'Gran V¨ªa' de peaje
Con todo el bombo propio de las grandes ocasiones, se nos ha anunciado la construcci¨®n, en el plazo de unos pocos a?os, de una nueva gran obra de ingenier¨ªa que han bautizado como Supersur, y que servir¨¢ para descongestionar la ya saturada autopista A-8 a su paso por la capital vizca¨ªna. Algo similar se anunciaba hace unos meses, cuando se present¨® el proyecto de construir un nuevo cintur¨®n de San Sebasti¨¢n -tambi¨¦n por el sur, pues al norte s¨®lo tenemos mar- con el que aliviar el tr¨¢fico en la conocida como variante donostiarra. Y, como cada vez que se nos anuncia la construcci¨®n de una nueva autopista o autov¨ªa, sale de nuevo a relucir la discusi¨®n sobre el peaje de la A-8.
En otros tiempos, esta autopista era considerada por los donostiarras como la v¨ªa de acceso a la zona industrial de la ciudad, y por los bilbainos como la calle que les acercaba a su zona residencial y de esparcimiento, si bien estas cosas eran propias de las ¨¦pocas anteriores al Guggenheim y a la remodelaci¨®n urbana sufrida por la capital vizca¨ªna. Pero m¨¢s all¨¢ de las chanzas, la A-8 ha acabado siendo como nuestra Gran V¨ªa interprovincial, caracter¨ªstica que no ha perdido pese a los importantes flujos creados hacia Vitoria, desde que ¨¦sta abandon¨® su leyenda de ciudad de curas y militares para transformarse en la moderna y flamante capital de Euskadi, acogiendo diariamente un rosario de funcionarios que llegan y vuelven a marchar desde todos los puntos del pa¨ªs.
Con el peaje de la A-8 los residentes en algunas comarcas pagar¨¢n a las arcas p¨²blicas bastante m¨¢s que otros
El caso es que, una vez transcurridos treinta a?os desde la inauguraci¨®n del ¨²ltimo tramo de la A-8 y cuando, a punto de finalizar la concesi¨®n a la empresa que la explota, muchos esperaban jubilosamente el comienzo de una nueva era sin peajes, ahora se nos anuncia que va a mantenerse un canon que, aunque rebajar¨¢ el precio por su uso, seguir¨¢ haciendo que nuestra Gran V¨ªa sea de pago.
Malas noticias para los sufridos contribuyentes que llevan treinta a?os apoquinando y que, de no remediarlo alguien, tendr¨¢n que seguir haci¨¦ndolo. Por ejemplo, un ciudadano de Durango que trabaja en Bilbao, o uno de Zumaia que curra en Donosti, habr¨¢ desembolsado a lo largo de su vida laboral la respetable cifra de 4 millones de pesetas -de las de hoy- por circular por nuestra Gran V¨ªa. Y ahora le dicen que debe seguir pagando para financiar las nuevas autopistas. Cuando protesta por lo que considera una injusticia le contestan que no, que se trata de un malentendido, y que en realidad le van a seguir cobrando s¨®lo para sufragar los gastos de mantenimiento de la v¨ªa que utiliza. Y cuando, m¨¢s cabreado a¨²n, sigue protestando, le espetan que no le han explicado bien las cosas y que el canon s¨®lo tendr¨¢ como misi¨®n regular el tr¨¢fico y evitar que la autopista se sature. Finalmente, aturdido y perplejo, escucha de labios del diputado vizca¨ªno de Obras P¨²blicas la explicaci¨®n definitiva: 'Cuando se pone un canon en una autopista, es para siempre'.
Al ciudadano, que paga religiosamente sus impuestos, se le queda cara de tonto mientras piensa en la suerte de los que viven en Castro Urdiales o en Pamplona y no tienen que pagar nada por llegar a trabajar a Bilbao o a Donosti por autopista. ?Ser¨¢ que ellos no deben contribuir a las nuevas obras? ?Ser¨¢ tal vez que esas autopistas no tienen costes de mantenimiento? ?O acaso ocurrir¨¢ que en ellas no hay que regular los tr¨¢ficos? El pobre ciudadano opta por no seguir preguntando y, resignado, comienza a hacer cuentas sobre la pasta que tendr¨¢ que aflojar en los pr¨®ximos a?os.
El caso es que nuestra Gran V¨ªa seguir¨¢ siendo de pago porque as¨ª lo acordar¨¢n nuestras diputaciones, que contar¨¢n para ello con la aprobaci¨®n de las Juntas Generales. As¨ª las cosas, los ciudadanos de algunas comarcas del Pa¨ªs Vasco contribuir¨¢n anualmente a las arcas p¨²blicas con bastantes miles de pesetas m¨¢s que otros, por utilizar servicios similares. Y, lo que es peor, se encontrar¨¢n sin que los junteros de su zona les defiendan, pues estas cosas las deciden las c¨²pulas de los partidos y a las Juntas se acude para votar y cobrar.
Visto lo visto, ser¨ªa m¨¢s pr¨¢ctico que para las pr¨®ximas elecciones forales se supriman las actuales circunscripciones comarcales y se adopte una ¨²nica por provincia, con menos representantes. As¨ª podr¨ªamos los ciudadanos ahorrarnos un dinerillo con el que contribuir a sufragar las nuevas autopistas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.