Francia evita acabar con la cultura del veto en el Consejo
En l¨ªnea con lo ocurrido en otros terrenos, los l¨ªderes europeos pactaron ayer en Sevilla una reforma aguada del Consejo de la UE en comparaci¨®n con la que pusieron sobre la mesa Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y el secretario general del Consejo, Javier Solana. El franc¨¦s Jacques Chirac se opuso a que, tras los debates en las cumbres, hubiera una 'constataci¨®n de posiciones', es decir, que se dijera p¨²blicamente qu¨¦ postura contaba con el apoyo mayoritario en caso de discrepancia. Aznar y Solana propon¨ªan as¨ª dar un paso fundamental para acabar con la cultura del veto.
Por el contrario, los Quince pactaron ayer una rocambolesca f¨®rmula para que, 'en casos excepcionales', se comunique 'las posiciones manifestadas en las deliberaciones con objeto de que se saquen las conclusiones pertinentes para la continuaci¨®n del procedimiento'. Una f¨®rmula que no satisface ni a Aznar ni a Chirac, pero que tampoco cierra la v¨ªa al camino abierto por el presidente espa?ol y Solana.
Algo similar se produjo con respecto al plan de Aznar y Solana para que el actual Consejo de Asuntos Generales, integrado por los ministros de Exteriores, se desgajara en uno de Asuntos Exteriores y otro de Asuntos Generales, encargado de preparar las cumbres. En lugar de ello, se ha creado el Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores. Los ministros seguir¨¢n compaginando las dos funciones, pero habr¨¢ reuniones separadas, lo que no deja de ser otro arreglo rocambolesco.
De Sevilla s¨ª ha salido la reducci¨®n de 16 a 9 del n¨²mero de consejos sectoriales, un c¨®digo de conducta con normas m¨ªnimas para las cumbres y la apertura al p¨²blico, a trav¨¦s de la televisi¨®n, de las sesiones del Consejo en su funci¨®n legislativa. En todo caso, las t¨ªmidas reformas aprobadas no resuelven el problema de fondo: que tras la ampliaci¨®n ya no servir¨¢n las reglas de juego en el funcionamiento del Consejo.
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