George Steiner y Carlos Fuentes, investidos 'honoris causa' en Salamanca

El novelista Carlos Fuentes y el ensayista y cr¨ªtico George Steiner fueron investidos ayer doctores honoris causa por la Universidad de Salamanca. Sus respectivos padrinos destacaron la solidez narrativa, los complejos mecanismos y el peso del aspecto temporal en la obra de Fuentes, seg¨²n la profesora Carmen Ruiz; y, en el caso de Steiner, su condici¨®n de 'humanista moderno', como apunt¨® el profesor Ricardo Senabre.

Carlos Fuentes (Panam¨¢, 1928) se?al¨® que desde Salamanca, a la que calific¨® como 'zona sagrada de nuestra cultura com¨²n', surgen tres lecciones. La primera de ellas, desde la Espa?a tricultural (cristiana, jud¨ªa y musulmana) al conflictivo mundo actual, pues 's¨®lo habr¨¢ paz en el reconocimiento de lo diferente como propio', ya que 's¨®lo esta disposici¨®n mental derrota a los fascismos xen¨®fobos, racistas, antimigratorios, que amenazan la convivencia creativa de lo plural en el seno de la sociedad'. La segunda de esas lecciones, c¨®mo la Salamanca de sus mejores tiempos abri¨® el mundo a la opci¨®n de la historia como horizonte de posibilidades ofrecidas al ser humano. Por ¨²ltimo, lo que representaron para M¨¦xico los grandes maestros del exilio espa?ol tras la guerra civil, que consider¨® como 'el encuentro de la suave patria mexicana con la patria fugitiva de Espa?a'.

La lecci¨®n de Carlos Fuentes en el Paraninfo de la universidad se centr¨® en un an¨¢lisis apasionado de La Celestina, escrita en Salamanca por el joven Fernando de Rojas y que encuadr¨® como 'el primer gran poema dram¨¢tico, novela o tragicomedia, de la ciudad moderna', en la que al caer las murallas antiguas 'la ciudad se abre a la circulaci¨®n del poder, el dinero, la imaginaci¨®n, el sexo'. Para Fuentes, 'la ciudad de Rojas es la nuestra, hoy', insegura, incierta, en mutaci¨®n, dividida entre su arraigo local y su oportunidad universal, convocada a reconocer la variedad de sus componentes.

'Lo notable de Rojas', apunt¨®, 'es que a la vez que abre las puertas a toda una urbe colectiva movida por la ambici¨®n de fama, dinero y sexo, logra centrar esta din¨¢mica colectiva, expansiva, en la interioridad de un yo, un yo que habla sobre s¨ª mismo a un t¨², y un yo que, con persistencia, te est¨¢ escuchando a ti'. Y, por ello, asegur¨®: 'Ni obra moral, ni alegor¨ªa, ni tesis doctrinaria, sino di¨¢logo narrativo de conciencias asediadas. Cada frase de La Celestina parece dedicada a comunicar una intimidad transitoria: la tierna y terrible intimidad del fen¨®meno pasajero'.

Carlos Fuentes se?al¨® que el texto de Rojas 'anuncia tantas maneras modernas de representar', que, por ello, 'para mezclar g¨¦neros, mezcla las vidas y mezcla la ciudad'. En ese sentido, el autor del reciente En esto creo afirm¨® que esa obra es la de 'un hombre en conflicto, de un converso, de un jud¨ªo producto de su tiempo', con 'la Salamanca del Renacimiento espa?ol, sede de reflexiones y lecturas nuevas', con la capacidad para 'dar cabida a una cultura diversa, pol¨ªticamente humanista, abierta a las influencias renacentistas de la aprehensi¨®n directa de las cosas'. Pero, sobre todo, La Celestina encarna la ley de mudanza y trasiego que insensiblemente se revela como condici¨®n misma de la vida: 'Los hombres y las mujeres viven en el mundo para representar, una y otra vez, la creaci¨®n del mundo'.

El profesor, ensayista y cr¨ªtico literario George Steiner (Par¨ªs, 1929) fue introducido por su padrino Ricardo Senabre como 'intelectual l¨²cido e independiente, testigo y analista de nuestro tiempo, que prolonga el honor del humanismo cl¨¢sico', al tiempo que abre caminos para la teor¨ªa de la literatura, la cr¨ªtica y la literatura comparada.

Una de las ideas que plante¨® Steiner durante su lecci¨®n fue su temor a que 'las humanidades, en condici¨®n posteol¨®gica, no hayan comprendido plenamente la ca¨ªda de la Europa del siglo XX en la barbarie, y el fracaso de la educaci¨®n human¨ªstica en impedir este colapso'. El ensayista tambi¨¦n apunt¨® que actualmente 'necesitamos una redefinici¨®n del concepto de las letras en relaci¨®n a las ciencias exactas y aplicadas', ya que 'el curr¨ªculo cl¨¢sico ya no es adecuado'.

En opini¨®n del cr¨ªtico, 'el renacimiento din¨¢mico, cultural y humano de Espa?a hace que sea un lugar privilegiado para el estudio de estos problemas', y se pregunt¨®: '?Qu¨¦ mejor lugar que en Salamanca'.