El Gobierno valenciano demoler¨¢ parte del Teatro Romano saguntino

La Generalitat valenciana, presidida por Eduardo Zaplana, del PP, anunci¨® ayer que derribar¨¢ toda 'la obra nueva' reversible de la restauraci¨®n del Teatro Romano de Sagunto, que ejecutaron los arquitectos Giorgio Grassi y Manuel Portaceli y que acab¨® en 1993. La Generalitat asegura que debe devolver el monumento al estado anterior a esa intervenci¨®n en virtud de dos sentencias del Tribunal Superior y del Supremo.

La subsecretaria de la Consejer¨ªa de Cultura, Carmina N¨¢cher, compareci¨® ayer en solitario para anunciar la decisi¨®n de la Generalitat sobre una de las cuestiones m¨¢s espinosas de la pol¨ªtica valenciana. Dijo que se derribar¨¢ toda la 'obra nueva reversible', en funci¨®n de los estudios t¨¦cnicos encargados, es decir, aquella obra cuyo desmontaje no da?e los vestigios supuestamente romanos sobre la que se construy¨®.

De modo que se retirar¨¢ el m¨¢rmol de las gradas y se reducir¨¢ el gran escenario actual a la m¨ªnima expresi¨®n, hasta alcanzar la cuota de 1,20 metros. La intervenci¨®n arquitect¨®nica de Grassi y Portaceli, que fue encomendada por la Generalitat cuando era gobernada por el PSPV-PSOE, ten¨ªa como uno de sus objetivos b¨¢sicos hacer funcional y ¨²til el monumento nacional romano, cuyo titular es el Ministerio de Cultura, si bien la gesti¨®n fue transferida al Gobierno aut¨®nomo.

N¨¢cher explic¨® que la decisi¨®n obedece a una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, ratificada por el Tribunal Supremo. Este ¨²ltimo declar¨® en octubre de 2000 que la intervenci¨®n de Grassi y Portaceli 'supone una reconstrucci¨®n' del Teatro Romano, que se hizo sobre unos presupuestos metodol¨®gicos 'plenamente defendibles en el plano art¨ªstico o acad¨¦mico, pero enfrentados a un criterio normativo (...) de la Ley de Patrimonio Hist¨®rico'. La subsecretaria de Cultura record¨® que la decisi¨®n responde tambi¨¦n al programa electoral auton¨®mico del PP de 1995. No en vano, el ex diputado popular y abogado Juan Marco Molines fue el que inici¨® el proceso judicial en 1991.

N¨¢cher, sin embargo, no aclar¨® c¨®mo se realizar¨¢ el derribo, ni cu¨¢ndo, ni el coste, que se prev¨¦ elevado. Tras meses de demora en la entrega de los informes al TSJ para ejecutar la sentencia, se?al¨® que se crear¨¢ una comisi¨®n de arquitectos, arque¨®logos e historiadores, de la que no dio su composici¨®n, que se ocupar¨¢ de ello, as¨ª como de redactar un proyecto de 'utilizaci¨®n por el pueblo' del Teatro Romano, que supondr¨¢, previsiblemente, habilitar de nuevo las gradas y el escenario para su uso. En consecuencia, se volver¨¢n a demorar los plazos.

Por su parte, el italiano Giorgio Grassi, uno de los arquitectos m¨¢s respetados en la materia, tild¨® ayer de 'provincianismo' y de 'esc¨¢ndalo internacional' la decisi¨®n. El valenciano Manuel Portaceli la calific¨® de 'desprop¨®sito' y record¨® que el grader¨ªo y el escenario sufrieron m¨²ltiples intervenciones en los siglos XIX y XX sobre los vestigios romanos.