La simpat¨ªa del pepinillo

Jugando con una rima que sirve para acordarse de la direcci¨®n: Barquillo, 42, Antonio Alonso y Juan Carlos Mart¨ªn abrieron hace cuatro a?os, en pleno centro de Madrid, El Pepinillo de Barquillo. El restaurante fue decorado con colores alegres por Mart¨ªn (socio tambi¨¦n de El Bogavante de Almirante y el Wok Caf¨¦), que coloc¨® 19 globos luminosos sobre la barra y un gigantesco pepinillo colgado del techo (hortaliza que s¨®lo aparece en una banderilla que se sirve de aperitivo). El estrecho local acoge a una clientela simp¨¢tica, noct¨¢mbula e informal que se identifica con el tono ligero de una carta en la que destacan los platos fr¨ªos, ideales para compartir, a muy buen precio y calidad aceptable. La cocinera, ?ngela Moriel, y el encargado, Gerald Magistrado, dirigen un trasiego en el que sobresalen las ensaladas -de pimiento con ventresca (9 euros), griega con pasta y queso feta (8 euros) o con tomate y mozzarella (8 euros)-. Los surtidos de tapas y los quesos son otras propuestas de una lista en la que tambi¨¦n los vinos tienen precios moderados.

L¨¢stima que un local tan agradable adolezca de una de las lacras de la hosteler¨ªa en Espa?a: el ruido. Los fines de semana, cuando el local est¨¢ lleno, la atm¨®sfera se convierte en un griter¨ªo, algo que podr¨ªa evitarse con unos simples paneles absorbentes.