El centro pol¨ªtico espera...
Me preguntaba d¨ªas atr¨¢s una ilustre periodista d¨®nde estaba el centro pol¨ªtico ahora. La verdad es que se trata de un tema fundamental de cara a los pr¨®ximos eventos electorales. La cuesti¨®n no es balad¨ª, dado que en ese espacio ideol¨®gico se encuentran cerca de dos millones de votos que, seg¨²n miren a derecha o izquierda, dar¨¢n el triunfo electoral al PP o al PSOE en los pr¨®ximos comicios. A lo largo de estos 25 a?os de ejercicio de las libertades, la disputa por el centro pol¨ªtico, que s¨®lo consigui¨® definici¨®n propia con la UCD, ha sido una constante. As¨ª, el PSOE lo ocup¨® durante tres legislaturas. Despu¨¦s fue el PP el que, tras haber buscado por activa y por pasiva el centro pol¨ªtico, lo encontr¨®, y ha tenido el poder en dos legislaturas.
Hoy lo que parece claro es que el l¨ªder del PP, el presidente Aznar, se manifiesta pol¨ªticamente como un pol¨ªtico de la derecha cl¨¢sica, al modo de Berlusconi, o del presidente Bush, que es quien marca el estilo. Ser¨¢ quiz¨¢s porque se marcha y ya no necesita hacer esfuerzo alguno, aunque no s¨®lo se trata de un problema de estilo de gobierno, sino de legislaci¨®n y de distribuci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado, que ¨²ltimamente se preocupan m¨¢s de los intereses del capital econ¨®mico en lugar de hacerlo por los derechos sociales. As¨ª las cosas, Zapatero, l¨ªder del PSOE, se presenta, por el contrario, como un pol¨ªtico moderado, preocupado por la paz social y el progreso. ?Qui¨¦n de los dos se llevar¨¢ en esta ocasi¨®n los votos del centro? El gato est¨¢ en el tejado.
Cuando hace 25 a?os constituimos la Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico (UCD) entre liberales, dem¨®cratacristianos, reformistas y socialdem¨®cratas, ten¨ªamos muy claro que el centrismo defin¨ªa una manera precisa de hacer pol¨ªtica; moderada en las actitudes, progresista en las leyes y de consenso en los temas fundamentales. Hoy parece que esto no est¨¢ de moda. Qu¨¦ diferente hubiera sido para nuestra pac¨ªfica convivencia que en lugar de darnos a los ciudadanos andaluces el latigazo del decretazo, a un mes de la cumbre de Sevilla, hubi¨¦ramos celebrado de verdad lo conseguido por el pueblo espa?ol el 15-J de 1977, o sea las bodas de plata con las libertades. Si el presidente Aznar se hubiera puesto al frente de dicha conmemoraci¨®n, que ha pasado sin pena ni gloria, toda Espa?a se habr¨ªa alineado seguramente detr¨¢s de tan vigoroso liderazgo. Pero estando tan clara esta oportunidad para la paz social, la convivencia y el orgullo de un pueblo, no se ha hecho as¨ª sino todo lo contrario. Y es que estas cosas hay que sentirlas con pasi¨®n, para vivirlas con honor. Bastar¨ªa para ello traer a nuestra memoria hist¨®rica que Espa?a est¨¢ viviendo el periodo m¨¢s largo de libertad, progreso y paz de los ¨²ltimos 200 a?os para sentirnos como ciudadanos orgullosos de ello. ?Se sienten as¨ª los pol¨ªticos?
El centrismo que pilot¨® con maestr¨ªa la transici¨®n, aunque despu¨¦s fue denostado por unos y otros, se ve de nuevo necesario para la convivencia y el progreso de Andaluc¨ªa y Espa?a. Los dos grandes partidos nacionales, PP y PSOE, tienen la palabra, pues no vamos a reinventar ahora lo que puede ser liderado por quien mejor entienda el mensaje. Arist¨®teles dec¨ªa que la virtud es el t¨¦rmino medio entre dos extremos. El que esto reflexiona, como constituyente de aquellas primeras Cortes del 15-J, y desde el centrismo hist¨®rico, echa de menos, como tantos otros, ese estilo, esas leyes y esa competencia profesional en los pol¨ªticos, capaz de elevar el tono de la convivencia y hacer que la ciudadan¨ªa se sienta eficientemente representada.
Arturo Moya es vicepresidente ejecutivo de la Fundaci¨®n Antares y fue diputado de UCD al Congreso por Granada.
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