Los estadios, otro espect¨¢culo
Los gobiernos de Corea del Sur y de Jap¨®n han invertido 5.000 millones de euros en la construcci¨®n de 17 recintos que anuncian una verdadera revoluci¨®n tecnol¨®gica y arquitect¨®nica
Se anuncian lluvias torrenciales en las islas de Jap¨®n y la pen¨ªnsula de Corea a partir del 15 de junio, pero que nadie tiemble: Todo est¨¢ previsto: no se mojar¨¢ nadie. Para ello, en un esfuerzo econ¨®mico que dejar¨¢ endeudados durante decenios a ciudades y gobiernos regionales, se han invertido 5.000 millones de euros y construido 17 estadios y reformado otros tres. Y no de cualquier manera.
El concepto es sencillo: el f¨²tbol es espect¨¢culo, el estadio debe ser un teatro y el c¨¦sped el escenario. Entre los espectadores y los futbolistas se establece un formidable di¨¢logo, y no s¨®lo en forma de cacofon¨ªa de gritos, c¨¢nticos, insultos y jaleos. Y el espacio lo favorece: el espectador goza de visibilidad ¨®ptima, de comodidades sin fin. El propio estadio, el recinto, se convierte en espect¨¢culo en s¨ª mismo, en espect¨¢culo arquitect¨®nico, en exhibici¨®n tecnol¨®gica, que es uno de los objetivos de los organizadores: que la huella del Mundial se quede grabada y los campos de f¨²tbol no se conviertan en ruinas abandonadas por el desuso, sino en referentes ante el mundo.
Ser¨¢n estadios muy caros -s¨®lo construir el Sapporo Dome, de 42.300 asientos, cos-t¨® 365 millones de euros- y no muy grandes, de entre 40.000 y 60.000 plazas, todas sentadas y todas, o casi, cubiertas. Algunos estadios, incluso el de Niigata, llamado Gran Cisne, o el de Oita, Gran Ojo, ambos en Jap¨®n, pueden cubrir tambi¨¦n el c¨¦sped con una cubierta de tefl¨®n casi transparente: se podr¨¢ jugar a cubierto y con luz natural. En el de Sapporo, el terreno de juego entra y sale de una gran c¨²pula en forma de concha bajo la que se hallan las gradas.En los estadios de Corea del Sur se ha buscado construir cubiertas espectaculares y simb¨®licas. Las del estadio de Se¨²l toman la forma de una cometa popular; las de Incheon est¨¢n inspiradas en un Teu, una embarcaci¨®n de pesca; el estadio de Daejeon, en el que Espa?a jugar¨¢ contra Sur¨¢frica el 12 de junio, simula el patio interior de las casas tradicionales surcoreanas y en sus entra?as tambi¨¦n funcionan varios minicampos de golf cubiertos y un albergue de juventud. El estadio de Jeonju, para el Espa?a-Paraguay del d¨ªa 7, cuenta con cuatro cubiertas c¨®ncavas, cada una sobre uno de los grader¨ªos y suspendidas de 12 cables que simbolizan las 12 cuerdas del arpa de Gaya, un instrumento musical tradicional. Y el estadio de Gwangju (Espa?a-Eslovenia, 2 de junio) evoca las formas del monte Mudeung.
Aunque construidos especialmente para el Mundial, la mayor¨ªa de los estadios no est¨¢n concebidos pensando s¨®lo en f¨²tbol. Algunos tienen pistas de atletismo escamoteables bajo las gradas; otros, como el de Sapporo, son principalmente campos de b¨¦isbol, deporte m¨¢s popular en Jap¨®n que el f¨²tbol.
Todos esconden hoteles, restaurantes y centros comerciales. En este sentido, destaca el de Se¨²l, de 64.677 asientos, el m¨¢s grande de Asia entre los dedicados exclusivamente al f¨²tbol. Aparte de las habituales pantallas supergigantes con la ¨²ltima tecnolog¨ªa de imagen, el edificio se propone como un atractivo tur¨ªstico en s¨ª -exhibe la fuente m¨¢s alta del mundo, con un chorro que alcanza 210 metros- y tambi¨¦n comercial y de ocio. En ¨¦l se dan cita varios hipermercados, un multicine de diez salas, una sala de conciertos, piscinas cubiertas, gimnasio, campo de pr¨¢cticas de golf...
El otro extremo, el punto contrario al exhibicionismo de Se¨²l, una ciudad de casi diez millones de habitantes, se puede encontrar en Jap¨®n, en la peque?a ciudad de Ibaraki, donde juegan los Kashima Antlers, club en el que actu¨® el brasile?o Zico, que tiene una estatua en los alrededores. All¨ª, en un estadio de 42.000 asientos, el ¨²nico que es s¨®lo campo de f¨²tbol, el mayor orgullo no es la arquitectura, sino la hierba. Este invierno el c¨¦sped fue replantado con la especie Kentucky bluegrass, la que da el verde m¨¢s espectacular, la hierba del hip¨®dromo de Louisville, donde el derby, que es tambi¨¦n, seg¨²n el jardinero Yaguchi Yoichi, la mejor para el f¨²tbol. Esta hierba, habitual en los climas fr¨ªos, planteaba, sin embargo, un problema de cuidados para los veranos calurosos y h¨²medos de Jap¨®n. Era dif¨ªcil mantenerla viva, tersa, despierta. El asunto empeor¨® cuando se elevaron las gradas y se cort¨® la brisa que tanto bien le hac¨ªa. La soluci¨®n la encontr¨® Yoichi en los ocho grandes ventiladores que pasan todos los d¨ªas sobre el c¨¦sped.
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