Acciones de oro y acciones de plata
Los inversores de a pie, los que no tienen privilegios, esto es, la mayor¨ªa de los inversores, deben celebrar las sentencias del Tribunal de Justicia europeo sobre las acciones de oro. Las acciones de oro permiten a los gobiernos intervenir en el mercado, dificultando las operaciones que perjudican a los gestores que disfrutan de su favor y, de esta forma, impiden que los accionistas normales obtengan el incremento del valor al que tienen derecho. El Gobierno deber¨ªa retirar inmediatamente las acciones de oro de Telef¨®nica, Endesa o Repsol. El inversor de a pie sufrir¨¢ si, por el contrario, el Gobierno cae en la tentaci¨®n de jugar con la lentitud de los procedimientos judiciales para seguir explotando al accionista normal hasta el momento en que el tribunal europeo decida que las acciones espa?olas son incompatibles con el Tratado.
La aceptaci¨®n del caso belga por parte del tribunal no sirve para defender las acciones de oro espa?olas porque, en cuanto al fondo, no afecta al mercado de capitales, sino a decisiones sobre transferencia de instalaciones t¨¦cnicas y decisiones de gesti¨®n que ponen en peligro el abastecimiento de gas natural. Adem¨¢s, el caso belga se separa claramente del espa?ol en cuanto a la forma, porque no se refiere a autorizaciones previas, sino a intervenciones a posteriori y adoptadas dentro de plazos estrictos y procedimientos rigurosos.
Tambi¨¦n estas semanas hemos visto, con motivo de las ventas de Vallehermoso y Metrovacesa, las enormes primas -entre el 35% y 59%- que han cobrado quienes ten¨ªan el control de las compa?¨ªas, mientras que los accionistas normales no s¨®lo no han recibido esas cantidades, sino que, en algunos casos, han visto caer su cotizaci¨®n. Parece que en Espa?a, adem¨¢s de acciones de oro hay acciones de plata. Se debe elogiar la reacci¨®n de la CNMV pidiendo al Gobierno que cambie la legislaci¨®n sobre OPA, de tal forma que el accionista normal pueda acceder a este tipo de ofertas. Pero el cambio no ser¨¢ suficiente para resolver el problema de que quien controla la empresa en Espa?a puede obtener de la misma un valor excepcionalmente superior al que obtiene el accionista normal, haya o no fusiones.
Hay poca esperanza de que el Gobierno espa?ol se preocupe de los accionistas normales. Se debe recordar que fue este Gobierno el primero que utiliz¨® esta t¨¦cnica de las acciones de plata con motivo de la privatizaci¨®n de ENCE. El Gobierno espa?ol no s¨®lo ha utilizado acciones de plata y acciones de oro, sino que ha sido muy activo tambi¨¦n en aprobar toda una bater¨ªa de mecanismos como los blindajes a los gestores, limitaciones a las modificaciones de estatutos, limitaciones del derecho de voto en porcentajes fijados espec¨ªficamente para quienes controlan, etc¨¦tera, creados para proteger a las personas que coloc¨® al frente de las empresas privatizadas, y es dif¨ªcil, por tanto, esperar de ¨¦l un ¨¢nimo reformador en el sentido de pensar en el inter¨¦s de todos los accionistas y no en el de sus pr¨®ximos y conocidos.
Incluso si se considerara razonable revisar la normativa del mercado de valores, no es seguro que deba solicitarse en estos momentos porque los procedimientos legislativos que se han impuesto en los ¨²ltimos a?os en Espa?a no permiten hacer reformas pensadas, discutidas, reflexionadas, que se benefician de la opini¨®n de los expertos. El espect¨¢culo de la tramitaci¨®n de la Ley Financiera, en la que los propios legisladores se han ido enterando por el peri¨®dico de las enmiendas que iba a introducir el partido del Gobierno en el ¨²ltimo momento, no deja posibilidad a la tranquilidad. Hoy las reformas de la legislaci¨®n econ¨®mica en Espa?a basan toda su solidez en lo que en el ¨²ltimo minuto se le diga a Mart¨ªnez Pujalte. Este b¨¢rbaro procedimiento ha producido alguna reforma positiva, pero ha sido pasto de numerosas chapuzas y se ha utilizado para ocupar pol¨ªticamente la sociedad civil, por lo que, antes de pedir a este Gobierno que reforme nuestro mercado de valores, es recomendable pens¨¢rselo dos veces.
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