Espa?a, l¨ªder aritm¨¦tica
S¨®lo Rusia y Corea del Sur o EE UU pueden clasificarse en dos partidos
Espa?a nunca hasta ahora se hab¨ªa clasificado para la siguiente fase de un Mundial en dos partidos. Ni siquiera lo pudo conseguir en 1950, en Brasil, oficialmente su mejor campeonato y el m¨¢s similar al actual. Entonces tambi¨¦n arranc¨® con dos victorias (3-1 ante Estados Unidos y 2-0 frente a Chile), pero necesitaba no perder contra Inglaterra, a la que finalmente tambi¨¦n venci¨® con el hist¨®rico gol de Zarra a Williams.
Un selecci¨®n supersticiosa y sometida a los maleficios se ha encontrado liderando aritm¨¦ticamente el torneo, pero en cierto modo a¨²n es ninguneada. La raz¨®n es la misma en ambos casos: los rivales que le tocaron en suerte facilitan el ¨¦xito, pero reducen el prestigio de la haza?a. Por eso Espa?a todav¨ªa no ha traspasado la frontera de los Pirineos y su presencia en los medios period¨ªsticos m¨¢s importantes es escasa, si no nula. En las fases de clasificaci¨®n, la tragedia prevalece sobre el ¨¦xito. Los apuros de Francia, Italia, Portugal o Argentina resultan mas estruendosos que la solvencia de Espa?a para liquidar a dos rivales inc¨®modos, pero peque?os.
De hecho, s¨®lo tres selecciones tienen a su alcance igualar aritm¨¦ticamente a Espa?a: Rusia, Corea del Sur y Estados Unidos, incluidas en otros dos grupos inicialmente menores. Rusia lo lograr¨ªa ganando hoy a Jap¨®n y el vencedor del Corea del Sur-EE UU si Polonia y Portugal saldan su enfrentamiento con un empate. Es decir, al margen de las sopresas, los grupos m¨¢s sencillos son los que pueden resolverse con mayor prontitud.
Espa?a, sin embargo, ha sabido abstraerse de estos asuntos, asumir su papel y resolver los partidos m¨¢s por calidad individual que por organizaci¨®n colectiva. Ni maravilla ni defrauda, pero ha ense?ado algunas de sus armas y algunos de sus defectos. Ra¨²l anuncia su candidatura al estrellato; Valer¨®n, con intermitencias, ha puesto muchos ojos tras de s¨ª; De Pedro opta al factor sorpresa. En lo contrario, la debilidad defensiva no ha pasado inadvertida a los rivales, posibles y reales.
Probablemente, Espa?a ha hecho hasta el momento lo que nunca hab¨ªa sabido hacer: ganar lo sencillo sin hacer mucho ruido y disfrutar de una jornada, la tercera, de refresco. Tras la victoria de Sur¨¢frica, el primer puesto no se decidir¨¢ hasta el mi¨¦rcoles. Un d¨ªa antes sabr¨¢ lo que le conviene al aclararse el Grupo E en la ¨²ltima jornada. Alemania y Camer¨²n, que se enfrentan entre s¨ª, e Irlanda que lo har¨¢ con la desahuciada Arabia Saudi, se juegan dos plazas y el orden de las mismas.
Jos¨¦ Antonio Camacho sabe que la aritm¨¦tica propone ¨¦xitos fugaces. Ayer, cuando celebraba su 47? cumplea?os, huy¨® de la euforia y dijo: 'Tan s¨®lo hemos dado un pasito. No hemos ganado nada'. En el fondo, Espa?a ha anulado maleficios menores. Acab¨® con medio siglo sin ganar en su deb¨² y consigui¨® por vez primera en su historia clasificarse en dos encuentros para la siguiente fase. Pero queda el m¨¢s importante: la frontera de los cuartos de final, que siempre ha arruinado las esperanzas de hacer algo importante en un Mundial. ?sa es la aut¨¦ntica barrera, la que le permitir¨ªa huir del silencio y pedir su ingreso en el club de honor. S¨®lo as¨ª prender¨¢ entre los aficionados, tan desanimados por las sucesivas decepciones, y trasladar¨¢ al equipo nacional el esp¨ªritu ganador de los grandes clubes espa?oles.
El orden casual, se ha invertido en un campeonato que puede dar la puntilla a una generaci¨®n de futbolistas. Espa?a, salvo en la defensa, ha sabido hacer el recambio oportuno y hoy ve la televisi¨®n mientras otros hacen c¨¢lculos para huir del infierno. Todo es moment¨¢neo, pero Espa?a ha sacado alg¨²n provecho de esta fase inversora que es siempre la primera: de ser l¨ªder en frustraciones ha pasado a ser l¨ªder estad¨ªstica por primera vez desde 1934. ?Casualidad o premonici¨®n?. El tiempo lo dir¨¢.
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