El buen nombre de Nevenka
La imagen de la ex concejal del PP de Ponferrada sale indemne a pesar de la estrategia descalificatoria del alcalde juzgado por acoso
No se han perdido ni un d¨ªa del juicio, sentados en el ¨²ltimo banco de la sala, sin rechistar siquiera. Son viejos, muy viejos, algunos de ellos llevan jubilados m¨¢s tiempo que Nevenka Fern¨¢ndez en el mundo. 'S¨®lo somos paseantes del r¨ªo', dice uno, 'y no sabemos si al final los jueces condenar¨¢n al alcalde, pero lo que est¨¢ claro es que un abogado es como un bombero: para cuando consigue apagar el fuego, ya te ha destrozado la casa. ?Vio usted el otro d¨ªa c¨®mo lloraba la chiquilla? No hay derecho, hombre, si hasta parec¨ªa que la culpable era ella'.
Tan es as¨ª que, el pasado viernes, s¨®lo unos minutos antes de que quedara visto para sentencia el juicio contra el alcalde de Ponferrada, a su abogado le traicion¨® el subconsciente y dijo:
'Es pr¨¢cticamente imposible que Nevenka se haya inventado una historia as¨ª'
'Ya s¨¦ que est¨¢ lavado el nombre de mi hija, lo que no s¨¦ es si ya es demasiado tarde'
-Seg¨²n la versi¨®n de la acusada..., perd¨®n, quer¨ªa decir... de la acusadora...
No se equivocaba del todo. As¨ª hab¨ªa sido hasta que, el pasado jueves, un m¨¦dico forense, tres psiquiatras y un psic¨®logo dijeran alto y claro ante el tribunal:
-Nevenka tiene todos los s¨ªntomas de haber sido v¨ªctima de acoso sexual. Su relato es absolutamente congruente, tiene verosimilitud. Es pr¨¢cticamente imposible que se haya inventado una historia as¨ª.
Al escucharlo, una mujer que estaba al final de la sala, vestida de negro, con una botella de agua en una mano y un pa?uelo de papel en la otra, se ech¨® a llorar silenciosamente, sin que nadie la viera. El honor de su hija hab¨ªa quedado salvado.
Hasta ese momento, el juicio contra Ismael ?lvarez hab¨ªa sido m¨¢s bien un juicio contra Nevenka Fern¨¢ndez. Sin ir m¨¢s lejos, durante la pasada semana, un sinf¨ªn de testigos aportados por el alcalde -en su mayor¨ªa cargos p¨²blicos del PP o personas de su entorno- insistieron en la idea de que Nevenka era una mentirosa y que su denuncia por acoso s¨®lo estaba inspirada en la venganza y el despecho. Se insinu¨® incluso que el desali?o que mostr¨® en la rueda de prensa donde anunci¨® la querella contra el alcalde hab¨ªa sido maliciosamente planeado. 'Yo le ten¨ªa mucha admiraci¨®n', dijo Ricardo Garc¨ªa Lana, uno de los amigos del alcalde, 'porque siempre iba muy bien arreglada y yo creo que todas las mujeres deber¨ªan ir as¨ª. Me extra?¨® verla tan dejada. No creo que aquello fuera natural, por muy disgustada que estuviera... no me lo creo'.
Uno tras otro, los testigos del alcalde fueron contando ante el tribunal mil detalles. 'Le dije que, cuando se casara con Ismael, le cantar¨ªamos una serenata y ella se puso como loca de contenta', insisti¨® Ricardo. 'Se la ve¨ªa tan contenta y tan feliz junto a Ismael', asegur¨® Josefa Garc¨ªa Calvo, la madre de un concejal del PP en Ponferrada. Al final de la sala, Paquita, la madre de Nevenka, apretaba los pu?os.
Ella hab¨ªa visto temblar a su hija cuando sonaba el tel¨¦fono m¨®vil y aparec¨ªa en la pantalla el nombre del alcalde. Ella la hab¨ªa visto adelgazar, d¨ªa a d¨ªa, semana a semana, m¨¢s de 10 kilos, abandonar su aspecto, ir convirti¨¦ndose en una persona insegura. 'Ya s¨¦ que est¨¢ lavado el nombre de mi hija, lo que no s¨¦', duda Paquita, 'es si ya es demasiado tarde'.En Burgos, muy lejos de donde Nevenka vive ahora -la ex concejal de Ponferrada se march¨® a Londres para intentar rehacer su vida-, la defensa de Ismael ?lvarez continuaba eficazmente, pregunta a pregunta, testigo a testigo, la demolici¨®n de una casa que nunca hab¨ªa dado s¨ªntomas de ruina. Y lo hac¨ªa con la colaboraci¨®n de quienes, s¨®lo unos meses antes, hab¨ªan compartido con ella partido pol¨ªtico -el PP-; trabajo municipal en el Ayuntamiento de Ponferrada y muchas juergas nocturnas.
Lo m¨¢s curioso es que los mismos testigos que, por la ma?ana, se prestaban a ayudar a Ismael ?lvarez en su problema judicial, de noche convenc¨ªan al periodista -siempre off de record- cuasndo criticaban la falta de profesionalidad del alcalde, su fanfarroner¨ªa, su trato chulesco con las mujeres.
Tal vez la clave haya que buscarla en unas declaraciones a La Vanguardia del escritor argentino Tom¨¢s Eloy Mart¨ªnez, premio Alfaguara de novela:
-Es que no es suficiente con ser honesto. A veces t¨² puedes ser limpio, pero es a¨²n m¨¢s dif¨ªcil entonces evitar caer en la peor corrupci¨®n, que es la del esp¨ªritu de partido.
Nevenka sigue sola, en el destierro. Nadie del PP la arrop¨® cuando el alcalde se ensa?¨® con ella, cuestion¨® su trabajo de concejal, le tir¨® los papeles a la cara. Nadie la llam¨® cuando, ya v¨ªctima de una depresi¨®n, dej¨® su puesto y se refugi¨® en Madrid. Y nadie, el d¨ªa que denunci¨® el acoso, puso en cuarentena la versi¨®n del alcalde. A trav¨¦s del sufrimiento de Nevenka ha quedado demostrado que todav¨ªa una mujer no tiene el derecho a decir basta y que sea basta. '?Qu¨¦ hubiera pasado si, en vez de 27 a?os, una vida ordenada y s¨®lo cuatro novios en su vida anterior, Nevenka hubiera tenido m¨¢s experiencias, se hubiera vestido m¨¢s alegremente? ?Tendr¨ªa entonces, como insinu¨® el fiscal jefe, que haber aceptado que le tocaran el culo?', se pregunta Adolfo Barreda, el abogado de Nevenka.
Otra ense?anza incuestionable del juicio que se ha celebrado en Burgos es que, hoy por hoy, la violencia psicol¨®gica se vuelve siempre en contra de la v¨ªctima. '?Por qu¨¦ no se fue a tiempo del lado del alcalde?', le preguntaban una y otra vez, como si ella hubiera buscado su da?o. S¨®lo al final, los informes de los psiquiatras lavaron su nombre.
La estrategia del alcalde ha obligado adem¨¢s a los padres de Nevenka a sacar de los ba¨²les todos los secretos de su hija, cada detalle por insignificante que fuera, para demostrar la limpieza de esp¨ªritu de su hija. El relato empieza desde muy temprano:
-Fue un parto dif¨ªcil. Le llam¨¦ Nevenka porque yo de peque?a hab¨ªa tenido una compa?era que se llamaba as¨ª. Su padre era ruso. Me gustaba mucho el nombre y pens¨¦: si alg¨²n d¨ªa tengo una hija, se llamara Nevenka. El cura no me la quer¨ªa bautizar. As¨ª que la tuve que llamar Mar¨ªa Nevenka.
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