Sabor a puerto en Cudillero
La localidad asturiana celebra el día 29 la fiesta de L'Amuravela
Cudillero es uno de los pueblos más turísticos de Asturias. Su imagen de pueblo marinero de calles empinadas junto a un puertecito fue uno de los primeros carteles que popularizaron el turismo en Espa?a. Cudillero -nombre que viene de codo o codillo- ya tiene un gran puerto pesquero nuevo y no necesita sacar las barcas multicolores del agua en días de tempestad, pero conserva cuidadosamente el puerto antiguo. Cudillero sigue siendo un pueblo guapo. Y miles de personas lo visitan
Cada a?o, el 29 de junio, día del patrón san Pedro pescador, se celebran las fiestas de L'Amuravela, y alguien vestido de mahón como todos los pescadores, recitando en el habla local del pueblo -el pixueto-, lee un pregón en verso resumiendo los avatares del a?o y en el que también se critica a las autoridades. Cuentan que algún a?o de mala pesca las coplas han llegado a decirle al patrón san Pedro: 'Si falta pescado o pan / de un sablazo vas al suelo / cojo las llaves del cielo / y se las doy a san Juan'. De todas formas, el pregón acaba siempre con los gritos que los patrones daban a los marineros para la maniobra: '?Amuravela! ?Isa vela!', y los que anuncian los fuegos artificiales: '?Fuego a babor! ?Fuego a estribor!'. El final es un grito al santo cofrade, tratado de tú: '?Viva Pedro!'.
Cudillero es también un resumen de Asturias, una región plural donde las haya, donde conviven el mar, los valles y las monta?as. En el pueblo viven 2.000 vecinos, una buena parte de los cuales siguen dedicándose a la pesca, pero esta villa marinera es a la vez cabeza de un municipio -concejo dicen en Asturias- de 6.500 habitantes, que se reparten por unos bellos valles bajos y por las aldeas cercanas a las cumbres, que pastorean el ganado en las bra?as.
'Vaqueiros', 'xaldos' y 'pixuetos
'Los de las bra?as son descendientes de los míticos vaqueiros de alzada (porque alzaban sus escasas pertenencias para seguir al ganado de los pastos de invierno a las bra?as o pastos de verano -brao es verano en bable-). En la iglesia de San Martín de Lui?a, una inscripción en el suelo les obligaba a no pasar a la parte delantera ('no pasen de aquí los vaqueiros', reza). Por fortuna, esas viejas discriminaciones ya no existen y los vaqueiros conviven con los habitantes de los valles bajos, los xaldos. Ambos llaman a los habitantes de la costa mari?anos, aunque los mari?anos de Cudillero se nombran pixuetos, como su lengua local. Se supone que esta palabra viene de pixín, que es como se llama aquí al rape, o de pix, que significa pez. Son los que viven de los peces.
Los marineros pixuetos pescan mucho rape (pixín), pero también capturan sardinas, bocartes, chipirones, calamares, besugos, merluzas y peque?os bonitos. Aquí todas las merluzas se pescan con anzuelo. 'Son de pinchu', dicen, lo que mejora la calidad del pescado, que los turistas degustan en el mismo puerto. Hace no muchos a?os, las peque?as barcas de Cudillero hacían guardia en sus caladeros locales de rape y merluza para evitar que los grandes arrastreros de otras regiones vinieran por la noche a redar en sus criaderos. Otro bicho que pescan los pixuetos es el peque?o tiburón, llamado gata o lija, y otros pescados baratos que las familias ponen a secar en los balcones y que se comían secos, como el bacalao. Este pescado seco se llama curadillo y está exquisito guisado con fabes, esas alubias tiernas y mantecosas que son uno de los pilares de la gastronomía asturiana. En Cudillero también se come pote (más suave que la fabada, gracias a la berza que contiene), y de postre, unas galletas locales que se llaman suspiros, o el arroz con leche, el más representativo de Asturias y que aquí se borda.
Un acantilado de cien metros
Los paseos por la costa de Cudillero son un placer. Aquí, la línea del mapa de Espa?a es abrupta, con acantilados que en el cabo Vidio alcanzan los 100 metros de altura. Ahí hay un faro de gran alcance, desde el que se ve una puesta de sol extraordinaria. Abajo del acantilado, en los pedreros, los mariscadores, en peque?as barquitas de colores, buscan centollos y langostas, otras delicias gastronómicas que mantienen vivos en las cetáreas de Ovi?ana, donde hay una bahía escondida, Porticella, tras pasar un túnel. Parece cosa de magia. Como lo son los paisajes de playas de arena como San Pedro, La Cueva o la de Aguilar, ya limítrofe con Muros de Nalón. También hay pedreros o playas de guijarros, que aquí llaman xogarrales, como la bellísima de El Silencio. Las piedras de los xogarrales arrullan con cada ola y braman cuando hay tempestad.
Toda esta costa está protegida por su interés paisajístico y sus rincones llenos de historia, que a veces se mezcla con la leyenda. Uno de estos lugares es la Concha de Artedo, donde el mar alcanza gran profundidad cerca de la orilla. Durante la Segunda Guerra Mundial, los submarinos alemanes, que hostigaban a los convoyes aliados de suministro al Reino Unido, se amparaban en las aguas de Galicia y Asturias para huir de los destructores estadounidenses y británicos y en estas costas eran abastecidos de comida por pesqueros fletados por personajes de la dictadura franquista.
La casona de los Selgas
Como muchos concejos asturianos, Cudillero cuenta con una casona espectacular. Se trata del palacio de los Selgas, construido en El Pitu, entre 1870 y 1895, por los miembros de esta rica familia, Ezequiel y Fortunato. Además de la casona, que ellos llamaron La Quinta, palacio neoclásico donde hay jardines, fuentes, esculturas y una pinacoteca con cuadros de Tiziano, El Greco, Goya o Carre?o Miranda, los Selgas construyeron su tumba en la cripta de la vecina iglesia de Jesús Nazareno y unas grandes escuelas en cuya fachada se lee: 'Facilitar cultura es hacer patria'. Al otro lado de la carretera construyeron también un cuartel de la Guardia Civil en estilo renacentista. Todo se conserva.
En Cudillero, además de ir a la playa o a pescar a los pedreros, se pueden alquilar barcas para navegar, y bicicletas o caballos para subir a los valles o a las bra?as, como las de La Rondiella o Bra?aseca. Los aficionados a la pesca fluvial pueden tentar a salmones y truchas en los vecinos ríos Narcea y Esva. Nadie debe perderse la experiencia de subir, poco a poco, las empinadas calles y callejas del pueblo. El espectáculo del caserío, agazapado en el monte, frente al mar, impresiona, tanto de día como de noche. A pesar de los muchos turistas, los nativos están llenos de bonitas historias. Para los amantes de la lectura, especialmente recomendada la novela José, de Armando Palacio Valdés. El país, el paisaje, la gastronomía y el paisanaje bien merecen la excursión a este recodo, donde se vive lo más auténtico del Cantábrico. Cudillero es como una caracola, humilde pero preciosa.
GU?A PR?CTICA
- La Casona de Pío (985 59 15 12). Río Frío, 3. Cudillero. La habitación doble, 65,51 euros. - Hotel Casona de La Paca (985 59 13 03). El Pito. A un kilómetros de Cudillero. La doble, 73 más IVA. - Hotel Casona de Selgas (985 59 01 13). El Pito. A un kilómetro de Cudillero. La doble, 57 más IVA.
- Son recomendables todos los bares del puerto de Cudillero, como Casa Isabel, Santiago o La Taberna del Puerto. Famoso el pote de berzas de El Rosal, en San Martín de Lui?a. La paella de mariscos de Casa Miguel y el curadillo con fabes de Casa Mari?o, ambos en la Concha de Artedo. En la playa de Aguilar, Azpiazu. Imprescindible probar la sidra.
- Información turística de Cudillero (985 59 13 37 y www.cudillero.org).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás a?adir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.