?Es posible la ronda sin Armstrong?
Su presencia es apabullante en los esp¨ªritus de los equipos rivales
Algo as¨ª se deb¨ªa pensar fuera de Espa?a en los recientes tiempos de Indurain. As¨ª deb¨ªa de estar el ¨¢nimo de los equipos que no fueran el Banesto seg¨²n se acercaba el Tour. Tan apabullante es la presencia de Armstrong las v¨ªsperas este Tour, el que deber¨ªa ser el cuarto en la ristra consecutiva del fen¨®meno de Texas. Tanto se habla de ¨¦l, de su invencibilidad aparente que no es desatinado preguntarse si sin ¨¦l ser¨ªa posible el Tour 2002.
Los americanos, ir¨®nicos, se lo pueden permitir. Hablan de que ¨¦ste ser¨¢ un Tour aburrido, a lo Indurain, y de que todos, como en tiempos del navarro, est¨¢n aqu¨ª para luchar por la segunda plaza. Los no americanos, el resto del mundo, miran y remiran a sus tropas, calculan sus fuerzas, intentan ilusionarse, y desisten tras llegar a la triste conclusi¨®n de que s¨®lo un accidente, una ca¨ªda o una enfermedad pueden evitar lo inevitable.
Los espa?oles se presentan como los m¨¢s serios adversarios del campe¨®n estadounidense
El Tour comienza fuera de Francia, en Luxemburgo, y marcado por el fulgor de las barras y estrellas, por el neopatriotismo estadounidense post 11 de septiembre que llev¨® a toda la colonia, Armstrong presidiendo, a celebrar ante la tumba de su general Patton, el h¨¦roe de la Segunda Guerra Mundial, el 4 de julio con petardos. Espiritualmente fortalecidos tras la ceremonia, se disponen a dominar el Tour. No s¨®lo Armstrong, tambi¨¦n gente como dos ex gregarios suyos: Leipheimer, el californiano de bolsillo, tenaz como un fox terrier, que subi¨® al podio de la ¨²ltima Vuelta; o como Hamilton, el bostoniano que lo hizo en el ¨²ltimo Giro tras correr media carrera con una clav¨ªcula medio rota. Pero ellos no son rivales, son parte del folklore que acompa?a al hombre que mejor ha sabido comprender el car¨¢cter de conquista de la carrera, y que mejor domina las claves que permiten controlar todos sus aspectos. Incluido el de la presi¨®n gratuita. Y el de la responsabilidad. 'Cuando crees que tienes todo hecho, y ganado antes de correrlo, es cuando est¨¢s perdido', dice. 'As¨ª que tengo que salir a disputar el Tour como si todos los rivales fueran capaces de ganarme'.
Los rivales, salvando honorariamente, que para eso se corre en Francia, las posibilidades de Christophe Moreau, son los espa?oles, aunque todos contemplan como desde el exterior, como observadores y finos analistas, no como actores, los actos que se desarrollar¨¢n las pr¨®ximas tres semanas. Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri, que intentar¨¢ que sus polluelos del iBanesto.com (Menchov, el ruso que gan¨® el ¨²ltimo Tour del Porvenir, y Mancebo) saquen a la luz la grandeza ciclista que llevan dentro, recuerda la ca¨ªda inesperada de Indurain en el 96, y tambi¨¦n la de todos los campeones que han sido: inesperada e inevitable. Llega un d¨ªa y, sin haber emitido se?ales previas de desastre, el campe¨®n deja de serlo. Es sustituido en la misma carrera: LeMond en el 91, en el Tourmalet; Merckx en el 75 en Para Loup... Y hay m¨¢s, Ech¨¢varri hasta ha cre¨ªdo ver presagios en la actuaci¨®n de Armstrong en junio: su incapacidad para ganar las contrarreloj del Midi Libre (derrotado por Igor Galdeano) y del Dauphin¨¦ Lib¨¦r¨¦ (ante Botero), y, sobre todo, sus golpes de rabia los d¨ªas sucesivos para ganar en la monta?a la general de las dos carreras.
Manolo Saiz, el director del equipo m¨¢s rival, el ONCE-Eroski, no se deja cegar tanto por la historia o la filosof¨ªa como por la psicolog¨ªa. 'Tengo unas ganas locas de que llegue el pr¨®logo', dice. 'La presi¨®n no deja de crecer en el equipo'. El estr¨¦s apareci¨® porque Igor Galdeano dio muestras hace un mes de que su preparaci¨®n iba bien, demasiado bien, y de que era un hombre muy Tour en potencia; la presi¨®n sigui¨® creciendo porque al equipo de Saiz se le ha puesto delante dos objetivos traicioneros, de esos que cuando los alcanzas ves que no te sirven para nada, pero que si fracasas te dejan hundido en la miseria. Uno es ganar el pr¨®logo de hoy con Igor Galdeano (no ser¨ªa excepcional si lo consiguiera: el vitoriano ya gan¨® el pr¨®logo de la Vuelta del 99), el segundo es quedar por delante del US Postal en la contrarreloj por equipos del mi¨¦rcoles con el fin de que Galdeano pueda aguantar en la general por delante de Armstrong tras la contrarreloj larga del lunes 15 de julio, la v¨ªspera de la monta?a.
Los otros equipos espa?oles son m¨¢s silenciosos. El Kelme, el equipo de los temibles Sevilla y Botero, ha hablado m¨¢s estos d¨ªas de la soluci¨®n de sus problemas econ¨®micos que de estrategias de batalla, un hecho que no puede permitir olvidar que el equipo de Belda m¨¢s se ha especializado en librar, y ganar, escaramuzas, que en perge?ar planes pensando en una victoria improbable, pero no imposible. Y el Euskaltel-Euskadi llega con el perfil m¨¢s bajo tras los desalentadores inicios del pasado Tour, lo que no nos debe hacer olvidar que llegan con Haimar Zubeldia igual de fuerte que hace dos a?os (cuando se revel¨® en la Dauphin¨¦ Lib¨¦r¨¦), pero bastante m¨¢s maduro.
Todos forman parte del coro, los extras del cuarto Tour de Armstrong. Y tan claro parece tener todo el mundo el asunto que del recorrido apenas se habla estos d¨ªas, porque, como dice el propio ciclista estadounidense, tampoco importa tanto. 'El Tour es siempre lo mismo, contrarrelojs largas y monta?a. Y hay que ser el mejor en los dos terrenos para ganarlo'. Y el ¨²nico mejor en los dos dominios es Armstrong. Exactamente igual que Indurain en su ¨¦poca.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.