Democracia, minor¨ªas y el rey Lear

Federalismo, nacionalismo e internacionalismo, en una sociedad -la europea- sacudida por la llegada masiva de inmigrantes. Esos fueron algunos de los ingredientes que se mezclaron ayer en la presentaci¨®n de Democracia y pluralismo nacional (Ariel, 2002), un conjunto de textos coordinados por el profesor de Ciencia Pol¨ªtica Ferran Requejo. Narc¨ªs Serra, diputado del PSC y presidente del CIDOB, hizo un encendido elogio del federalismo como quintaesencia del liberalismo bien entendido. 'Para el federalismo, la soberan¨ªa nace del individuo, que, a su vez, cede el poder a quien quiere, y ese es el camino del futuro', asegur¨® Serra al abonar la figura del ciudadano-individuo como elemento que ya reemplaza al Estado.

Federalismo, minor¨ªas... ?Y todo eso c¨®mo encaja en una Europa que cada vez recibe m¨¢s inmigrantes? Pues mal, porque 'la defensa de las minor¨ªas', a juicio del diputado socialista, 'no nos ha preparado para aceptar los derechos de las nuevas minor¨ªas'. Y esa inmigraci¨®n reviste unos caracteres desconocidos para la civilizaci¨®n europea, opin¨® Ramon Valls, catedr¨¢tico de Filosof¨ªa y experto en Hegel, quien no dud¨® en considerar que s¨®lo con las invasiones de los b¨¢rbaros se produjeron situaciones similares. Valls se limit¨® a poner nombre a lo que sucede. Fiel a la tradici¨®n de Hobbes, se centr¨® en la necesidad del Estado, y pas¨® de puntillas sobre las minor¨ªas. Habl¨® del Estado como lugar de encuentro, de consenso social -que 'tiene como enemigo por excelencia a la guerra civil'- y, en consecuencia, como elemento de peso en la escena internacional. 'A alg¨²n Estado tal vez le ha encogido la camiseta, pero es la ¨²nica unidad de medida internacional, el ¨²nico que puede sentarse a una mesa a jugar a p¨®quer con apuesta', agreg¨®.

Sin hacer concesiones al moralismo, Valls afirm¨® que la ley, sin espada, se pierde en meras palabras y que el futuro se juega m¨¢s a escala internacional que en casa.

Por el contrario, y como corresponde a un nacionalista, el conseller en cap, Artur Mas, se refiri¨® a la complejidad del reconocimiento de las minor¨ªas en las sociedades europeas occidentales. Y entr¨® de lleno en el meollo que plantea el libro coordinado por Requejo: la personalidad cultural, asignatura pendiente de las modernas sociedades, no se reconoce como un derecho. De paso aprovech¨® para dudar de la eficacia del federalismo, 'al menos como lo conocemos hasta ahora'.

'El federalismo ha sido traicionado por las federaciones', apostill¨® Ferran Requejo, quien considera que la democracia tiene dos asuntos urgentes: abordar su relaci¨®n con la globalizaci¨®n y con el pluralismo cultural. 'Queda una hornada para ordenar, para constitucionalizar: son los derechos culturales', subray¨® el profesor de Ciencia Pol¨ªtica. Y puso escasas esperanzas en que la Uni¨®n Europea fuese capaz de superar a corto o medio plazo ese problema de las minor¨ªas. 'Antes se adoptar¨¢ una pol¨ªtica com¨²n con la inmigraci¨®n que con los problemas nacionales', destac¨®. En tono un tanto fatalista y en alusi¨®n a la miop¨ªa de algunos gobernantes, concluy¨® su intervenci¨®n citando al rey Lear: 'La plaga de este tiempo es que los ciegos conducen a los locos'.