Una mujer entre tres siglos
Adoraci¨®n M¨¦ndez cumple en Elche 107 a?os con lo que se convierte en la mujer m¨¢s vieja de la Comunidad
Adoraci¨®n M¨¦ndez llega al despacho del Centro de la Tercera Edad de Elche acompa?ada de una enfermera que empuja la silla de ruedas. Los ojos se le cierran, ha sido una ma?ana intensa, con las celebraciones de su 107 cumplea?os. Pero muy pronto se despeja y comienza a hablar. Adoraci¨®n M¨¦ndez, la mujer m¨¢s vieja de la Comunidad Valenciana, mantiene un estado de salud envidiable y no hay cosa que le guste m¨¢s que platicar.
Adoraci¨®n naci¨® en Guadahortuna (Granada) en 1895, por lo que su vida ha transcurrido a lo largo de tres siglos. 107 a?os dan para mucho, pero esta entra?able anciana no ha hecho nada fuera de lo com¨²n. Ha pasado toda su vida en el pueblo, trabajando en el campo, y s¨®lo hace cuatro a?os lleg¨® a tierras valencianas, con la muerte de cinco de sus siete hijos, los que se hab¨ªan quedado en Andaluc¨ªa. Los otros dos, una mujer y un hombre, se instalaron en Elche en los a?os setenta, en busca del trabajo en la industria, como tantos inmigrantes. Adoraci¨®n es la cabeza de una familia muy amplia, formada por sus dos hijos vivos, sus 23 nietos, 42 biznietos y 12 tataranietos.
En 2001 fue internada en el geri¨¢trico ilicitano, ten¨ªa ya 105 a?os, por lo que se prepar¨® un recibimiento especial. Pero los encargados del centro se mostraron sorprendidos con el excelente estado de la anciana. 'Adoraci¨®n est¨¢ estupendamente, muy despabilada y no para de hablar', explica Paquita, una de las enfermeras. La anciana no puede andar, padece cataratas y algo de sordera, pero se expresa fluidamente y no tiene s¨ªntomas de las enfermedades que atacan a las personas de avanzada edad, como parkinson o alzheimer. Ante tal longevidad surge el tema de la comida. Adoraci¨®n no revelar¨¢ ninguna dieta milagrosa. Ha comido siempre de todo y actualmente sigue el mismo men¨² que el resto de internos.
Adoraci¨®n se declara roja, 'socialista de Felipillo', como ella dice en referencia al ex presidente del Gobierno Felipe Gonz¨¢lez, al que adora. 'La vida era muy dura y el trabajo, una esclavitud', explica , 'pero con Felipe llegaron las pensiones'. La anciana se inclina hacia la Paquita y le pregunta algo. '?C¨®mo ¨ªbamos a estar 137 personas aqu¨ª si no fuera por ¨¦l?', sentencia.
Respecto a la dictadura, mantiene que Francisco Franco 'dej¨® Espa?a perdida y Gonz¨¢lez la arregl¨®... la gente de los pueblos lo sabemos'. Sin embargo, en cuestiones pol¨ªticas Adoraci¨®n es una mujer tolerante. 'No me alegr¨¦ por su muerte, que sea roja no quiere decir que no tenga conciencia', afirma. De todas formas recrimina a Franco el hecho de que no abandonara el poder, 'vaya man¨ªa agarrarse al cargo', y marca como pol¨ªtico ejemplar a Juan Negr¨ªn, presidente del ¨²ltimo gobierno de la Segunda Rep¨²blica por el PSOE.
Eso s¨ª, desde el fin de la dictadura no ha faltado nunca a su cita con las urnas. Durante la Segunda Rep¨²blica, entre los a?os 1936 y 1939 tambi¨¦n pudo ejercer su derecho a voto, dado que el Gobierno permiti¨® el voto femenino, pero no lo hizo, a pesar del caciquismo reinante. D¨ªas antes de los comicios 'tres ricos vinieron a mi casa a pedir el voto para la derecha', cuenta, 'y yo les dije que se marcharan, que mi marido estaba enfermo y ninguno de los dos iba a votar'.
Adoraci¨®n traza una l¨ªnea imaginaria entre ricos y pobres, y todos sus recuerdos y an¨¦cdotas est¨¢n segmentados por dicho criterio. Por ejemplo, relata que al estallar la Guerra Civil 'los ricos del pueblo tomaron el Ayuntamiento y subieron al balc¨®n, desde donde comenzaron a destrozarlo. Pero los pobres llamaron a los mineros', que acudieron a la localidad y liberaron el Consistorio. De vuelta a la actualidad, Adoraci¨®n se prepara para las celebraciones por su cumplea?os el pr¨®ximo s¨¢bado, ya que las de ayer, con la visita de la directora general de Bienestar Social, Esther Franco, fueron s¨®lo las oficiales. Ser¨¢, sin duda, otra ma?ana de ensue?o para la anciana, ya que disfruta al ser el centro de atenci¨®n y poder hablar con todos los que la rodean.
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