El bombardeo de la Luna con rayos l¨¢ser indica que parte del interior est¨¢ fundido
Los experimentos han mejorado mucho desde que se dejaron all¨ª los reflectores en los setenta
Un rayo l¨¢ser emitido desde la Tierra tarda dos segundos y medio en ir a la Luna y volver, pero han sido necesarios 33 a?os de experimentos de este tipo tomando medidas cada vez m¨¢s precisas para que los cient¨ªficos puedan asomarse a lo que podr¨ªa ser el secreto mejor guardado del sat¨¦lite terrestre, un coraz¨®n caliente y blando.
Se investigar¨ªa la expansi¨®n del universo observando efectos en el sistema solar
El rayo mide 5,5 kil¨®metros cuando llega a la Luna y m¨¢s de 19 a su vuelta
Bajo los fr¨ªos cr¨¢teres y el paisaje rocoso de la superficie lunar existe un coraz¨®n caliente y blando. El descubrimiento, si se confirma, apoyar¨ªa la teor¨ªa de que la Luna fue el producto de una violenta colisi¨®n entre la Tierra en su infancia y un cuerpo celeste. Como fruto de la colisi¨®n se form¨® un anillo de materia que termin¨® concentr¨¢ndose en la Luna. La otra teor¨ªa es que la Luna es un trozo de la Tierra que sali¨® despedido en aquellos tiempos turbulentos. La sospecha de que existe una zona importante de roca fundida bajo la rugosa superficie lunar procede de experimentos con l¨¢ser que han aumentado constantemente en precisi¨®n desde que los astronautas del programa Apolo situaran en 1969 el primer reflector para l¨¢ser sobre la Luna. Otros reflectores fueron situados por astronautas americanos y veh¨ªculos robotizados rusos en los a?os setenta. Durante d¨¦cadas, los cient¨ªficos han analizado el tiempo de ida y vuelta de los destellos luminosos para hacer medidas cada vez m¨¢s exactas de la forma de la Luna, sus tambaleos, su distancia de la Tierra y sus caracter¨ªsticas f¨ªsicas. Hoy el margen de error es inferior a los 2,5 cent¨ªmetros y existen planes para construir un observatorio l¨¢ser todav¨ªa m¨¢s preciso.
Los rayos l¨¢ser son el ¨²nico veh¨ªculo para hacer rebotar luz en la Luna porque es la ¨²nica radiaci¨®n que se dispersa poco en el largo viaje de ida y vuelta (unos 768.000 kil¨®metros de media). As¨ª y todo el rayo mide 5,5 kil¨®metros de di¨¢metro cuando llega a la Luna y m¨¢s de 19 kil¨®metros a su vuelta a la Tierra. Los detectores tienen que ser muy sensibles.
En Estados Unidos el observatorio m¨¢s importante es el de McDonald, de la Universidad de Tejas. Utiliza un telescopio reflector con un espejo principal de 75 cent¨ªmetros y un l¨¢ser que manda cortos impulsos de hasta 1.000 millones de vatios de potencia. En teor¨ªa, estos destellos podr¨ªan cegar a un ser humano. 'Tenemos un radar', explica Jerry R. Wiant, ingeniero del observatorio. 'Si encuentra un avi¨®n, el sistema se desconecta autom¨¢ticamente'. Cuando el tiempo lo permite, se observa la Luna veinte d¨ªas al mes, ya que en periodo de luna llena la luz reflejada supera a la del l¨¢ser.
Los cient¨ªficos del Jet Propulsion Laboratory, de la NASA, que han analizado las medidas de l¨¢ser durante mucho tiempo, concluyeron recientemente que la superficie de la Luna sube y baja hasta 10 cent¨ªmetros en respuesta a los cambios en la atracci¨®n gravitatoria de la Tierra. Esta elasticidad, dicen los cient¨ªficos, sugiere que su interior es flexible y est¨¢ parcialmente fundido.
'Saber lo que existe en el interior de la Luna no es f¨¢cil', dice James G. Williams, que dirige la investigaci¨®n. 'Tenemos que utilizar m¨¦todos indirectos. En este caso, pudimos utilizar la distorsi¨®n de las mareas'. Si la Luna fuera de roca s¨®lida, a?adi¨®, el estiramiento ser¨ªa menos perceptible y detectable. Sin embargo, por ahora s¨®lo se trata de una hip¨®tesis. 'La incertidumbre en las medidas es todav¨ªa grande', se?ala Williams. El an¨¢lisis de las oscilaciones suger¨ªa a finales del a?o pasado que existe un peque?o n¨²cleo fundido con un radio de hasta 375 kil¨®metros. Ahora, nuevas medidas y an¨¢lisis indican que no s¨®lo existe este n¨²cleo fundido sino que alrededor hay una zona parcialmente fundida. El n¨²cleo fundido ser¨ªa demasiado peque?o para explicar los bultos.
La subida de 10 cent¨ªmetros, explica Williams, ocurre cada 27 d¨ªas -el tiempo que tarda la Luna en dar la vuelta a la Tierra, llamado el mes sid¨¦reo-. Sin embargo, el periodo que va de una luna nueva a la siguiente -el mes sin¨®dico- es de 29 d¨ªas porque la Tierra orbita el Sol en la misma direcci¨®n que la Luna. La atracci¨®n gravitatoria sobre la Luna tiende a ser mayor -y el consiguiente bulto tambi¨¦n- cuando se acerca m¨¢s a la Tierra, dicen los cient¨ªficos. La ¨®rbita de la Luna es ligeramente el¨ªptica de modo que a lo largo de los 27 d¨ªas se acerca y aleja.
Indicios de que el interior de la Luna no es s¨®lido fueron tambi¨¦n aportados por la nave espacial Lunar Prospector, que hizo recientemente un mapa del campo gravitatorio lunar.
Adem¨¢s, los cient¨ªficos esperan que una mayor precisi¨®n de las medidas permita explicar la expansi¨®n del universo. 'Es muy interesante', dice el f¨ªsico Thomas W. Murphy, de la Universidad de Washington. 'La misma fuerza que es responsable de la aceleraci¨®n del universo puede detectarse en el sistema Luna-Tierra'. Murphy quiere construir un observatorio l¨¢ser m¨¢s preciso que los actuales de Tejas y Francia. Querr¨ªa utilizar un gran telescopio de Apache Point, un observatorio universitario de Nuevo M¨¦xico. Su espejo de 3,5 metros permitir¨ªa observar con l¨¢ser la Luna de d¨ªa y con luna llena, de forma que se pudiera observar el ciclo lunar completo, y medir con mucha mayor precisi¨®n que ahora la distancia entre los dos cuerpos celestes (en mil¨ªmetros en vez de en cent¨ªmetros).
Un objetivo de este nuevo observatorio, dice Murphy, es probar con m¨¢s precisi¨®n la teor¨ªa de la relatividad general para comprender mejor la naturaleza de la gravedad. Si se encontraran leves desajustes respecto a lo que la teor¨ªa de Einstein predice, se podr¨ªan estudiar ideas alternativas para ayudar a explicar la aceleraci¨®n del universo.
Recientemente, los astr¨®nomos han encontrado indicios de que se est¨¢ produciendo una aceleraci¨®n en la expansi¨®n del universo como si una misteriosa fuerza repulsiva contraria a la gravedad estuviera alejando las galaxias unas de otras m¨¢s deprisa de lo previsto. En teor¨ªa, el nuevo observatorio podr¨ªa investigar esta expansi¨®n al permitir a los cient¨ªficos observar efectos locales en el sistema solar. Por ejemplo, podr¨ªa ver si el campo gravitatorio del Sol causa una aceleraci¨®n m¨ªnimamente diferente en la Tierra y en la Luna. 'Es como el experimento de ca¨ªda libre de Galileo', dice Murphy. 'En vez de una bola y una pluma tiramos la Tierra y la Luna hacia el Sol continuamente y tendremos la oportunidad de medir muy cuidadosamente la distancia entre ellas para ver si existen diferencias en la aceleraci¨®n'.
? The New York Times
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