'Albert ya es uno de los grandes'
Josep Perlas, entrenador de Costa, cree que las dudas del tenista leridano ya no volver¨¢n
Sentado en la segunda fila del palco de jugadores, Josep Perlas mand¨® s¨®lo unos cuantos mensajes cifrados a Albert Costa durante la final que consagr¨® al leridano como campe¨®n de Roland Garros. Es su entrenador desde hace tres a?os. Su trabajo suele pasar desapercibido, pero ha sido una pieza fundamental en la recuperaci¨®n an¨ªmica, t¨¦cnica y f¨ªsica del leridano. Perlas ya hab¨ªa vivido dos finales del Grand Slam cuando entrenaba a Carlos Moy¨¤. Con el mallorqu¨ªn perdi¨® la del Open de Australia de 1997 ante Pete Sampras, y gan¨® la de Roland Garros de 1998 frente a ?lex Corretja.
'Las sensaciones fueron muy diferentes', explica Perlas. 'En Australia todo era nuevo para nosotros y no tuvimos opci¨®n ante Sampras. En el 98 en Par¨ªs fue ?lex quien acus¨® la falta de experiencia y Carlos enfoc¨® mucho mejor el partido. Ahora, con Albert, ¨ªbamos notando que las cosas se colocaban en su sitio. Le dec¨ªa que los astros se iban alineando. Pude ir analizando todas mis sensaciones, porque las percib¨ªa lentamente, en cada momento, entendiendo muy bien las vivencias de Albert. Y siempre tuve la sensaci¨®n de que todo estaba bajo control'.
'Albert y yo notamos que las cosas se pon¨ªan en su sitio. Le dec¨ªa que los astros se iban alineando'
El torneo de Roland Garros, sin embargo, no fue m¨¢s que la culminaci¨®n de un largo trabajo que llev¨® a Albert Costa a modificar no s¨®lo su mentalidad, sino tambi¨¦n aspectos muy determinados de su juego y de su condici¨®n f¨ªsica. '?ste es mi trabajo', comenta Perlas. 'Si quieres conseguir un resultado ¨®ptimo, no s¨®lo debes cuidar los detalles t¨¦cnicos y estrat¨¦gicos del jugador, sino buscar la forma de que acabe dando lo mejor de s¨ª mismo en los partidos'.
Hay muchas circunstancias que envuelven a cualquier tenista y que pueden afectar su rendimiento. En el caso de Albert Costa, el nacimiento de sus dos hijas gemelas en abril de 2001 le provoc¨® inicialmente una serie de dudas que le llevaron al borde del abandono. 'En Sydney, cuando Cristina se lo dijo, tuvo un golpe de genio y gan¨® una medalla de bronce en dobles muy importante en su carrera', prosigue Perlas. 'Pero luego le asaltaron las dudas sobre su capacidad ten¨ªstica. Pensaba que se hab¨ªa quedado atr¨¢s y que no hab¨ªa evolucionado como el resto de tenistas de ¨¦lite. Entonces le hice ver que, a¨²n sin estar en su momento m¨¢s alto, segu¨ªa manteni¨¦ndose entre los 20 primeros del mundo y que, por tanto, era falso que su nivel hubiera descendido'.
Lo m¨¢s importante que ocurri¨® entonces fue que su entorno se cerr¨® junto a ¨¦l con unos objetivos comunes. Y que Costa reconoci¨® los errores del pasado y mantuvo una actitud honesta para intentar arreglarlos. 'Realizamos un buen trabajo psicol¨®gico en momentos muy concretos, mejoramos su preparaci¨®n f¨ªsica con Toni Estalella, y cambiamos algunos aspectos de su juego: saca mejor, es m¨¢s agresivo, cierra mejor las voleas y ha resuelto los problemas con la derecha paralela. Y ¨¦l encontr¨® un equilibrio vital, una madurez y una fuerza mental que nunca antes hab¨ªa tenido'.
Los resortes para dar un salto en su carrera profesional estaban ya puestos. Y en Par¨ªs todo se confirm¨®. 'Ahora, Albert es ya uno de los grandes. Y para m¨ª era un objetivo personal ganar un Grand Slam con otro jugador', se?ala Perlas, que formaba parte del G-4 cuando Espa?a gan¨® la Copa Davis en 2000. 'Nunca m¨¢s podr¨¢ ponerse su calidad en entredicho. Por tanto, la fe y la confianza en s¨ª mismo no debe volver a cuestionarla ni ¨¦l ni los dem¨¢s. Eso no signica que no pierda m¨¢s partidos. Pero si es capaz de entender bien la lecci¨®n que le ha dado la vida, puede conseguir otras cosas muy importantes en el futuro'.
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