Fiebre de 'anillos'
Ten¨ªa que llegar tambi¨¦n al Real, dentro de la fiebre de anillos que invade las programaciones de los teatros de ¨®pera. En Espa?a y, por supuesto, fuera de ella. La cosa va por parejas en nuestro pa¨ªs. Las madrugadoras Bilbao y Canarias van a ceder el testigo a Madrid y Barcelona. En el exterior, M¨²nich ve interrumpida la unidad est¨¦tica de su nuevo anillo por la muerte de Herbert Wernicke. ?nicamente se ha podido ver El oro del Rin, dirigido musicalmente por Zubin Mehta. La actualidad de esta obra no va a decaer f¨¢cilmente, pues en el horizonte cercano se plantea un duelo de estilos apasionante entre Simon Rattle y Christian Thielemann. El director ingl¨¦s va a dirigir la Tetralog¨ªa por entregas a partir de 2005, en una coproducci¨®n del nuevo teatro de Aix-en Provence y el festival de Pascua de Salzburgo, con la ayuda esc¨¦nica de St¨¦phane Braunschweig; el director alem¨¢n, en el que muchos ven la continuidad m¨¢s fiable con la tradici¨®n, presentar¨¢ su visi¨®n de El anillo en Bayreuth a partir de 2006 con la aportaci¨®n esc¨¦nica del cineasta dan¨¦s Lars von Trier. Tenemos, en efecto, anillo para rato. Y Pl¨¢cido Domingo sigue auspiciando con Peter Mussbach y la factor¨ªa de George Lucas El anillo m¨¢s gal¨¢ctico de la historia para la ?pera de Los ?ngeles.
En la carrera espa?ola de anillos los primeros que van a llegar a la meta son los de Bilbao y Canarias. En la villa del Nervi¨®n, la Asociaci¨®n Bilba¨ªna de Amigos de la ?pera (ABAO) ha utilizado la reciente producci¨®n esc¨¦nica del Gran Teatro de Ginebra, con direcci¨®n esc¨¦nica de Patrice Caurier y Moshe Leiser, la pareja que en Madrid caus¨® tan buena impresi¨®n con Pell¨¦as et M¨¦lisande. El p¨²blico bilba¨ªno ha ido entrando cada vez con m¨¢s convicci¨®n en la apuesta y, al final, Sigfrido, para muchos el plato m¨¢s duro del banquete, desemboc¨® en un ¨¦xito apote¨®sico, con lo que la expectaci¨®n para El ocaso de los dioses el pr¨®ximo oto?o es grande, y m¨¢s todav¨ªa al estar en la temporada en que la ABAO cumple 50 a?os. En cuanto a la aventura canaria, con la Sinf¨®nica de Tenerife y V¨ªctor Pablo P¨¦rez, se puede hablar con la cabeza bien alta de realizaciones musicales excepcionales. Las versiones han sido semiescenificadas teatralmente, pero sin escenograf¨ªas corp¨®reas. Es curioso que tambi¨¦n con Sigfrido hayan obtenido en las islas el ¨¦xito wagneriano m¨¢s resonante hasta la fecha, lo cual ha condicionado que para redondear la faena y poder conseguir un reparto m¨¢s id¨®neo se hayan dado un a?o adicional de descanso entre las dos ¨²ltimas jornadas, culmin¨¢ndose la entrega total del ciclo el invierno pr¨®ximo en el marco del festival de Canarias.
La ¨²ltima escenificaci¨®n completa por entregas de El anillo del nibelungo en Madrid se remonta a los a?os 1976 (El oro del Rin, La walkyria), 1977 (Sigfrido) y 1978 (El ocaso de los dioses) en las temporadas de los Amigos de la ?pera en el teatro de La Zarzuela. No ten¨ªa, ni mucho menos, la coherencia conceptual que se va a poder ver y escuchar a partir del martes en el Real, pero supon¨ªa un esfuerzo heroico en la vida l¨ªrica madrile?a de entonces. Hay que tener en cuenta que antes de 1976 El oro del Rin no se representaba en Madrid desde la temporada del Real de 1920-1921. El anillo, pues, vuelve a Madrid y lo hace con la garant¨ªa que supone la direcci¨®n musical de Peter Schneider y la esc¨¦nica de Willy Decker, con escenograf¨ªa de Wolfgang Gussmann, en una producci¨®n ya rodada en la ?pera de Dresde, donde El oro del Rin se estren¨® en septiembre de 2001 y La walkyria en noviembre de 2001, mientras Sigfrido lo har¨¢ en noviembre de 2002 y El ocaso de los dioses en marzo de 2003. El teatro Real presentar¨¢ La walkyria en marzo de 2003, con un reparto de campanillas en el que figuran Pl¨¢cido Domingo, Waltraud Meier y Alan Titus, y las otras dos jornadas en la temporada 2003-2004. Para completar el panorama de anillos espa?oles, el Liceo de Barcelona pondr¨¢ en pie el pr¨®logo y la primera jornada de mayo a julio de 2003, y las dos ¨²ltimas jornadas en el curso 2003-2004, con direcci¨®n esc¨¦nica de Harry Kupfer, en la producci¨®n de la Deutsche Staatsoper de Berl¨ªn, y con direcci¨®n musical de Bertrand de Billy. Y, ya por libre, tambi¨¦n habr¨¢ una Walkyria en Sevilla la pr¨®xima temporada. La locura wagneriana se desata.
?A qu¨¦ se debe esta especta-
cular fiebre de anillos? Pues vaya usted a saber, que dir¨ªa el castizo. Para muchos teatros, acometer una empresa de esta magnitud es como cruzar el umbral de la madurez. Si se sale con ¨¦xito de la prueba, ya se puede hacer cualquier cosa. Un director art¨ªstico en contra de esta corriente dec¨ªa, sin embargo, que cuando a los programadores se les acaban las ideas echan mano de El anillo. Bueno, pues puede ser. Lo que verdaderamente importa es que es una obra imponente que permite una reflexi¨®n desde la m¨²sica de temas tan eternos como el poder, la libertad y la envidia. Admite, adem¨¢s, una posible lectura de corte m¨¢s desenfadadamente juvenil, cercana al c¨®mic y la aventura, si se quiere evitar todo tipo de trascendentalismos. E invita al juego l¨²dico y participativo de seguimiento a trav¨¦s de los motivos conductores asociados a personajes, objetos, situaciones o valores. En suma, posibilita al espectador una experiencia art¨ªstica excepcional tanto por las dimensiones como por el magnetismo musical que envuelve todo el desarrollo. El anillo del nibelungo es una obra abierta, ambiciosa art¨ªsticamente y sorprendentemente actual. Para los aficionados a la ¨®pera es una asignatura obligada; para los interesados por la cultura en cualquiera de sus campos es altamente recomendable sumergirse a fondo en la obra al menos una vez en la vida.
El oro del Rin. Pr¨®logo de El anillo del nibelungo. Se representar¨¢ en el Teatro Real de Madrid los d¨ªas 28 y 30 de mayo, 1, 4, 7, 11, 13 y 15 de junio de 2002, con un reparto vocal formado, en sus principales papeles, por Alan Titus (Wotan), ?ngel Odena (Donner), Joan Cabero (Froh), Roland Wagenf¨¹hrer (Loge), Hartmut Welker (Alberich), Robert W?rle (Mime), Hanna Schwarz (Erda) e Itxaro Mentxaka (Wellgunde).
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