'Que Casillas se eche a temblar'
Chilavert, el capit¨¢n de Paraguay, menosprecia a Espa?a y calienta el choque del viernes
Por su cr¨¢neo reci¨¦n afeitado y la enorme masa de su torso, lo cierto es que Jos¨¦ Luis Chilavert, el ex portero del Zaragoza, recuerda al actor norteamericano Marlon Brando en la pel¨ªculo Apocalypse now.
El golero paraguayo se dio ayer al mediod¨ªa un paseo por la playa de Haeundae. A pleno sol o en los pasillos del hotel en el que se aloja con su selecci¨®n, ver a este guaran¨ª de cerca de 100 kilos de peso es una experiencia emocionante. Elusivo como un animal salvaje, educado y distante por la experiencia que le dan sus 37 a?os de edad, sorprendi¨®, aunque s¨®lo fuera en parte, que el l¨ªder patriarcal de Paraguay no fuera capaz de reprimir un impulso primitivo por la lucha territorial.
'No s¨¦ por qu¨¦ se molestan. En los ¨²ltimos a?os s¨®lo han ganado a Chipre, Andorra, Israel...'
Cuando alguien le pregunt¨® por las palabras que ha dedicado a la selecci¨®n espa?ola -ha dicho de ella que, en realidad, se trata de un equipo sospechosamente blando- respondi¨® con la ira retadora que suele caracterizar al ni?o adentrado en barrio ajeno.
'Yo no s¨¦ por qu¨¦ se molestan si digo que Espa?a no ha ganado a ning¨²n conjunto verdaderamente competitivo en las ¨²ltimas temporadas', declar¨® con acento justificativo; '?si es la verdad! Espa?a ha ganado a Chipre, Andorra, Israel...'. Luego, hizo un silencio casi teatral y no quiso ceder a la tentaci¨®n del desaf¨ªo, a reprimir ese placer: 'Y que Casillas se eche a temblar'.
Tal parece que Espa?a se enfrentar¨¢ el pr¨®ximo viernes, en la segunda jornada de su grupo, a Chilavert m¨¢s que a Paraguay. Para derribarlo, la selecci¨®n que dirige Jos¨¦ Antonio Camacho, deber¨¢ utilizar toda su fuerza, comenzando por Casillas y terminando por Ra¨²l.
En el recuerdo del delantero del Madrid se agitar¨¢ precisamente el ¨²ltimo duelo espa?ol con la selecci¨®n suramericana. Aquella frustrante tarde de Saint ?tienne en 1998, el a?o que debut¨® en un Mundial, en Francia. El partido termin¨® con la igualada inicial, 0-0, y el cuadro entonces de Javier Clemente fue barrido de la Copa.
A grandes voces, en guaran¨ª, Chilavert sostuvo a su equipo. Desde sus defensas centrales, Gamarra y Ayala, hasta el punta, Cardoso, todos participaron en la defensa encarnizada de su porter¨ªa.
De todas formas, el camino de Paraguay por la competici¨®n no fue mucho m¨¢s all¨¢. En los octavos de final fue eliminada por la Francia de Zidane, la que posteriormente se proclam¨® campeona a costa de Brasil, en un encuentro que, eso s¨ª, tambi¨¦n agot¨® el tiempo reglamentario con el empate sin tantos y que dirimi¨® el defensa bleu Blanc con un gol de oro en la pr¨®rroga.
Las excentricidades de Chilavert, que gusta de adornar con ellas sus cualidades como cancerbero, comenzaron cuando jug¨® la final del campeonato paraguayo con el Guaran¨ª, en 1985. El ¨¢rbitro pit¨® un penalti a favor de su equipo y, por la palidez de sus compa?eros, dedujo que nadie m¨¢s que ¨¦l ser¨ªa capaz de tirarlo. Atraves¨® entonces de forma resuelta el campo y se dirigi¨® al bal¨®n sin que se lo pidiera nadie. Dispar¨® con fe y potencia. Su gol fue el del triunfo.
Al a?o siguiente, en el San Lorenzo de Almagro, argentino, el t¨¦cnico trotamundos Bora Milutinovic le anim¨® a ajustar la punter¨ªa de su pierna izquierda con lanzamientos a una botella de Coca-Cola.
Pero su pericia alcanz¨® fama mundial en el V¨¦lez Sarsfield, en el que lleg¨® a alcanzar un hat trick, tres goles en el lanzamiento de tres m¨¢ximos castigos, en el Ferrocarril Oeste en 1999. Ahora, con Paraguay, est¨¢ tan envalentonado que suele patear hasta los tiros libres con barrera, si se acomodan a su perfil disparador, sin importarle el riesgo de que se produzca un rebote y el r¨¢pido contraataque del conjunto rival le pille completamente descolocado, sin opci¨®n alguna a intervenir.
Amigo ¨ªntimo del escritor Roa Bastos, frustrado candidato a la presidencia de Paraguay y enemigo ac¨¦rrimo del general golpista Lino Oviedo, el portero de la selecci¨®n rojiblanca es un l¨ªder pol¨ªtico y deportivo en toda la regla. De momento, en Haeundae, gobierna la selecci¨®n con voz aterciopelada y gestos de afecto hacia todos sus compa?eros. '?Roa Bastos y ¨¦l son lo m¨¢s grande que ha dado Paraguay!', gritaba ayer el anciano m¨¦dico del equipo, Porfirio Ben¨ªtez Mussa, al verle fanfarronear.
Lo cierto es que Chilavert no amenaza nunca en vano. Cuando jugaba en Argentina lanz¨® sus advertencias y diatribas contra el Mono Burgos, hoy en el Atl¨¦tico y entonces en el River Plate, y termin¨® marc¨¢ndole un gol. M¨¢s tarde, amenaz¨® a Navarro Montoya, del Boca Juniors, y le marc¨® igualmente otro. Ayer amenaz¨® al joven Casillas. Lo prudente, sin duda alguna, es tom¨¢rselo en serio. Los hechos al menos as¨ª lo aconsejan.
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