Isabelle Kabatu considera que crear ¨®pera 'es m¨¢s emocionante que conducir un Ferrari'
La soprano belga debuta en el Real con 'Madame Butterfly', dirigida por Pedro Halffter
Luce un entusiasmo contagioso, que la eleva, y lo sabe transmitir. Isabelle Kabatu predic¨® los milagros de la ¨®pera ayer en el Teatro Real, donde a partir del pr¨®ximo mi¨¦rcoles debutar¨¢ como Madame Butterfly. 'Es el arte sin l¨ªmites, la fantas¨ªa no tiene fin en ¨¦l y es m¨¢s emocionante, m¨¢s r¨¢pido y m¨¢s fuerte que conducir un Ferrari', dijo. Al lado ten¨ªa a Pedro Halffter Caro, que dirigir¨¢ la reposici¨®n de este t¨ªtulo de Puccini en Madrid. A Kabatu, experimentada cantante verdiana y pucciniana, le gusta el maestro espa?ol: 'Aporta a la obra la frescura de su juventud', afirma.
Est¨¢ abierta a cualquier cosa que salga de su garganta. 'Todos queremos cantar de todo, y podemos en la calle, algo que recomiendo a todo el mundo, pero en el escenario, Dios me ha dado una voz para Puccini y para Verdi', cuenta esta soprano, heredera de las grandes cantantes negras como Leonthyne Price o Jessy Norman. En este caso hace de la japonesa m¨¢s famosa de la historia de la ¨®pera: la tr¨¢gica, noble e ingenua amante y madre Cio-Cio San, alias Madame Butterfly.
Es un personaje que Kabatu se sabe al dedillo, interpreta en grandes ocasiones -50 desde que debut¨® con ¨¦l en Nueva York en 1997- y asombra a los mismos japoneses, que la reconocen como aut¨¦ntica: 'Si pudiera, la cantar¨ªa todos los d¨ªas, pero es el personaje m¨¢s agotador y m¨¢s duro de Puccini. As¨ª que mi agente y yo elegimos bien las ocasiones'.
Para prepararlo se plant¨® en Jap¨®n. 'Fui con un pianista amigo m¨ªo, all¨ª aprend¨ª a moverme como ellas, a girar lentamente la cabeza, a saludar, a ponerme el quimono, a servir el t¨¦, a correr las celos¨ªas. Lo hago as¨ª porque no me gustan las caricaturas, me gustan las cosas profundas y respetuosas'. Y con ese arte, con esa disposici¨®n, asombra a los compatriotas de esta mujer, que vive entre la esperanza y la ceguera terap¨¦utica que a veces da el amor: 'Como hay japoneses por todo el mundo, me han visto muchos. Una vez, unos se acercaron al camerino a saludar. Les abr¨ª la puerta, preguntaron por Madame Butterfly y, cuando les dije que era yo, casi les da un pasmo. Exclamaron '?oh!', con la voz de fuera para adentro. Se quedaron alucinados', cuenta Kabatu. 'Mi apellido puede confundirse con el japon¨¦s y creyeron que lo era. Fue el mejor piropo que me han hecho nunca'.
Kabatu coincide con Pedro Halffter, que es la segunda vez en su vida que dirigir¨¢ una ¨®pera de gran repertorio despu¨¦s de haber hecho Carmen, de Bizet, en Dresde, en la visi¨®n de este personaje intenso y desvalido. Su entendimiento es b¨¢sico: 'Para m¨ª, Butterfly es, sobre todo, inocente e ingenua, y no pierde la esperanza nunca', dice Halffter Caro. 'La esperanza y el suicidio son rasgos muy comunes entre los japoneses y van unidos; Butterfly prefiere morir antes que perder la esperanza', afirma Kabatu.
El director ha preparado intensamente las cinco representaciones, que comienzan el 18 y acaban el 28. 'He tocado al piano la partitura todos los d¨ªas para llevar dentro la m¨²sica. Es la ¨²nica manera de interiorizar la obra', asegura el joven maestro. Parece que entre los dos se han contagiado un entusiasmo que promete.
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