Invasi¨®n a ras de suelo
La hormiga argentina causa alteraciones en los fr¨¢giles ecosistemas de Do?ana
En la naturaleza, algunas de las m¨¢s feroces batallas por la supervivencia se libran a escala casi microsc¨®pica. En Do?ana, los grandes depredadores, como el lince o el ¨¢guila imperial, se comportan como simples aficionados frente a la agresividad, y las sofisticadas estrategias de combate, que muestra la hormiga argentina (Linepithema humile), una especie invasora que, desde finales del siglo XIX, ha sido capaz de colonizar amplias zonas del planeta.
En Espa?a, las primeras referencias a este diminuto insecto, originario de Suram¨¦rica, se remontan a 1923, cuando algunos autores la citan ya como plaga en los huertos valencianos, a los que posiblemente lleg¨® despu¨¦s de cruzar el Atl¨¢ntico oculta en alg¨²n cargamento de madera.
Soledad Carpintero, que el pasado verano se doctor¨® en Biolog¨ªa con una tesis dedicada a la presencia de esta hormiga en Do?ana, es una de las pocas especialistas que en Espa?a han analizado las repercusiones ambientales de esta invasi¨®n. 'Se trata de un animal', explica, 'capaz de producir da?os a distintos niveles, ya que se manifiesta como plaga dom¨¦stica y agr¨ªcola, pero tambi¨¦n se introduce en el medio natural, alterando la flora y fauna silvestres'.
Conforme va conquistando territorio logra desplazar o eliminar al resto de hormigas nativas, ya sean terr¨ªcolas o arbor¨ªcolas, modificando el delicado equilibrio que reina entre las diferentes comunidades de insectos. En Do?ana inquieta, sobre todo, la presi¨®n que puede ejercer sobre la hormiga flor¨ªcola (Cataglyphis floricola), un endemismo exclusivo de este espacio natural, y tambi¨¦n las molestias que causa en otros insectos indespensables en las tareas de polinizaci¨®n y dispersi¨®n de semillas.
Par¨¢sitos
Si la hormiga argentina ha triunfado como especie invasora no se debe ¨²nicamente a la ausencia de aquellos par¨¢sitos y depredadores que, en Suram¨¦rica, limitan su crecimiento, tambi¨¦n han influido algunas de sus llamativas habilidades. 'Es capaz', detalla Carpintero, 'de formar grandes colonias provistas de numerosas reinas, es poco estricta en sus h¨¢bitos de alimentaci¨®n y nidificaci¨®n, posee un eficaz sistema de reclutamiento en masa y puede adaptar su ritmo de actividad a la temperatura ambiente'. Adem¨¢s, fuera de sus lugares de origen, no compite con otras hormigas de su propia especie, con lo que varios hormigueros pueden unirse hasta crear enormes sociedades unicoloniales.
A la hora de defender su territorio es cuando esta especie revela algunas de sus m¨¢s temibles armas. Mantiene un elevado n¨²mero de obreras patrullando, es muy agresiva y 'despliega unas t¨¢cticas de lucha que no tienen nada que envidiar a las de los grandes estrategas b¨¦licos', dice Carpintero.
En Do?ana la hormiga argentina se ha localizado, sobre todo, en los alrededores de los centros de recepci¨®n de visitantes, oficinas, laboratorios y casas de guardas. Pero tambi¨¦n se han encontrado ejemplares en algunos puntos retirados de las viviendas, como alcornoques aislados a los que posiblemente ha llegado en alimentos transportados por aves. De momento, reconoce Carpintero, 'no sabemos si la invasi¨®n va a tener ¨¦xito en estos territorios apartados, pero a la vista de lo que ha ocurrido en otros lugares del mundo, no puede descartarse que la hormiga argentina sea capaz de ocupar zonas naturales de Do?ana y, en definitiva, nos preguntamos si quedar¨¢ alg¨²n reducto del parque nacional fuera de su influencia'. Como conclusi¨®n, esta bi¨®loga reclama el que se adopten algunas medidas de control para evitar la propagaci¨®n de este insecto.
Desde la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana (EBD), Xim Cerd¨¢ es el investigador que ha retomado los trabajos de Soledad Carpintero en torno a esta especie, incidiendo en el impacto que puede causar en otras comunidades de insectos y el l¨®gico empobrecimiento de la biodiversidad que este fen¨®meno ocasiona. 'Hemos comprobado como la hormiga argentina ataca y ocupa los nidos de otras especies de distribuci¨®n ib¨¦rica y andaluza', precisa, 'lleg¨¢ndose al extremo de que en determinadas zonas del parque se ha convertido en la ¨²nica especie presente'. Y lo cierto, a?ade, es que esta invasi¨®n 'conlleva efectos negativos a diferentes niveles del ecosistema, efectos que se dejan notar m¨¢s all¨¢ de las propias hormigas'.
Comentarios y sugerencias a prop¨®sito de Cr¨®nica en verde pueden remitirse al e-mail: sandoval@arrakis.es
El dominio de la supercolonia
Hace algunas semanas la hormiga argentina adquiri¨® una repentina popularidad fuera de los circulos cient¨ªficos. Algunos medios de comunicaci¨®n se hicieron eco de un llamativo descubrimiento realizado por investigadores de varias universidades europeas. Analizando la presencia de esta especie en diferentes lugares del continente, estos cient¨ªficos determinaron la existencia de una supercolonia compuesta por miles de millones de individuos repartidos entre millones de nidos que se extienden, a lo largo de unos 6.000 kil¨®metros, entre la Riviera italiana y las costas gallegas. A juicio de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, 'se trata de la mayor unidad cooperativa jam¨¢s descubierta'. Como explica Miguel Delibes, investigador de la EBD, esta estrategia obedece, en realidad, a un defecto. Las colonias que se han ido estableciendo en pa¨ªses for¨¢neos se originan a partir de unos pocos ejemplares reproductores, lo que provoca la p¨¦rdida de buena parte de su variabilidad gen¨¦tica. 'En otras palabras', aclara Delibes, 'todos los ejemplares son muy parecidos entre si gen¨¦ticamente, y debido a ello, cuando un soldado argentino, en California o en Do?ana, tropieza con otro, lo encuentra tan similar a s¨ª mismo que cree que es de su hormiguero, y en lugar de atacarlo, trabaja junto a ¨¦l y para su reina'. A esta capacidad de cooperaci¨®n se une un eficaz sistema de comunicaci¨®n hormonal, que permite la transmisi¨®n de mensajes a gran velocidad, con el inmediato reclutamiento de grandes efectivos para hacer frente a un enemigo o recolectar comida. Aunque sea una virtud de primitivos insectos que apenas miden dos o tres mil¨ªmetros, esta sofisticada red de comunicaciones est¨¢ siendo investigada por sus posibles aplicaciones a los modelos inform¨¢ticos que facilitan la navegaci¨®n por Internet.
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