La mezquita de la discordia
La cara m¨¢s oscura de la intolerancia se est¨¢ viendo estos d¨ªas en Premi¨¤ de Mar (Barcelona). Durante muchos a?os, la convivencia en este municipio, que cuenta con 27.272 personas censadas y una superficie de 1,9 kil¨®metros cuadrados, ha sido la que se puede esperar en un lugar que comparten gentes de costumbres muy distintas y, a menudo, totalmente distantes, aunque dispuestas a aceptarse mutuamente. No en vano es una de tantas localidades de la regi¨®n metropolitana de Barcelona crecidas en la d¨¦cada de 1960 con el auge de la inmigraci¨®n del sur de Espa?a. Pero, de pronto, la decisi¨®n del colectivo musulm¨¢n de construir una mezquita en un solar de su propiedad en el centro de la ciudad ha hecho estallar un brote de ira y xenofobia.
El primer obst¨¢culo ha sido que el colectivo musulm¨¢n no acepta como interlocutora a la alcaldesa de Premi¨¤ por ser una mujer
Del rechazo se ha pasado al insulto, y los vecinos han solicitado la ayuda de un ultraderechista de Vic para que coordine la protesta
Tres manifestaciones
En dos semanas se han sucedido tres manifestaciones populares contra la mezquita. De la expresi¨®n de rechazo a la mezquita se ha pasado a la del insulto racista contra los musulmanes. Y a continuaci¨®n, los vecinos han solicitado la ayuda de un ultraderechista de Vic, una localidad distante unos 70 kil¨®metros, para que coordine las protestas. Se han puesto en sus manos y le han erigido en ¨²nico portavoz.
Uno de cada 20 habitantes de Premi¨¤ ha nacido fuera de Espa?a, y la cifra de reci¨¦n llegados, sobre todo de magreb¨ªes atra¨ªdos por los trabajos en la construcci¨®n y la agricultura, crece a un fuerte ritmo. Hasta provocar que el pasado mes de noviembre la comunidad isl¨¢mica tuviera que abandonar los bajos del edificio que durante 13 a?os ha utilizado como lugar de culto. El local se hab¨ªa quedado peque?o y no cumpl¨ªa ya las normas de salubridad m¨ªnimas exigibles.
A la espera de tener construida su nueva mezquita en el centro de la poblaci¨®n, y despu¨¦s de barajar varias posibilidades con el Ayuntamiento, los musulmanes optaron por trasladarse temporalmente a las antiguas aulas de la escuela municipal Voramar. El consistorio se las cedi¨®, pero a cambio de que desistiesen de ubicar su nueva mezquita en el centro y aceptaran la cesi¨®n de un solar en un barrio del extrarradio.
Mientras negociaban arreciaron las protestas de los vecinos, con ruidosas manifestaciones contra la mezquita y la recogida de 5.500 firmas. La oferta municipal, sin embargo, tampoco convenci¨® al colectivo musulm¨¢n. Porque la alternativa, un terreno situado en un pol¨ªgono industrial, quedaba alejada y adem¨¢s contaba con la oposici¨®n de los vecinos, que han reunido otras 2.500 firmas para rechazarla.
Fracasado, pues, el intento municipal de llevar la mezquita fuera del centro de la ciudad, los musulmanes rezan al aire libre en el solar de su propiedad, en un clima enrarecido porque disponen de una licencia municipal de actividades, pero no del permiso de construcci¨®n.
'La mezquita exist¨ªa ya, pero era invisible. En el momento que se ha hecho p¨²blica es cuando han surgido los problemas', asegura la alcaldesa, Mar¨ªa Jes¨²s Fanego (PSC), que jam¨¢s pod¨ªa imaginar que se hallar¨ªa en el centro de un conflicto de este tipo. A la vista de lo que est¨¢ sucediendo en su ciudad, la alcaldesa se muestra convencida de que el problema es y ser¨¢ com¨²n para todas las poblaciones acogedoras de inmigrantes.
El portavoz del colectivo musulm¨¢n, Abdelaziz el Moude, considera que no se puede generalizar, y que, a pesar de los insultos que han recibido, el principal problema es el desconocimiento de la realidad. 'Algunos creen que el terreno nos lo han regalado y otros temen que acoger¨¢ m¨¢s cosas que oraciones. Si ellos pueden rezar los fines de semana en la iglesia que hay cien metros m¨¢s arriba del solar, ?por qu¨¦ nosotros no podemos tener una mezquita sabiendo que la ley nos protege y que hay libertad de expresi¨®n y de culto?', pregunta indignado.
Apabullado, el consistorio ha solicitado esta semana una entrevista con el S¨ªndic de Greuges (Defensor del Pueblo catal¨¢n) en vista de que han resultado infructuosos sus esfuerzos, los del Gobierno de la Generalitat y los del Consejo Isl¨¢mico de Catalu?a para convencer a los musulmanes de que instalen su mezquita fuera del n¨²cleo urbano.
Las negociaciones con los inmigrantes tampoco han sido f¨¢ciles. El primer obst¨¢culo ha sido que el colectivo musulm¨¢n no acepta como interlocutora a la alcaldesa por ser una mujer. S¨®lo quieren hablar con hombres. El principal escollo ahora, seg¨²n la alcaldesa, es la 'cabezoner¨ªa del colectivo' musulm¨¢n.
Pero esta tozudez corre paralela a la de los vecinos, que rechazan la mezquita, sea donde sea. El peligro de enfrentamiento ha hecho emerger una plataforma llamada Premi¨¤ por la Convivencia, a la que se han adherido 16 entidades de la localidad y que promueve un mayor conocimiento mutuo. Fanego espera que la integraci¨®n de la comunidad isl¨¢mica en esta plataforma 'le haga ver que hay cosas que tiene que aceptar de nuestras normas de convivencia. Lo que hace falta es mucha pedagog¨ªa', concluye la alcaldesa.
Tras los pasos de Le Pen en Catalu?a
JOSEP ANGLADA, antiguo militante de Fuerza Nueva y ahora fundador y l¨ªder de la Plataforma x Catalunya, se ha erigido en portavoz de los vecinos contrarios a la construcci¨®n de la mezquita de Premi¨¤ de Mar despu¨¦s de que ¨¦stos le solicitaran ayuda. Anglada defiende un ideario encabezado con el eslogan Por un mejor control de la inmigraci¨®n, a la que considera culpable del aumento de la delincuencia, el paro o las bolsas de marginaci¨®n social y ya se ha constituido como partido pol¨ªtico para poder presentarse a las pr¨®ximas elecciones municipales. Afirma, convencido, que 'un trastorno de este calibre se debe evitar'. Tras la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia, Anglada mostr¨® su identificaci¨®n con el ultraderechista Jean-Marie Le Pen y su alegr¨ªa por el apoyo que recibi¨® en las urnas. 'Coincido con ¨¦l en dos puntos muy claros: un mejor control de la inmigraci¨®n y mayor seguridad ciudadana', dijo. Su base es la comarca barcelonesa de Osona, cuya capital, Vic, ha experimentado una fuerte conmoci¨®n social con el asentamiento de un numeroso contingente de inmigraci¨®n magreb¨ª que trabaja en el sector textil y el agroalimentario. Pero pretende organizar candidaturas municipales en algunas localidades en las que se han producido ya brotes de xenofobia y racismo, como Terrassa, o hay elevados porcentajes de inmigrantes africanos, como El Vendrell. Para Anglada, los vecinos que temen la llegada de m¨¢s inmigrantes -seg¨²n sus c¨¢lculos se reunir¨¢n en Premi¨¤ unos 2.000 m¨¢s de los que ya viven all¨ª- 'no tienen un esp¨ªritu racista ni odian a nadie a pesar de lo que se haya podido ver en las manifestaciones que han llevado a cabo'. Anglada le quita importancia a las voces que en las tres manifestaciones organizadas en Premi¨¤ gritaron contra la instalaci¨®n de la mezquita en ning¨²n sitio de la poblaci¨®n. 'Es como en un partido Bar?a-Madrid. La gente grita e insulta al rival sin controlarse. Lo que pasa es que sufren en sus carnes por lo que les vendr¨¢ encima, ya que Premi¨¤ se convertir¨¢ en un gueto controlado por musulmanes'.
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