La mujer que destap¨® el gran fraude
Una auditora de WorldCom se une a la reciente 'lista de hero¨ªnas' de EE UU
Sherron Watkins destap¨® el caso Enron y Coleen Rowley arremeti¨® contra la paralizadora burocracia del FBI en v¨ªsperas del fat¨ªdico 11 de septiembre. Dos mujeres pusieron contra las cuerdas a un sistema dominado por hombres y ahora emerge una tercera, Cynthia Cooper, descubridora del mayor fraude contable de la historia de Estados Unidos, los 3.800 millones de d¨®lares (unos 3.880 millones de euros) espectacularmente disfrazados como inversiones en WorldCom.
Discreta, rigurosa y tenaz, Cooper va a ser un testigo crucial en la investigaci¨®n sobre el fiasco de la segunda telef¨®nica norteamericana. Cooper hab¨ªa sido convocada para declarar la pr¨®xima semana ante el comit¨¦ de la C¨¢mara de Representantes que va a investigar la crisis que tiene a WorldCom al borde de la quiebra, comit¨¦ que tambi¨¦n ha convocado a Bernard Ebbers, el fundador y presidente de WorldCom hasta el pasado mes de abril, y a Scott Sullivan, el cerebro financiero, mano derecha y confidente de Ebbers, despedido la pasada semana. El presidente del comit¨¦ ha rescindido la invitaci¨®n a Cooper para no interferir con su testimonio en otras pesquisas, lo que permite a la hasta ahora oscura auditora interna, de 37 a?os y madre de dos hijos, escapar de los focos y pantallas de televisi¨®n.
Cynthia Cooper, una tenaz ejecutiva, desvel¨® el agujero de 3.800 millones de d¨®lares en su empresa
Cuentan quienes la conocen que Cooper declar¨® a mediados de la pasada d¨¦cada, cuando volvi¨® a WorldCom tras pasar unos a?os en otra compa?¨ªa de telecomunicaciones, que su objetivo era llegar a vicepresidenta de la compa?¨ªa. Entonces fue colocada al frente de la secci¨®n de auditor¨ªa interna y con el tiempo alcanz¨® la meta que se hab¨ªa marcado, vicepresidenta con responsabilidad sobre las auditor¨ªas internas. La posici¨®n de n¨²mero dos, entre varios vicepresidentes de distintas divisiones del emporio WorldCom, no garantizaba acceso privilegiado a Ebbers, que ten¨ªa un limitado c¨ªrculo de amistades, en el que Sullivan se llevaba la palma, y reservaba para los de fuera distanciamiento y desinter¨¦s, por muy vicepresidentes que fueran. Seg¨²n testigos de la relaci¨®n, cuando Cooper acud¨ªa a presentar sus informes, Ebbers estaba lejos de ser c¨¢lido. ?l era el jefe y no le gustaba que le contradijeran. Discutir con ¨¦l era un ejercicio de violencia verbal unidireccional. Como muchos en WorldCom, Cooper evitaba los choques, en los que llevaba todas las de perder. 'S¨ª, se?or, nos ocuparemos de eso', era su respuesta cuando el jefe se pon¨ªa intratable.
Cooper hab¨ªa tenido ocasi¨®n de conocer de cerca a Ebbers, pues entr¨® en lo que entonces se llamaba LDDS (siglas Servicio Telef¨®nico Barato de Larga Distancia) antes de la estelar transformaci¨®n de la firma en una de las grandes telef¨®nicas mundiales. Con estudios de contabilidad en universidades de Misisip¨ª y Alabama, Cooper fue asignada al principio al departamento financiero, donde demostr¨® su pasi¨®n por el detalle y el conocimiento. 'Era muy curiosa y le interesaba mucho c¨®mo funcionaba la compa?¨ªa', recuerda un antiguo directivo.
A ese celo por saber atribuyen algunos su descubrimiento del agujero de los 3.800 millones de d¨®lares. Ebbers dimiti¨® en abril -acosado por resultados ya malos de por s¨ª y un endeudamiento de 30.000 millones- y el hecho de que Cooper levantara la liebre en mayo hace pensar que algo deb¨ªa de haber entrevisto. Ella no dice nada, ni su abogado hace declaraciones, pero conocedores del funcionamiento de la compa?¨ªa consideran probable que Ebbers, al responder a las inquietudes de Cooper, le dijera algo en la l¨ªnea de 'Vete a tu despacho y deja que Scott se encargue de los n¨²meros'.
Scott Sullivan sigui¨® encarg¨¢ndose de los n¨²meros, pero, sin Ebbers de pantalla y con un nueva direcci¨®n, Cooper prosigui¨® sus investigaciones como una cruzada personal, hasta el extremo de manifestar a sus jefes que no sent¨ªa que estuviera trabajando para la compa?¨ªa, sino para el comit¨¦ de auditor¨ªa del consejo de administraci¨®n, un ¨®rgano independiente a la estructura jer¨¢rquica de WorldCom. Con el despido de Sullivan y el reconocimiento por WorldCom de los enjuagues financieros, Cooper se ha unido a la pareja de justicieras Watkins y Rowley.
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