P¨¦rez-Reverte abre las p¨¢ginas de 'La Reina del Sur' bajo los acordes de un narcocorrido
El escritor charla con Carmen Posadas sobre el lenguaje y los personajes de su nueva novela
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Hubo tequila y corridos de esos que hablan de federales, pistoleros y hembras de coraz¨®n. Arturo P¨¦rez-Reverte abri¨® ayer las p¨¢ginas de La Reina del Sur (Alfaguara), en una charla con la escritora Carmen Posadas. El autor cartagenero habl¨® del reto ling¨¹¨ªstico que supuso poner voz a una mexicana, de su pasi¨®n por el mundo de las fronteras, la est¨¦tica de camisas de seda de los narcos -'mejor vivir cinco a?os como rey que 50 como buey'- , del precio que uno paga por los sue?os en un mundo donde todav¨ªa es posible la aventura y de su rendida admiraci¨®n por las mujeres que pelean.
Arturo P¨¦rez-Reverte y Carmen Posadas entraron en la abarrotada Sala de Columnas del C¨ªrculo de Bellas Artes precedidos por la m¨²sica de Miguel y Octavio Jaramillo. El escritor luc¨ªa traje oscuro y camisa blanca, y la escritora, vaqueros, tacones de aguja y americana de ante. Sobre la mesa reposaban una botella de tequila y agua. El autor de La carta esf¨¦rica cont¨® c¨®mo un tipo que vive de contar historias qued¨® fascinado en una taberna mexicana, por la potencia narrativa que encierran tres minutos de canci¨®n. 'Lament¨¦ carecer de talento para resumirlo todo en tres minutos de m¨²sica y palabras. El m¨ªo iba a ser, qu¨¦ remedio, un corrido de papel impreso'. Su vida como reportero, las fronteras que ha cruzado a lo largo de su vida, sus amigos, los guardias y los propios narcos llenaron su vida durante los ¨²ltimos meses.
'?Qu¨¦ se siente siendo mujer?', le pregunt¨® la escritora. 'Me he ido acercando mucho a ese personaje en todas mis novelas, y en la ¨²ltima casi lo roc¨¦. La idea b¨¢sica era saber qu¨¦ ten¨ªa en la cabeza esa mujer cuando me miraba'. Al escritor cartagenero le gustan las mujeres que pelean o las que se rinden despu¨¦s de pelear largo rato. Le fascinaba la idea de una mujer que sobrevive en un mundo de hombres, y especialmente en el de los narcos, que es muy machista. Como ejemplo de la filosof¨ªa de ¨¦stos, habl¨® de un caso real, el de unos sicarios que le regalaron a su jefe el d¨ªa de su cumplea?os el cad¨¢ver de su enemigo.
'?El ritmo puede afectar a la carpinter¨ªa de la novela?', pregunt¨® la escritora. La idea de P¨¦rez-Reverte es que una novela es un problema narrativo y que el lector debe fluir por ella. Si se para a pensar qu¨¦ bien lo ha hecho el escritor, malo. 'Esa aparente facilidad es dif¨ªcil. Me gui¨¦ por la estructura del corrido, su ¨¦pica y sus personajes. He hecho cosas que no hab¨ªa hecho nunca. La historia requer¨ªa correr, y todo eso, como escritor, me ha hecho moverme'.
Para buscar la documentaci¨®n de la novela, el escritor tir¨® de su agenda period¨ªstica. No hab¨ªa museos del narcotr¨¢fico que visitar ni cuadros que explicaran la vida en Sinaloa, por eso se fue a las cantinas y a los bares y se emborrach¨® con la gente que puebla esos locales. Pag¨® facturas de hasta 2.000 d¨®lares, hizo amigos y, una vez m¨¢s, el escritor comprob¨® que la realidad supera a la ficci¨®n.
'La mujer de un narco era lectora m¨ªa, y eso me abri¨® muchas puertas', a?adi¨® P¨¦rez-Reverte, que asegur¨® preferir a un narco con su pistola que a uno de esos 'canallas' que matan con cheques y que hacen que otros se la jueguen por ellos. 'No cabe duda de que, cuando eres l¨²cido, la vida acaba siendo un narcocorrido', concluy¨® el escritor, mientras los Jaramillo iniciaban los acordes de Camelia la tejana, la canci¨®n que dio origen a esta novela de m¨¢s de 500 p¨¢ginas.
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