Fracasa el ¨²ltimo intento de salvar la empresa alemana Babcock
UGT pide a la SEPI que clarifique el futuro de la filial espa?ola
Las negociaciones sobre un plan de rescate para el centenario fabricante alem¨¢n de bienes de equipo Babcock Borsig, que suspendi¨® pagos el viernes pasado, fracasaron definitivamente ayer por la negativa de los bancos acreedores a seguir inyectando liquidez en una empresa que, como pocas otras, ha sido arruinada por sus mismos ejecutivos. La insolvencia de Babcock Borsig deja en entredicho 22.000 empleos en todo el mundo (13.000 de ellos en Alemania) y amenaza con arruinar la econom¨ªa local de Oberhausen, sede de la compa?¨ªa, en plena cuenca del Ruhr.
Temerosos de los efectos electorales de este nuevo colapso empresarial, tanto el canciller, Gerhard Schr?der, como el primer ministro del Estado de Renania del Norte-Westfalia, Wolfgang Clement (socialdem¨®cratas ambos), intentaron hasta el ¨²ltimo momento forjar un rescate que hubiese podido contar con avales p¨²blicos de 430 millones de euros.
Casi todos los bancos acreedores, con la excepci¨®n del West LB y el Deutsche Bank, rechazaron una nueva inyecci¨®n de capital, que, de parte de las entidades financieras, hubiera hecho necesaria una aportaci¨®n cercana a los 200 millones de euros. Una suma similar iba a ser abonada por los principales accionistas de la compa?¨ªa.
La crisis de Babcock Borsig, que en el ejercicio 2000-20001 factur¨® 4.340 millones de euros, pero s¨®lo obtuvo 11,79 millones de beneficios, viene de lejos: ya en los a?os setenta y noventa estuvo a punto de suspender pagos. La estocada final fue la venta del rentable astillero HDW, en Kiel, a una sociedad estadounidense semanas antes de la suspensi¨®n de pagos.
Babcock Borsig es la octava gran empresa alemana que este a?o se ha visto obligada a suspender pagos.
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