Los libros vuelven al Retiro madrile?o

El recorrido con el que el rey Juan Carlos inaugur¨® ayer la Feria del Libro de Madrid dur¨® un poco m¨¢s de lo previsto. As¨ª lo coment¨® la ministra de Cultura, Pilar del Castillo, durante una conversaci¨®n improvisada con los periodistas al terminar el paseo. La atm¨®sfera fue, desde luego, distendida. El Monarca se detuvo constantemente a saludar: a la multitud de ni?os que invadieron ayer el Retiro y a cuantos lograban salvar el escollo de los guardias de seguridad, y tambi¨¦n departi¨® con los responsables de las casetas donde la comitiva par¨®, interes¨¢ndose por nuevos t¨ªtulos y por las inquietudes de cada sector. Editores, libreros, instituciones: a lo largo de las 385 casetas que abrieron ayer en Madrid, hay libros para todos los gustos.

A veces parece que las cosas funcionaran regidas por un secreto mecanismo de relojer¨ªa. Pocos minutos antes de las doce de la ma?ana, los veh¨ªculos oficiales llegaban al paseo de Coches del Retiro. Los guardias de circulaci¨®n deten¨ªan el tr¨¢fico, los obreros de las obras cercanas dejaban de trabajar para observar desde lejos a las autoridades y la Feria del Libro de Madrid se pon¨ªa en marcha como un motor perfectamente engrasado que no produce ning¨²n ruido.

La comitiva ech¨® a andar bajo un sol abrasador. Completar el recorrido parec¨ªa una tarea tit¨¢nica. No lo fue. Y es que ayer en el Retiro reinaba una atm¨®fera confortable y relajada. El alcalde de Madrid, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez de Manzano; Alberto Ruiz-Gallard¨®n, presidente de la Comunidad; la ministra de Cultura, Pilar del Castillo, y Fernando de Lanzas, director general del Libro, acompa?aron al Rey, junto a Fernando Valverde y Antonio Albarr¨¢n, las cabezas del equipo directivo de la feria. M¨¢s adelante se unir¨ªan a la comitiva Emiliano Mart¨ªnez, presidente de la Federaci¨®n de Gremios de Editores, y V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha, director de la Real Academia Espa?ola.

Es dif¨ªcil que haya novedades en los aspectos m¨¢s t¨¦cnicos de la feria. Este a?o las hay. Las casetas se cierran, esta vez, a trav¨¦s de persianas y, lo que es m¨¢s importante, han incorporado unos peque?os toldos. Detalles acaso insignificantes, pero que el p¨²blico agradecer¨¢. Lo har¨¢, sobre todo, cuando caiga el sol sin clemencia alguna o cuando la lluvia haga acto de presencia.

Por lo dem¨¢s, las cosas se desarrollaron como todos los a?os. Est¨¢ la comitiva que avanza, los guardias que la protegen, la legi¨®n de periodistas que hacen su trabajo con su imponente despliegue de c¨¢maras fotogr¨¢ficas y de televisi¨®n, y la multitud de curiosos, dentro de la cual adquieren un notable protagonismo los ni?os y las pandillas de adolescentes.

Aplausos

Don Juan Carlos, con traje claro, fue generoso con cuantos llenaban el Retiro a lo largo de su recorrido, sobre todo con la chiquillada. Una ni?a de seis a?os proclamaba emocionada que el Rey la hab¨ªa rozado y se?alaba orgullosa el rinc¨®n de su brazo donde se hab¨ªa obrado semejante prodigio. De cuando en cuando se escuchaba una salva espont¨¢nea de aplausos.

Especial inter¨¦s suscitaron los libros que el Rey fue recibiendo en las distintas casetas en las que se detuvo. Gan¨® por goleada Luis Cernuda, como no pod¨ªa ser de otra manera en el a?o de su centenario. En Visor, una de las primeras estaciones de su paseo, le obsequiaron una edici¨®n facs¨ªmil de Las nubes (adem¨¢s de la voluminosa Historia natural, de Cayo Plinio). La Residencia de Estudiantes le entreg¨® el cat¨¢logo de la gran exposici¨®n que dedica al poeta sevillano, Alianza le regal¨® La realidad y el deseo y la Comunidad de Madrid, otro facs¨ªmil del poeta.

El caso es que el Rey tendr¨¢ de todo para leer en los pr¨®ximos meses. En la caseta de Marcial Pons le regalaron libros de historia: La reina Juana, de Bethamy Aram, y El duque de Lerma, de Antonio Feros. En la de Santillana, un poco de todo: Los Ortega (Taurus), de Jos¨¦ Ortega Spottorno; Malas (Aguilar), de Carmen Alborch; El vuelo de la reina, de Tom¨¢s Eloy Mart¨ªnez, ¨²ltimo Premio Alfaguara, y Mar y pino (Alfaguara Infantil), de Miliki. Unos metros antes de esta ¨²ltima caseta, dos actores disfrazados de Alatriste y Malatesta y una encapuchada que anunciaba la colecci¨®n Pr¨®xima Parada, destinada a los m¨¢s j¨®venes, pon¨ªan un poco de color y teatralidad a la feria.

Una historia novelada del Coto de Do?ana (en Rubi?os); La nueva diplomacia rusa, de ?gor Ivanov (en Alianza); un volumen del duque de Berry; Flecha negra (Valdemar), de Stevenson; la colecci¨®n del Rat¨®n Pancho que edita Bru?o; las obras completas de Valle-Incl¨¢n (en Espasa), o Los soldados de Salamina (Tusquets), de Javier Cercas, fueron otros de los t¨ªtulos que se llev¨® don Juan Carlos.

En la caseta de las Publicaciones de la Guardia Civil fue obsequiado con el Reglamento que redactara el duque Ahumada cuando el cuerpo se fund¨®, y tambi¨¦n se llev¨® t¨ªtulos relacionados con sus aficiones n¨¢uticas. Un regalo especial, que les vendr¨¢ bien sobre todo a sus nietos, fue el facs¨ªmil del Rat¨®n P¨¦rez, el cuento original que Coloma escribi¨® para Alfonso XIII, y que recibi¨® en el Pabell¨®n Infantil, ¨²ltima parada de un recorrido que termin¨® exactamente a las dos de la tarde.

Hasta llegar all¨ª, el Rey fue conociendo el contenido de los distintos pabellones. El de Telemadrid, el de Telef¨®nica, el de la ONCE, el del Libro Electr¨®nico. En el recinto de Acnur, que rinde homenaje a diferentes escritoras que padecieron (y padecen) el exilio, firm¨® una dedicatoria especial: 'Para ayudar a las mujeres refugiadas, con un abrazo y sobre todo con mi afecto'.

Estuvo en el Pabell¨®n Carmen Mart¨ªn Gaite, en la Carpa de las Tertulias Literarias, en el recinto de la UNED. Otra novedad de este a?o es la presencia de los peri¨®dicos en la feria. EL PA?S tiene una carpa instalada en el pasillo central, entre las casetas 165 y 170. El Libro de estilo de este diario ocupa el lugar central, y est¨¢ acompa?ado de ejemplares de Babelia, y de postales y de marcalibros relacionados con este suplemento.

Fuente de conocimiento

As¨ª que la Feria del Libro de Madrid ha echado a andar un a?o m¨¢s. En los pr¨®ximos d¨ªas, un mont¨®n de actos volver¨¢n a darle el protagonismo al libro. Pilar del Castillo volvi¨® a defender, en una breve conversaci¨®n con un grupo de periodistas, la lectura como una fuente de conocimiento irreemplazable. Dijo que existen, efectivamente, muchos caminos para aprender, pero que no hay ninguno que ofrezca la riqueza que se produce cuando un lector se sumerge en los contenidos de un libro.

Preguntada por el car¨¢cter supuestamente local de la feria, que llena Madrid de libros, pero que acaso no tiene suficiente proyecci¨®n exterior, la ministra fue rotunda. El libro, cada libro, rompe todas las fronteras, va siempre m¨¢s all¨¢ de cualquier localismo, dijo. Y ¨¦sa es, desde luego, una verdad incuestionable. Vuelven los libros al Retiro madrile?o y la ciudad se abre a los ecos que resuenan en todo el mundo.