (John y su novia) y el h¨¦roe, el soldado Iv¨¢n Yermakov.
La imagen de los rusos es favorecedora, mientras los chechenos aparecen como b¨¢rbaros
Iv¨¢n, prototipo del joven ruso corriente, es interpretado por Alex¨¦i Ch¨¢dov (camarero en la vida real) y, por supuesto, es el hombre que, una vez liberado y licenciado del Ej¨¦rcito, est¨¢ dispuesto a jugarse el tipo por motivos altruistas y regresar a Chechenia en compa?¨ªa de John para rescatar a la novia de ¨¦ste y, de paso, liberar al capit¨¢n. Los chechenos mantienen a ambos en una fosa como objetos de canje o rescate.
Iv¨¢n y los rusos no est¨¢n idealizados en un sentido caricaturesco, pero s¨ª son presentados de una forma mucho m¨¢s favorecedora que los chechenos, que aparecen como seres b¨¢rbaros, y los occidentales, que invocando los derechos humanos piensan en realidad en su beneficio o en su comodidad. Aunque John paga a Iv¨¢n por su ayuda, la cantidad que ¨¦ste recibe (y que generosamente reparte despu¨¦s) es muy inferior a la que el brit¨¢nico cobrar¨¢ por comercializar la odisea en un documental y en un libro (en el que tratar¨¢ a Iv¨¢n de asesino).
La pel¨ªcula tiene todos los ingredientes para mantener al espectador en tensi¨®n: emboscadas, explosiones, combates, una liberaci¨®n espectacular y una huida por las monta?as del C¨¢ucaso que culmina en una brillante persecuci¨®n: los chechenos siguen en un autob¨²s a los fugitivos que se deslizan por un r¨ªo en una fr¨¢gil embarcaci¨®n. En el momento oportuno aparecen los helic¨®pteros de las tropas federales rusas que, a modo del S¨¦ptimo de Caballer¨ªa en los western, salvan a los protagonistas cuando el espectador ya espera un desenlace fatal. El p¨²blico aplaude.
La cinta es sutil y recrea situaciones y di¨¢logos que se dan en la vida real. El director asegura una y otra vez que en su pel¨ªcula no hay ninguna ideolog¨ªa y que ¨¦l no es culpable de que el p¨²blico se identifique con los personajes, aunque ¨¦stos no sean h¨¦roes. El p¨²blico, de identificarse con alguien, se identifica con los rusos, porque ser¨ªa muy dif¨ªcil hacerlo con los chechenos, presentados como seres crueles, primitivos y oportunistas, que abren negocios en Mosc¨² mientras se declaran dispuestos a limpiar el norte del C¨¢ucaso de rusos.
Iv¨¢n admira profundamente al capit¨¢n por su coraje y patriotismo. El capit¨¢n tiene familia, una ni?a rubia encantadora que en una ciudad de provincias rusa exclama: 'Mi padre es un h¨¦roe. Defiende el pa¨ªs de los bandidos'.
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