'Los intelectuales hacen pol¨ªtica por la galopante degradaci¨®n de este pa¨ªs'
Aurelio Arteta, catedr¨¢tico de Filosof¨ªa Pol¨ªtica y Moral de la UPV, acaba de publicar La virtud en la mirada. Ensayo sobre la admiraci¨®n moral (Pre-Textos), donde reivindica la necesidad de un rearme ¨¦tico para frenar el proceso de 'banalizaci¨®n del bien y del mal'. Arteta, miembro fundador del Foro de Ermua y de la plataforma ?Basta ya!, reitera sus cr¨ªticas al nacionalismo vasco.
Pregunta. Su obra analiza las repercusiones de un tipo de igualitarismo hoy muy extendido. ?Qu¨¦ conclusiones extrae?
Respuesta. Que ser normal se ha vuelto la principal virtud de nuestros d¨ªas, como si la median¨ªa o la mediocridad se confundieran con lo excelente. La normalidad, escribi¨® Adorno, es la enfermedad de nuestro tiempo. En democracia somos pol¨ªticamente iguales y tenemos derecho a disfrutar de las mismas oportunidades sociales, pero no es verdad que tengamos una igualdad de m¨¦ritos o logremos un desarrollo moral semejante. Este prejuicio nos conduce al resentimiento contra los mejores.
'Creo que el Gobierno de Ibarretxe camina hacia el precipicio'
'Si hay algo desacreditado es un nacionalismo ¨¦tnico como el vasco'
P. ?C¨®mo se extiende esa idea de total igualdad moral?
R. Los factores son m¨²ltiples y algunos vienen de lejos. Ah¨ª est¨¢, por ejemplo, esa educaci¨®n que reniega de todo intento de distinci¨®n y pretende que todos se rijan por el mismo patr¨®n y adquieran s¨®lo el mismo tipo de destreza para el mercado. O esa mercantil cultura de masas que, al tener que llegar a todos, iguala a sus potenciales consumidores por el nivel m¨¢s bajo; de ah¨ª la simplificaci¨®n y la homogeneizaci¨®n de sus contenidos, o la instantaneidad, la espectacularizaci¨®n y el rechazo de todo an¨¢lisis en su transmisi¨®n. En medio de esta atm¨®sfera, lo peor que nos puede ocurrir es destacar en algo de veras valioso, porque ser¨ªa un pecado imperdonable frente al mandato de ser iguales. Es el triunfo del reba?o.
P. ?C¨®mo explica la irrupci¨®n de los intelectuales en la pol¨ªtica diaria de Euskadi?
R. Sin duda, a causa de la hartura ante las constantes mamarrachadas que aqu¨ª se proclaman a diario, por la galopante degradaci¨®n pol¨ªtica y moral de este pa¨ªs. Se trata de un deber ciudadano. Para quienes nos dedicamos a la filosof¨ªa pr¨¢ctica, o sea, a la reflexi¨®n ¨¦tica y pol¨ªtica, adem¨¢s, forma parte de nuestra tarea profesional.
P. ?Se puede exigir la pureza ideol¨®gica en el terreno tan resbaladizo de la pol¨ªtica diaria?
R. Lo exigible es el ejercicio p¨²blico de la raz¨®n. Bastantes horrores de este pa¨ªs proceden de gruesos errores te¨®ricos, cuando no de la mera ignorancia. Parece mentira que no se comprenda lo mucho que la conducta individual o colectiva tienen que ver con las ideas. La pol¨ªtica no es simple choque de intereses, no se reduce a pura correlaci¨®n de fuerzas; tampoco es s¨®lo administraci¨®n, ni una t¨¦cnica de encauzar los problemas generales. Es todo eso, pero desde distintas concepciones de la justicia y de la felicidad que la subyacen y de las que habr¨ªa que debatir en voz alta.
P. ?Es aceptable la agitaci¨®n c¨ªvica desde el campo intelectual?
R. ?S¨®lo aceptable? Yo dir¨ªa que absolutamente imprescindible, y m¨¢s en una situaci¨®n civil tan cr¨ªtica como la nuestra. ?C¨®mo no agitar con el pensamiento a una poblaci¨®n quiz¨¢ sin argumentos y paralizada por el miedo? ?O hay que aceptar la sumisi¨®n al nacionalismo imperante? Bastante provocaci¨®n ignorante o criminal se da entre nosotros como para que no debamos rebelarnos.
P. ?Pueden las plataformas c¨ªvicas sustituir a las siglas tradicionales de algunos partidos?
R. Las plataformas c¨ªvicas han nacido de un d¨¦ficit de los partidos, pero ni pueden ni quieren sustituirlos. La pregunta es hasta qu¨¦ punto los partidos deben aprender de esas plataformas siquiera una forma m¨¢s cr¨ªtica y decidida, menos convencional y marrullera de afrontar nuestra tragedia. En una palabra, menos partidista. Si a¨²n permanecemos en una situaci¨®n prepol¨ªtica, si ni siquiera cabe hablar de elecciones libres..., no hay lugar para la competencia usual entre partidos, sino para su unidad frente a la dictadura del miedo.
P. ?Hacia d¨®nde camina el Gobierno de Ibarretxe?
R. Creo que hacia el precipicio. Ibarretxe no gobierna como el representante de los vascos, sino s¨®lo de los nacionalistas. Pero, ?c¨®mo va a ser presidente de todos, si ¨¦l cree pertenecer a una comunidad ¨¦tnica distinta y previa a la ciudadana, a la que al menos la mitad de nosotros no pertenecemos? ?Y c¨®mo va a gobernar para todos si a su juicio el problema pol¨ªtico de Euskadi no es el respeto de su pluralidad, sino la secesi¨®n de Espa?a? Cuando uno acepta el terreno de juego del nacionalismo ambiental est¨¢ perdido, porque entonces deja de preguntarse los porqu¨¦s b¨¢sicos.
P. No parece de acuerdo con eso de que todas las ideas pol¨ªticas sean igualmente leg¨ªtimas...
R. Eso es una barbaridad que el lehendakari repite cada d¨ªa. Lo leg¨ªtimo es la emisi¨®n de esas ideas, la libertad de emitir opiniones, y aun con ciertos l¨ªmites. Las ideas no delinquen, pero algunas ayudan a delinquir y a justificar la delincuencia, igual que otras contribuyen a la paz civil. As¨ª que no son leg¨ªtimas cualesquiera ideas; s¨®lo es leg¨ªtimo, mejor legal, el exponerlas. Ni tampoco son igual de leg¨ªtimas, si con ello quiere darse a entender igual de valiosas, porque entonces valdr¨ªan lo mismo esta idea y su contraria, y ninguna valdr¨ªa nada. Si hay algo desacreditado desde el punto de vista intelectual, moral y pol¨ªtico es un nacionalismo ¨¦tnico como el vasco.
P. ?Debe ser ilegalizada Batasuna?
R. Hace ya tiempo, desde que mostr¨® a las claras su conexi¨®n efectiva con ETA. ?sa es una cuesti¨®n tambi¨¦n de principios, no s¨®lo de oportunidad o de utilidad. De eso no tengo la menor duda, como sospecho que tampoco la tiene nadie en este pa¨ªs que hable en serio y sin miedo.
P. ?Qu¨¦ est¨¢ ocurriendo en la universidad vasca?
R. Que, en conjunto, ni antes ni ahora se ha atrevido a enfrentarse al problema suscitado por el nacionalismo vasco. Pero hace ya tiempo que la universidad renunci¨® a su papel tradicional y hoy no es m¨¢s que una secci¨®n del mercado, al que provee de profesionales y especialistas. En general, el esp¨ªritu reinante en todas las universidades es t¨¦cnico y poco tiene que ver con el pensamiento.
P. ?Son muchos los profesores amenazados por ETA?
R. Que yo sepa, en la UPV somos muy pocos los que estamos en esas condiciones y hemos sido dispensados por las autoridades acad¨¦micas de impartir clases regulares. ?Cree usted que la mayor parte de nuestros colegas se ha acercado para animarnos, que los alumnos han dicho que nos echan en falta y que el Rectorado o el propio Gobierno vasco han tratado de reunirnos para prever nuestro futuro? Pues no. Nos lo tendremos merecido.
P. Es muy cr¨ªtico con la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica del Gobierno vasco. ?Por qu¨¦?
R. ?Hace falta todav¨ªa repetirlo? Porque es radicalmente infundada e ileg¨ªtima. Invoca unos falsos derechos, porque los derechos ling¨¹¨ªsticos amparan a quienes tienen al vascuence por lengua materna y de uso, pero no a quienes s¨®lo desean aprenderla. Adem¨¢s, porque es injusta y discriminatoria, cuando esa lengua de una minor¨ªa se convierte en requisito o m¨¦rito para el acceso laboral de todos o cuando consume un presupuesto inmenso a costa de dejar insatisfechas necesidades p¨²blicas m¨¢s amplias y graves. Y esta pol¨ªtica reaccionaria la acepta la izquierda como si fuera progresista.
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