Sheryl Crow recupera el rock m¨¢s cl¨¢sico en su nuevo disco
La cantante aborda en 'C'mon C'mon' 'las ganas de aventura'
La m¨²sica de Sheryl Crow tiene inconfundibles ra¨ªces americanas y ella viste como si fuera a dar un concierto country en un bar de Tennesse: vaqueros acampanados, botas de punta y camisa de piel sujeta con unas cintas que dejan al descubierto su p¨¢lida piel y su ombligo. El nuevo disco de esta polifac¨¦tica artista, C'mon C'mon, recupera el rock m¨¢s cl¨¢sico, un sonido con el que creci¨® y al que rinde homenaje.
Crow ha vendido a lo largo de su carrera 15 millones de discos y ha ganado un pu?ado de Grammys. Sus nuevas canciones tratan sobre 'c¨®mo se siente uno cuando se hace mayor -estoy muy cerca de la cuarentena-, la sensaci¨®n de p¨¦rdida, la falta de h¨¦roes y las ganas de aventura', asegur¨® la cantante, en una fugaz visita a Madrid. C'mon C'mon deber¨ªa haberse grabado en el estudio ubicado en su domicilio de Los ?ngeles, pero una vez iniciado decidi¨® separar el trabajo de su vida cotidiana. La grabaci¨®n del ¨¢lbum, en el que canta con Lenny Kravitz y Natalie Maines, se traslad¨® a Nueva York y luego a Los ?ngeles. En total tard¨® a?o y medio en reunir los once cortes del disco.
Para esta cantante, guitarrista, pianista y compositora, el futuro del rock no est¨¢ en peligro aunque las cosas hayan cambiado mucho. 'Ahora lo ¨²nico que se escucha por la radio es m¨²sica tecno y dance, adolescentes haciendo pop o chicos cabreados dando gritos', asegura. Pero Crow no ha quedado anclada en una ¨¦poca. Su nuevo disco refleja la influencia de la m¨²sica electr¨®nica -'la tecnolog¨ªa te da mayor capacidad de expresi¨®n'- y todav¨ªa siente que est¨¢ evolucionando como artista. Est¨¢ especialmente satisfecha de su faceta como 'compositora y como int¨¦rprete'.
Crow tiene una larga carrera a sus espaldas. Naci¨® en Kennet (Misuri), sus padres fueron m¨²sicos de orquestas de jazz y ella se licenci¨® en piano. Antes de convertirse en una superventas, su experiencia profesional m¨¢s intensa se remonta al tiempo que pas¨® haciendo coros para Michael Jackson. 'Cuando empec¨¦ a trabajar con ¨¦l no hab¨ªa salido nunca de EE UU y actuamos en estadios con capacidad para miles de personas, pero nunca llegu¨¦ a conocerle', cuenta. No fue el ¨²nico m¨²sico para el que actu¨® como corista. George Harrison, Bob Dylan, Joe Cocker o Eric Clapton, con el que todav¨ªa se sigue viendo y con el que sostuvo una relaci¨®n sentimental, tambi¨¦n cantaron con su voz para sus discos. 'Era mejor trabajar de corista que de camarera', dice, aunque reconoce que en el pasado sufri¨® el machismo, la infravaloraci¨®n y hasta el acoso sexual. El pasado parece ahora superado con creces. Empezar desde cero le dio una experiencia y un sentido 'de banda' que le han ayudado a mantener la cabeza en su sitio cuando lleg¨® la fama. 'No acabo de entender por qu¨¦ el mundo de la m¨²sica considera tan poco a las mujeres. Hasta hace muy poco, en las listas de las radios no hab¨ªa m¨¢s de un 12% de cantantes, pero creo que las cosas han mejorado'. Crow tiene claro tambi¨¦m que las cosas no son igual desde el 11 de septiembre, especialmente para los norteamericanos. 'Los artistas se han replanteado su cinismo y su forma de ver el mundo, y eso puede ser un problema'.
Babelia
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