Israelíes y palestinos negocian contra reloj un acuerdo para levantar el asedio en Belén
El alcalde de la ciudad advierte de que 'o hay una solución o no habrá más diálogo'
Representantes palestinos y militares israelíes trataban anoche de superar el último gran escollo que les separaba de un alto el fuego. Unas 250 personas seguían asediadas por el Ejército de Israel en la basílica de la Natividad en Belén. El alcalde de Belén, Hanan Naser, había advertido por la ma?ana de que las de ayer eran las conversaciones 'definitivas'. 'O hay un verdadero avance hacia una solución o no habrá más diálogo', recalcó. Mientras, se van conociendo detalles de las condiciones en el interior del templo cristiano durante la crisis.
'El cerco no se puede sostener ni un minuto más. Las personas que están dentro no tienen comida, y los militares que están fuera llevan demasiado tiempo en estado de alerta. La situación es muy tensa y puede desembocar en una tragedia', afirmó el jefe de los negociadores palestinos, el diputado Salah Tamari, tras salir de la primeras de las reuniones celebradas ayer. Tamari visitó el pasado sábado al líder palestino, Yasir Arafat, en sus oficinas de Ramala donde éste se encontraba rodeado por el Ejército israelí.
Arafat dio instrucciones a Tamari sobre la línea que debía llevar en las negociaciones con los israelíes. Por su parte los militares redujeron considerablemente la lista de 30 milicianos palestinos reclamados para ser juzgados o expulsados de Israel y ayer a media tarde la habían dejado entre seis y doce.
A primera hora de ayer, el líder de la organización islamista Hezbolá, Hasán Nasrallah, ofreció un intercambio de los milicianos palestinos atrincherados en la Natividad por prisioneros israelíes que permanecen en su poder. El Gobierno israelí rechazó la oferta y la calificó de propaganda. Fuentes de la Iglesia católica se mostraron muy optimistas y aseguraron que el acuerdo para terminar con el asedio está 'casi listo'.
Mientras, se van aclarando detalles sobre la situación en el interior de la Basílica durante el asedio. Las cuatro monjas franciscanas -tres italianas y una egipcia- al cargo de la cocina del convento anexo a la basílica encargaron el pasado, 29 de marzo, una gran reserva de alimentos para sus despensas.
'Algo flotaba en el ambiente, lo sentía todo el mundo, y ellas compraron así en previsión de lo que pudiera pasar', se?aló a este periódico el padre Artemio, superior de los franciscanos en Jerusalén. Cinco días después, 200 palestinos irrumpían en la basílica. Esto explica cómo las cerca de 250 personas asediadas en el interior del complejo religioso han podido aguantar tres semanas sin recibir alimentos.
A pesar de ello, han pasado hambre y han abundado los peque?os incidentes. 'Una vez los frailes se encontraron con que todo el pan recién hecho se lo habían llevado los palestinos. Otra vez sorprendieron a dos de ellos en la cocina robando algo de lo poco que quedaba. ?Cómo les iban a rega?ar si se pusieron de rodillas y dijeron que tenían hambre?'. En otra ocasión un francotirador israelí abatió a un palestino que había visto unas habas en un patio e intentaba recogerlas para comer.
Todas las reservas se agotaron hace más de una semana. Los franciscanos recurrieron al Tribunal Supremo de Israel exigiendo que se permitiera evacuar dos cadáveres, se facilitaran alimentos y se restablecieran la electricidad y el agua corriente. El pasado jueves el Tribunal autorizó a sacar los muertos de la Natividad y ordenó que les facilitaran alimentos a los 23 religiosos franciscanos -19 frailes y cuatro monjas- que permanecen en el interior, entre ellos el espa?ol José María Aguirre, natural de Tolosa (Guipuzcoa).
'La lista de lo que les han dado es de risa', se?ala el superior franciscano. Los soldados hicieron llegar al interior siete pepinillos, siete patatas, siete cebolletas, tres tomates, un kilo de pasta, un kilo de arroz, dos latas peque?as de carne, dos de guisantes y dos paquetes de un dulce semejante al turrón. 'Naturalmente los frailes lo han compartido con los palestinos', a?adió. Respecto al agua, la sentencia se?ala que en el interior del recinto hay un pozo. 'Claro que lo hay, pero sin electricidad no se puede sacar el agua y además, a ver quién sale al patio'.
A pesar de la tensión, también ha habido gestos amistosos por parte de algunos soldados israelíes que participan en el asedio. Así, varios se han prestado a recargar las baterías de los teléfonos móviles con los cuales los frailes se comunican con el exterior. Además, se ha facilitado insulina para que alguno de los religiosos, enfermo de diabetes, pueda administrársela.
'Aquí terminó la presión periodística cuando se fue Colin Powell', se queja el padre Artemio por lo que considera una falta de atención de los medios ante la situación que se vive en el interior del complejo.
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