El juez rectifica y suspende el desalojo de la mas¨ªa Can Masdeu
La fiscal¨ªa pidi¨® a la fundaci¨®n propietaria de Can Masdeu que retirara la denuncia
Primero el derecho a la vida que el de la propiedad. Con ese argumento indiscutible, el magistrado Josep Maria Miquel, titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 4 de Barcelona, anul¨® en la tarde de ayer la orden de desalojo de la mas¨ªa Can Masdeu que ¨¦l hab¨ªa acordado el pasado martes y que provoc¨® que 11 integrantes del colectivo okupa se colgaran de la fachada para evitarlo.
Seis de ellos permanec¨ªan ayer en esa situaci¨®n y para evitar males mayores el juez decidi¨® dar marcha atr¨¢s. 'Un sentido l¨®gico de proporcionalidad nos indica que es preferible ceder o sacrificar, aunque sea s¨®lo provisional y transitoriamente, la ejecuci¨®n de la justicia penal que exponer a las personas a un riesgo para su integridad f¨ªsica', asegura el juez en su resoluci¨®n.
Los j¨®venes esperan que la Fundaci¨®n Hospital de Sant Pau reconsidere su postura
En otro apartado razona que tambi¨¦n anula el desalojo porque no existen medios mec¨¢nicos para hacer bajar a los okupas sin que se corran riesgo y porque cada vez se agrava m¨¢s el estado f¨ªsico en el que se encuentran, pues llevaban m¨¢s de dos d¨ªas sin beber ni comer nada y soportando la lluvia. Expone el juez que se le plantea la disyuntiva de elegir entre el derecho a la vida de los okupas o el de la propiedad que reclama la fundaci¨®n titular del edificio. 'En la colisi¨®n de ambos derechos tiene que prevalecer, sin duda, el derecho que en una escala de valores constitucionales alcanza la cota m¨¢s alta, atribuyendo esta preeminencia al bien m¨¢s preciado, que es el de la vida', se?ala.
La situaci¨®n de los okupas, agravada desde que en la madrugada de ayer comenz¨® a llover y a hacer fr¨ªo, se volv¨ªa cada vez m¨¢s insostenible y provoc¨® por la ma?ana una oleada de reacciones de solidaridad con los j¨®venes, peticiones al Ayuntamiento de Barcelona para que ejerciera de mediador en el conflicto y protestas contra la actitud de la Fundaci¨®n Hospital de Sant Pau. Incluso la fiscal¨ªa de Barcelona solicit¨® al juez de instrucci¨®n que archivara el caso.
Finalmente, sobre las siete de la tarde, el juez comunic¨® su decisi¨®n de retirar la orden de desalojo. La noticia comenz¨® a correr en voz baja entre las personas congregadas frente a Can Masdeu. Pero quer¨ªan estar seguras y constatar que la polic¨ªa se retiraba antes de comunicar la decisi¨®n judicial a los okupas. No fue necesario. Cuando vieron que los agentes romp¨ªan el cerco policial y se dirig¨ªan hacia sus furgonetas, hubo un momento de silencio e inmediatamente estallaron los gritos y los aplausos. '?Pod¨¦is bajar!', gritaban los concentrados, que enseguida invadieron la casa para ayudar a los okupas a descolgarse.
Tras los abrazos, los j¨®venes comieron y bebieron por primera vez en casi 60 horas. Algunos de ellos solicitaron a los servicios m¨¦dicos de emergencias un reconocimiento. El diagn¨®stico: deshidrataci¨®n, agotamiento e hipotermia. La temperatura corporal de uno de ellos era de 35 grados.
Los okupas consideran que la retirada de la orden de desalojo es el primer paso para que la Fundaci¨®n Hospital de Sant Pau reconsidere su postura y retire la denuncia que present¨® en su d¨ªa. Un portavoz del colectivo okupa daba anoche por seguro que esa rectificaci¨®n se producir¨¢ y que el asunto pasar¨¢ a la justicia civil. 'As¨ª ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil el acuerdo entre las partes', asegur¨®. Mientras tanto, el Ayuntamiento de Barcelona se felicit¨® de la decisi¨®n del juez y reivindic¨®, a trav¨¦s de un portavoz, el papel de mediador que ha ejercido en este caso. 'Las partes se sentar¨¢n en muy poco tiempo a negociar', aseguraron las mismas fuentes.
Para la tarde del pr¨®ximo s¨¢bado los okupas han convocado una manifestaci¨®n en la plaza de Llucmajor de Nou Barris, y al terminarla decidir¨¢n si aceptan o no entrar en un proceso negociador con la fundaci¨®n del hospital, de la que forman parte el Obispado de Barcelona, la Generalitat y el propio Ayuntamiento.
Ayer mismo, la fundaci¨®n, que tambi¨¦n es propietaria de los terrenos que rodean Can Masdeu, rompi¨® su silencio y en un comunicado emitido a mediod¨ªa asegur¨® que el edificio nunca ha estado abandonado y que pretende reformarlo. 'Desde hace m¨¢s de dos a?os se est¨¢ trabajando en un proyecto de rehabilitaci¨®n' del inmueble para que 'pueda convertirse en un centro social, que supondr¨¢ dotar al barrio de nuevos equipamientos comunitarios', reza el comunicado, aunque no facilita m¨¢s detalles ni concreta los plazos de realizaci¨®n de las obras.
En la ma?ana de ayer, el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Casas, explic¨® que est¨¢ previsto que una parte de los terrenos que rodean Can Masdeu se conviertan en un nuevo acceso al parque de Collserola y un punto de informaci¨®n. El resto se vender¨¢ a un operador privado para que albergue un equipamiento formativo o sociosanitario.
Los okupas de Can Masdeu se mostraron indignados al conocer el comunicado de la fundaci¨®n. 'Cuando llegamos en diciembre, la casa estaba hecha polvo y tuvimos que limpiar, apuntalar y tapar goteras por todas partes. ?C¨®mo se explica que se encontrara en ese estado si estaba siendo rehabilitada?', se preguntaban.
Can Masdeu es una antigua mas¨ªa del siglo XVII situada en un torrente que lleva el mismo nombre y que tiene la peculiaridad de combinar la cl¨¢sica vegetaci¨®n de la monta?a de Collserola con especies t¨ªpicas de zonas h¨²medas. En total, el paraje ocupa 400.000 metros cuadrados de masa forestal. Durante el medio siglo que la antigua mas¨ªa ha permanecido inutilizada, su entorno ha pasado casi inadvertido, pese a estar a menos de 500 metros de la ronda de Dalt. As¨ª, el paraje ha recibido ¨²nicamente la visita de ciclistas y practicantes de footing, adem¨¢s de la de los vecinos de Canyelles en los d¨ªas festivos.
Hasta la d¨¦cada de 1950, Can Masdeu alberg¨® una leproser¨ªa que depend¨ªa del Hospital de Sant Pau. Los vecinos del barrio de Canyelles que estos d¨ªas se han acercado a mostrar su apoyo a los okupas, recordaban cuando sub¨ªan por el camino de Sant Ll¨¤tzer a comprar la verdura que se plantaba en los huertos que hab¨ªa frente al edificio. 'De estos huertos he comido cebollas y patatas', contaba ayer una vecina se?alando los terrenos. 'A ver si se quedan los okupas y podemos volver a subir', a?adi¨®.
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