Ybarra asume ante el juez la responsabilidad de las cuentas secretas

El ex presidente del BBVA Emilio Ybarra asumi¨® ayer ante el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garz¨®n la responsabilidad de haber autorizado pagos pol¨ªticos, como la financiaci¨®n de una campa?a electoral del presidente venezolano, Hugo Ch¨¢vez, y el manejo de las cuentas secretas de la entidad que presid¨ªa. En este cap¨ªtulo, reconoci¨® que dispuso la constituci¨®n de los fondos de pensiones como compensaci¨®n a los directivos procedentes del BBV.

Ybarra lo asumi¨® todo. ?l era el presidente del banco y reconoci¨® que dio las instrucciones y autorizaciones que en cada caso se le requirieron. Las ¨®rdenes importantes fueron suyas, las de menor trascendencia, dijo, de Luis Bastida (consejero y director financiero). Fue un completo reconocimiento de su propia responsabilidad, seg¨²n informaron fuentes presentes en la declaraci¨®n del banquero. Tras la declaraci¨®n, que tuvo una duraci¨®n de cuatro horas, ni el fiscal ni las acusaciones solicitaron medidas cautelares para el ex presidente del BBV.

Ybarra insisti¨® en todo momento en que su intervenci¨®n, dando instrucciones o autorizando la actuaci¨®n de sus subordinados en el banco fue en inter¨¦s de la entidad que presid¨ªa.

As¨ª, admiti¨® haber accedido a financiar la campa?a electoral de Hugo Ch¨¢vez en Venezuela, donde la imagen del banco estaba muy da?ada por una serie de problemas. El partido de Ch¨¢vez pidi¨® un gesto de buena voluntad y, tras considerar las opciones, decidi¨® colaborar en la campa?a, aunque no sabe c¨®mo se hizo el pago, gesti¨®n que encarg¨® a Luis Bastida.

Afirm¨® que los fondos de las cuentas secretas era dinero del banco, que estaba contabilizado y auditado, aunque no consolidado. Defendi¨® que la gesti¨®n de los fondos fue correcta, tanto cuando estaban en Jersey como cuando estuvieron en la Fundaci¨®n Amelan, en Liechtenstein.

Las primeras cantidades, dijo, proven¨ªan del Banco de Vizcaya, que hab¨ªa comprado las acciones que estaban en poder de Javier de la Rosa y que hab¨ªa amenazado con hacerse con el control del banco. Ybarra sostuvo que cuando ¨¦l tuvo conocimiento de la existencia de los fondos, ¨¦stos se elevaban a 8.000 millones de pesetas (48 millones de euros) y que cuando han retornado ascienden a 37.000 millones (222 millones de euros), m¨¢s otros 5.000 millones (30 millones de euros) utilizados para enjugar p¨¦rdidas de tesorer¨ªa por unas operaciones de futuros con divisas. Es decir, que de 8.000 millones han pasado a 42.000 millones de pesetas, por lo que no se puede hablar de perjuicios para los accionistas, sino de beneficios para la entidad. Agreg¨® que el hecho de no haber reflejado estas cuentas en los balances del banco no ha alterado la imagen fiel de los estados contables, por su m¨ªnima incidencia porcentual en relaci¨®n con los activos del banco.

Coyuntura favorable

Ybarra precis¨® que se estuvo buscando una coyuntura favorable para repatriar el dinero, pero que no hubo discrepancias con Francisco Gonz¨¢lez, actual presidente de BBVA y, en aquellas fechas, copresidente junto con el declarante. Ambos participaron en la decisi¨®n, en diciembre de 2000, de repatriar los fondos, subray¨®, aunque hubo diferencias de matiz. Ybarra cre¨ªa que habr¨ªa problemas t¨¦cnicos y de imagen del banco, como as¨ª ha sido, mientras que Gonz¨¢lez no vio problema alguno.

Sobre la fecha en la que Gonz¨¢lez tuvo conocimiento de la existencia de las cuentas secretas, Ybarra se?al¨® que tanto ¨¦l como el propio Gonz¨¢lez tuvieron dificultades en recordar cu¨¢ndo se hab¨ªa producido, pero que ambos pactaron en decir que la reuni¨®n hab¨ªa sido en septiembre de 2000. Pudo ser antes, destac¨® Ybarra, pero ante la dificultad en recordar, acordaron decir que en septiembre.

Respecto a los fondos de pensiones suscritos con American Life Co (Alico), con los que se compensaron las p¨¦rdidas de retribuciones de los consejeros procedentes de BBV, Ybarra se?al¨® que en el primer consejo del BBVA, el 28 de enero de 2000, le otorgaron poderes sobre retribuciones y pensiones para empleados y no empleados del banco.

En el consejo de marzo de 2000 se aprob¨® que la compensaci¨®n ser¨ªa una cantidad a cuenta que se consolidar¨ªa en el ejercicio siguiente. Ybarra decidi¨® que se hiciera con Alico porque ya hab¨ªa trabajado con ellos.

Se?al¨® que en marzo de 2000 tuvo un despacho con Gonz¨¢lez para explicarle el asunto de las retribuciones. Lleg¨® con un dossier en el que figuraba la constituci¨®n de los fondos de Alico, pero, seg¨²n dijo, Gonz¨¢lez le dijo que no quer¨ªa saber nada, que era un tema suyo.

Garz¨®n le dijo que era dif¨ªcil creer que no hubiera informado a Gonz¨¢lez, pero Ybarra insisti¨® en que ¨¦ste le dijo que era cosa suya, que ten¨ªa poderes solidarios y no le extra?¨®. Eran momentos de buenas relaciones y de confianza.

Se?al¨® que se indic¨® a los consejeros la indisponibilidad de los fondos. Primero, porque eran pagos a cuenta, y, segundo, porque estaba en marcha la operaci¨®n Bancomer y pod¨ªa ser necesario disponer de los fondos para garantizar el cumplimiento del acuerdo firmado en M¨¦xico, no para comprar acciones, sino para primar a grupos de accionistas en una operaci¨®n que consiste en dar cr¨¦ditos para comprar acciones.