Un d¨ªa entre cotorras y cacat¨²as

Los p¨¢jaros son una de las familias del reino animal que siempre se han granjeado mayores simpat¨ªas..., por mucho que Hitchcock se empe?ara en hacernos sentir lo contrario. Por eso, quienes a¨²n guardan un cierto recelo al verlos, recordando la pel¨ªcula del mago del suspense, tienen una buena oportunidad para ahuyentar viejos fantasmas d¨¢ndose una vuelta por el Parc de les Aus (Parque de las Aves) de Vilassar de Mar, a 20 kil¨®metros de Barcelona. Y es que la belleza y el colorido de sus ejemplares hacen que se identifiquen m¨¢s con el pac¨ªfico Loquillo de Disney que con el temible buitre leonado que populariz¨® F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente con sus documentales.

En este parque, los visitantes encontrar¨¢n p¨¢jaros por un tubo. M¨¢s de dos millares, de unas trescientas especies de los cinco continentes. Desde el loro gris del ?frica ecuatorial al guacamayo aliverde del centro de Suram¨¦rica, pasando por la cacat¨²a galenta australiana, la grulla coronada de Sur¨¢frica (una de las especies m¨¢s ex¨®ticas del parque), eiders del cabo Norte, patos mandarines de China, t¨®rtolas, loros, canarios, periquitos, cotorras, cisnes, ocas, faisanes, em¨²s, ?and¨²s, avestruces..., o el ibis sagrado, venerado en el antiguo Egipto hasta el punto de que arropaba a los faraones en su morada eterna. Todos ellos, descritos en unas fichas situadas frente a sus zonas y jaulas.

El Parc de les Aus se abri¨® al p¨²blico en 1973, pero su gestaci¨®n data de principios de los sesenta, cuando el matrimonio Vi?als empez¨® a criar periquitos y canarios al tiempo que cuidaban de su granja. De ellos naci¨® la idea de crear un parque dedicado a la reproducci¨®n, recuperaci¨®n y exhibici¨®n de las aves.Hoy d¨ªa, 40.000 metros cuadrados arropados de una cuidada y exuberante vegetaci¨®n, con ¨¢rboles, arbustos, palmeras y plantas, forman un verdadero jard¨ªn bot¨¢nico. Con el tiempo han ido sustituyendo las barreras arquitect¨®nicas artificiales (rejas, alambradas) por las naturales (troncos, piedras, estanques, lagos, islotes), acercando cada especie a su propio h¨¢bitat en un estado de semilibertad, como es el caso de cig¨¹e?as, flamencos, patos..., a los que los visitantes (unos 100.000 anuales) pueden dar de comer.

Atracciones

Para hacer el recinto m¨¢s interactivo -y en recuerdo a sus or¨ªgenes granjeros-, los Vi?als incorporaron en una zona el Toca Toca, para que los ni?os acaricien y admiren otro tipo de animales: cabras, ovejas, conejos y gallinas. Tambi¨¦n hay un estanque con tortugas, e incluso un chimpanc¨¦, Tico, que en 1989 fue encontrado suelto en los alrededores.

Adem¨¢s, un minitr¨¦n recorre una laguna, y hay una zona donde los ni?os pueden montar en poni, colchonetas el¨¢sticas y un ¨¢rea infantil. Para terminar, una maquilladora dibuja en los rostros de los peque?os las figuras de sus aves favoritas.