Armstrong, el campe¨®n rabioso
El ciclista norteamericano que busca su cuarto Tour lanz¨® un ataque de orgullo y revancha para ganar la Dauphin¨¦ Lib¨¦r¨¦
En junio de 1996 Miguel Indur¨¢in alcanz¨®, quiz¨¢s, la cima de su arte. Fue en la Dauphin¨¦ Lib¨¦r¨¦, dos d¨ªas despu¨¦s de sucumbir en el Mont Ventoux a un ataque combinado de Jalabert y Virenque. Fue un d¨ªa de orgullo, en el que, dej¨¢ndose llevar por la rabia, se olvid¨® de todas las precauciones y sobrevol¨® los Alpes, Allos, Vars e Izoard, descendi¨® voraz sobre Brian?on, y alcanz¨® y super¨® a un Virenque que hab¨ªa vuelto a tentar su suerte. Aquel d¨ªa de junio muchos afirmaron que Indurain ya hab¨ªa ganado su sexto Tour. Despu¨¦s, cuando en julio Indurain no pudo ganar su sexto Tour, otros tantos dijeron que aquella carrera hab¨ªa empezado a perderla el d¨ªa de junio en que asombr¨® al mundo, cuando se olvid¨® de sus l¨ªmites en la Dauphin¨¦.
Lance Armstrong, que busca en julio convertirse en el cuarto ciclista de la historia que gana cuatro Tours consecutivos (tras Anquetil, 1961 a 1964, Merckx, 69 a 72, e Indurain, 91 a 94), imit¨® a Indurain el s¨¢bado pasado. Olvidadas todas las precauciones, todas las normas que advierten del peligro de un junio excesivo para aquellos que aspiran a un julio glorioso, el ciclista americano se dej¨® guiar por la rabia, por el deseo de revancha, para sobrevolar los Alpes y librarse a una batalla individual con el col de la Joux Plane, el mismo lugar en que sufri¨®, hace dos a?os (ataque de Heras y Virenque, y de Ullrich luego), el peor desfallecimiento en sus tres triunfales Tours. 'He conquistado al tipo que por poco me mata un d¨ªa', dijo Armstrong. Los hechos ocurrieron en la Dauphin¨¦ Lib¨¦r¨¦, tres d¨ªas despu¨¦s de pasarlo mal en el Mont Ventoux (donde no pudo aguantar un ataque del joven ruso del iBanesto.com Denis Menchov), dos d¨ªas despu¨¦s de que Botero, el rubio colombiano del Kelme, le ganara una contrarreloj, tres semanas despu¨¦s de que Igor Gonz¨¢lez de Galdeano, el vitoriano del ONCE-Eroski, le ganara la contrarreloj de la Midi Libre... Demasiados detalles para no reaccionar, para que incluso alguien tan met¨®dico y anal¨ªtico en su preparaci¨®n como Armstrong, el de la mirada de hielo, que a¨²n no hab¨ªa logrado un triunfo parcial en la temporada, no sucumbiera al orgullo.
Estos detalles, estas coincidencias hist¨®ricas, sirven, por lo menos, para alimentar las esperanzas de todos aquellos equipos y corredores que esperan que Armstrong fracase en su asalto al cuarto Tour. Detalles... Todos tienen una sensaci¨®n, todos se huelen algo, todos sue?an con un error, y con estar ellos ah¨ª para beneficiarse. Y todos ellos son espa?oles.
Cuatro equipos espa?oles creen que le pueden quitar el sue?o al americano en el Tour. Han buscado indicios, se?ales de debilidad en Armstrong y han cre¨ªdo encontrarlas.
Eusebio Unzue, del iBanesto.com, cree que su equipo, el US Postal, ha perdido calidad. Habla de atques de largo aliento, con medio equipo, en las etapas alpinas del Tour. El equipo tiene grandes corredores j¨®venes (Menchov, Mancebo, Unai Osa), escaladores ambiciosos, pero ninguno tan completo como para aspirar a la victoria final. Vicente Belda, del Kelme, dice que Armstrong no es el mismo de otros a?os. Se lo repite a ?scar Sevilla (s¨¦ptimo el ¨²ltimo Tour, maillot blanco de mejor joven), el manchego que ahora asombra contrarreloj y que se retir¨® de la Dauphin¨¦ tras dos ca¨ªdas que le han llenado el cuerpo de hematomas. Manolo Saiz, del ONCE-Eroski, prepara a los suyos, ensaya escenarios de ataque, conciencia a Igor Gonz¨¢lez de Galdeano de que puede llegar igualado al primer d¨ªa de monta?a (tras la contrarreloj por equipos y la individual), de que en la monta?a, como tambi¨¦n hizo en la Midi Libre, puede forzar a Armstrong a sacar la lengua. Juli¨¢n Gorospe, del Euskaltel, sigue puliendo a Haimar Zubeldia, al joven guipuzcoano que se ha entrenado m¨¢s que nunca, que ha hecho un par de ciclos de trabajo en altura, que ha adelgazado y se ha reencontrado con el Zubeldia de hace dos a?os, resistente en la monta?a, potente en la contrarreloj.
Todos sue?an con ser la pesadilla de Armstrong. Y su rabia les da m¨¢s ilusiones.
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