El libro 'Asesinato de un cardenal' acusa a la Iglesia de manipulaci¨®n

El asesinato del cardenal de Guadalajara, Juan Jes¨²s Posadas Ocampo, en 1993, por pistoleros de los Arellano F¨¦lix, a¨²n permanece impune, pero un pol¨¦mico libro acusa a la jerarqu¨ªa cat¨®lica de haber manipulado el crimen en beneficio propio. Desvela, asimismo, la audiencia pedida al presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) por los dos hermanos al frente del cartel, a trav¨¦s del nuncio en Ciudad de M¨¦xico, para declararse inocentes. La corrupci¨®n es uno de los hilos conductores de Asesinato de un cardenal. Ganancia de pescadores (Aguilar), de Jorge Carpizo y Juli¨¢n Andrade.

Jorge Carpizo, de 58 a?os, fue fiscal general de la Rep¨²blica con Salinas, ministro de Interior, y responsable de las primeras investigaciones del homicidio, perpetrado cuando el cardenal acudi¨® al aeropuerto de Guadalajara para recibir a monse?or Gerolano Prigione, representante de la Santa Sede. Antes de poder bajar de su auto cay¨® acribillado por un grupo de sicarios de los Arellano F¨¦lix. Los narcos juraron por la Virgen de Guadalupe, y ante el nuncio, que se hab¨ªan equivocado, que el objetivo era un competidor en el negocio del narcotr¨¢fico: Joaqu¨ªn, El Chapo, Guzm¨¢n.

Versi¨®n oficial

La versi¨®n oficial refrenda esa tesis, pero otras barajan, entre ellas la de la propia Iglesia cat¨®lica, la conspiraci¨®n como raz¨®n ¨²ltima. Carpizo y Andrade afirman que se intent¨® fabricar un complot para probar otro inexistente. El presidente Salinas y su fiscal general supieron, seg¨²n el libro, que Ram¨®n y Benjam¨ªn Arellano aguardaban en la residencia del nuncio una respuesta a su petici¨®n de audiencia. Decidieron no proceder a su captura porque la operaci¨®n policial implicaba riesgos graves, incluida la vida de monse?or Prigione y otros cl¨¦rigos del recinto diplom¨¢tico.

Asesinato de un cardenal es la obra m¨¢s completa escrita sobre un magnicidio que conmocion¨® a M¨¦xico y revela el poder de corrupci¨®n de los carteles de la droga en la Administraci¨®n del Estado. La Iglesia es blanco de los cargos, y uno de sus curas, Gerardo Monta?o, aparece como c¨®mplice de los Arellano: 'No deja de sorprendernos que dirigentes religiosos mientan, calumnien, incurran en delitos y gocen de total impunidad, incluso dentro de su corporaci¨®n religiosa', se?alan los autores. 'El caso Posadas mucho nos dice de la atm¨®sfera moral de nuestro M¨¦xico, repleto de pescadores que buscan ganancias a cualquier costo, a cualquier precio'.

Las investigaciones de Carpizo fueron contestadas por el sucesor de Posadas, el cardenal Juan Sandoval y por la Conferencia Episcopal, inclinados a creer que el Gobierno encubri¨® a los autores intelectuales del asesinato. Piden que se reabra el caso. La teor¨ªa de la conspiraci¨®n, seg¨²n varios analistas, es consustancial a los mexicanos porque durante d¨¦cadas han vivido en la opacidad, sin una aut¨¦ntica administraci¨®n de justicia.