El dif¨ªcil destino de una dinast¨ªa
Varios de los miembros del clan Agnelli han desaparecido prematuramente
La historia de Fiat est¨¢ ligada estrechamente a la de la familia de su fundador, Giovanni Agnelli, hijo de unos terratenientes agrarios del Piamonte, en el norte de Italia, que cre¨® la f¨¢brica de autom¨®viles italiana en 1899. Con los a?os y la fortuna econ¨®mica, el tronco familiar se fue haciendo m¨¢s frondoso y la familia cobr¨® las dimensiones de una verdadera dinast¨ªa. Los Agnelli, mil veces comparados con los Kennedy americanos, por distinci¨®n, poder e incluso por haber sido marcados por la tragedia, se convirtieron con el tiempo en la familia m¨¢s importante de Italia, la verdadera casa real de una rep¨²blica que ha visto siempre con un deje de envidia los fastos de las monarqu¨ªas europeas.
Los Agnelli, mil veces comparados con los Kennedy americanos, se convirtieron con el tiempo en la 'casa real' de la Rep¨²blica Italiana
La muerte del hermano, del hijo y del nieto del 'Avvocato' han llevado a que el actual heredero ya no se llame Agnelli de primer apellido
Pero el destino ha sido cruel con la '¨²nica instituci¨®n s¨®lida de Italia', como la defini¨® certeramente uno de los estudiosos del fen¨®meno, Giancarlo Galli. Varios de los miembros del clan han desaparecido prematuramente de la escena arrebatados por enfermedades fulminantes o accidentes. El padre de Gianni y Umberto Agnelli, Edoardo, falleci¨® en un accidente absurdo, a los 43 a?os de edad. La h¨¦lice de su avi¨®n privado le golpe¨® fatalmente. Giorgio, hermano menor del Avvocato, de car¨¢cter inestable, muri¨® prematuramente, a los 36 a?os edad. Y entre los dos hermanos supervivientes, Giovanni, el actual presidente honorario del grupo, y Umberto, que preside la financiera de la familia, ha habido durante a?os rivalidades y problemas. El imperio econ¨®mico de los Agnelli ha encajado estas desgracias sin mayores problemas, salvo cuando la p¨¦rdida ha afectado directamente a la supervivencia del control din¨¢stico sobre el grupo; es decir, cuando se ha enfrentado a problemas de sucesi¨®n.
Fracasada la posibilidad de que Umberto, hermano menor del patriarca Gianni Agnelli, pudiera tomar las riendas del grupo, por profundas desavenencias con Mediobanca, accionista de Fiat, los restantes herederos naturales han sido golpeados uno tras otro por la desgracia.
Un golpe emocional
La primera y fundamental p¨¦rdida fue la de Edoardo Agnelli, el ¨²nico hijo del Avvocato, nacido en 1954 y te¨®ricamente destinado a relevar al padre al frente del negocio. Edoardo demostr¨®, sin embargo, una falta total de aptitudes para un cargo que requiere nervios de acero y ciertas dotes predadoras. Su suicidio, en noviembre de 2000, fue un golpe emocional para la familia, encajado con demoledora frialdad por el patriarca, pero no una p¨¦rdida para el grupo, que se hab¨ªa visto privado, tres a?os antes, del heredero natural, Giovanni Alberto Agnelli.
Giovannino, hijo de Umberto y dotado de todas las cualidades necesarias para presidir la Fiat, fue v¨ªctima de un c¨¢ncer fulminante, apenas superada la treintena, obligando a la familia a buscar un nuevo sucesor. El elegido fue John Elkann, hijo mayor de Margarita, hermana de Edoardo Agnelli, nieto del Avvocato que ni siquiera lleva ya en primer t¨¦rmino el apellido de la dinast¨ªa. Tampoco el imperio es ya lo que era.
La evoluci¨®n del mundo y el destino han ido limitando el poder de esta dinast¨ªa. Primero fueron las escaramuzas con Mediobanca, el poderoso banco de negocios milan¨¦s que ha gobernado el capitalismo italiano durante medio siglo, e intent¨® imponer su ley a Fiat, controlando el grupo gracias a un pacto de sindicatos. Por ¨²ltimo, el poder emergente de otros negocios, como las telecomunicaciones o Internet que han dado un vuelco a las finanzas tradicionales en todo el mundo y la propia crisis del grupo, que ha hecho trizas el equilibrio de fuerzas en el panorama del capitalismo italiano. El grupo Fiat, que en 1995 representaba por s¨ª solo el 12% del valor de la Bolsa de Mil¨¢n, hoy s¨®lo significa el 1,4% del capital de Piazza Affari. El poder enorme de los Agnelli ha perdido brillo, hasta el punto de que los empresarios italianos eligieron hace un par de a?os como presidente de la patronal al candidato que no apoyaba Agnelli.
Toda una met¨¢fora de los tiempos que corren. Tiempos dif¨ªciles para las dinast¨ªas industriales, especialmente para las dedicadas al sector del autom¨®vil donde la pol¨ªtica de concentraci¨®n de empresas ha hecho m¨¢s dura la competencia.
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