Investigadores 'fotograf¨ªan' la huella del choque de ?frica, Europa y Am¨¦rica
Los expertos estudian en Huelva y Badajoz la colisi¨®n ocurrida hace 370 millones de a?os
?frica, Europa y Am¨¦rica chocaron hace mucho tiempo, concretamente 370 millones de a?os. Ahora, investigadores de las universidades de Granada y Huelva han conseguido la mejor fotograf¨ªa posible de aquel choque. La colisi¨®n de las placas de Gondwana (aproximadamente la actual ?frica) y Laurusia (las actuales Europa y Am¨¦rica) dejaron una huella profunda en el l¨ªmite entre las provincias de Huelva y Badajoz que no hab¨ªa sido estudiada con excesivo detalle. Hoy, las t¨¦cnicas m¨¢s modernas han permitido realizar una radiograf¨ªa de una superficie de 300 kil¨®metros de longitud y 35 de profundidad que han empezado a dar alguna explicaci¨®n de lo que ocurri¨® en aquel brutal choque.
A la altura de Aroche, en plena sierra onubense, hay restos de rocas oce¨¢nicas
Francisco Gonz¨¢lez-Lodeiro y Fernando Simancas son los profesores de la Universidad de Granada que han llevado el peso de la investigaci¨®n, el primer trabajo de estas caracter¨ªsticas que se realiza en Espa?a y que ha dado como resultado una fotograf¨ªa de la mayor resoluci¨®n posible con las t¨¦cnicas actuales. Para llegar a esa fotograf¨ªa, estos profesores y un equipo de otros casi 30 investigadores de las universidades de Huelva, Extremadura, Salamanca, Uppsala (Suecia) y del instituto Jaume Albera de Barcelona, han debido caminar y examinar metro a metro una l¨ªnea de 300 kil¨®metros lineales. Gracias a las vibraciones producidas por unas planchas adosadas a la parte inferior de cuatro camiones de gran tonelaje, recogidas luego por una red de micr¨®fonos situados en el terreno cada dos metros, los investigadores han reconstruido el choque de lo que hace millones de a?os dar¨ªa lugar a la actual Europa, ?frica y Am¨¦rica.
Entre los resultados de esta radiograf¨ªa de 35 kil¨®metros de profundidad (lo que se conoce como corteza terrestre) aparecen por ejemplo, a la altura de la localidad onubense de Aroche, en plena Sierra de Huelva, restos de rocas oce¨¢nicas, lo que evidencia que mucho tiempo hubo all¨ª un gran oc¨¦ano que el choque entre placas hizo desaparecer.
El estudio permite tambi¨¦n, seg¨²n los profesores Gonz¨¢lez-Lodeiro y Simancas, tener algunos datos preliminares sobre la composici¨®n mineral¨®gica de los materiales que hay bajo la superficie, algo muy importante en una zona como ¨¦sta, donde abundan las explotaciones mineras. Esta fotograf¨ªa permite, por ejemplo, descubrir si a una profundidad rentable existen rocas volc¨¢nicas; si es as¨ª, un estudio m¨¢s detallado de esa ¨¢rea, permitir¨ªa comprobar la existencia de alg¨²n mineral de inter¨¦s econ¨®mico. Los profesores explican tambi¨¦n que el choque de estas dos grandes placas, de composici¨®n muy distinta ya que en su d¨ªa estuvieron separadas por una masa gigante de agua, es responsable de la gran diversidad existente entre los minerales que se encuentran en el subsuelo de la provincia de Huelva y el que aparece pocos kil¨®metros m¨¢s all¨¢ en la de Badajoz.
El proyecto en el que se han embarcado los profesores de la Universidad de Granada y sus colegas no ha terminado con la consecuci¨®n de esta magn¨ªfica radiograf¨ªa. Ahora, seg¨²n dicen, tienen por delante tres o cuatro a?os para interpretar en profundidad la imagen resultante. Posteriormente, tanto el producto final (la imagen) como todos los datos que se han obtenido para realizarla quedar¨¢n a libre disposici¨®n de la comunidad cient¨ªfica. El trabajo en Espa?a se ha denominado Proyecto Iberseis y ha costado aproximadamente 600.000 euros, financiados por Europrobe, un estudio de envergadura europea que, una vez finalizado permitir¨¢ tener una radiograf¨ªa como la ahora realizada de toda la corteza europea. Hasta el momento, ¨¦sta de Huelva-Badajoz es la que se encuentra en estado m¨¢s avanzado.
El trabajo de campo hasta llegar al resultado final no ha sido f¨¢cil, seg¨²n quienes lo han hecho. Treinta personas, cinco camiones de gran tonelaje de los utilizados en las prospecciones petrol¨ªferas, una unidad m¨®vil equipada con la ¨²ltima tecnolog¨ªa, varios ordenadores de ¨²ltima generaci¨®n, decenas de ge¨®fonos (micr¨®fonos para o¨ªr las vibraciones de la tierra) y cientos de metros de cables han sido necesarios en una campa?a que comenz¨® sobre el terreno el 10 de mayo de 2001 y que acab¨® casi dos meses despu¨¦s, el 5 de julio. En los 300 kil¨®metros fotografiados, y cada 70 metros, los camiones han producido, gracias a unas planchas adosadas a su parte inferior, unos peque?os movimientos s¨ªsmicos sincronizados. El comportamiento de las ondas producidas por ¨¦stos golpes, recogidos por ge¨®fonos situados cada dos metros, ha sido el que, debidamente procesado, ha permitido construir la novedosa radiograf¨ªa.
Un largo paseo cent¨ªmetro a cent¨ªmetro
Para hacer la fotograf¨ªa de 300 kil¨®metros en superficie y 35 hacia el interior de la tierra, los profesores de la Universidad de Granada Francisco Gonz¨¢lez-Lodeiro y Fernando Simancas, y su equipo de 30 personas, han tenido que caminar mucho. Para realizar la radiograf¨ªa con total exactitud, entre unos y otros han tenido que recorrer a pie y metro a metro el terreno. Y han sido muchos metros. En la b¨²squeda de la mejor localizaci¨®n posible para situar los camiones que deber¨ªan golpear el suelo para provocar peque?as descargas s¨ªsmicas, los investigadores, recuerda Simancas, tuvieron que describir antes de que comenzara la campa?a final del trabajo el terreno palmo a palmo en un cuaderno de campa?a. Se trataba de no perder un segundo cuando llegara el momento de iniciar las descargas sobre el suelo. Y esto por muchos motivos: el trabajo de 30 personas carretera arriba y abajo no es f¨¢cil y deb¨ªa estar casi coreografiado de antemano; los camiones ven¨ªan de Francia y no eran precisamente baratos, por lo que cada d¨ªa extra supon¨ªa un dinero no presupuestado; hab¨ªa que situar micr¨®fonos cada dos metros para que recogieran oportunamente las ondas... Otra raz¨®n para estudiar bien el terreno era evitar casas y ciudades para no acabar pagando las cristaleras de todo el vecindario. Simancas explica que el zarandeo producido por la descarga de cuatro camiones (de los cinco uno era de repuesto) sobre el suelo no era peligrosa para edificios pero s¨ª pod¨ªa provocar rotura de cristales a 100 metros. Para el a?o que viene, los profesores Gonz¨¢lez-Lodeiro y Simancas tienen previsto mejorar la radiograf¨ªa. De las dos dimensiones quieren pasar a las tres dimensiones. Para ello utilizar¨¢n un sistema radicalmente diferente. Los golpes dejar¨¢n paso a peque?as explosiones controladas.
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