Cien internos del hospital Psiqui¨¢trico viven en 'condiciones indignas', seg¨²n un estudio

Un largo pasillo de paredes blancas y suelo gris y fr¨ªo como la antracita. Una habitaci¨®n que parece un almac¨¦n, con dos o tres viejas camas met¨¢licas y ning¨²n destello de calidez. Una amplia sala, con una docena de remendados sillones de escay y un televisor al que nadie hace caso. ?ste es el hogar en el que vive, desde hace d¨¦cadas, sin ocio, sin actividades y sin rehabilitaci¨®n psicosocial, un centenar de pacientes del hospital Psiqui¨¢trico. Son enfermos mentales y disminuidos ps¨ªquicos que, a falta de otra cosa que hacer, deambulan todo el d¨ªa a la caza de un cigarrillo, en unas condiciones que seg¨²n la Asociaci¨®n Madrile?a de Salud Mental 'conculcan los derechos m¨¢s elementales de los enfermos'. La gerencia del hospital admite las deficiencias, pero asegura que desde 1999 ha invertido seis millones de euros y que no puede hacer todas las reformas necesarias a la vez.

El estudio realizado por la Asociaci¨®n Madrile?a de Salud Mental (AMSM), compuesta por 332 profesionales, denuncia 'el estado de abandono' de dos dependencias del hospital Psiqui¨¢trico de Madrid, la de disminuidos ps¨ªquicos y la de ingresos de larga estancia, donde algunos pacientes viven a?os. Este centro sanitario est¨¢ situado junto a la carretera de Colmenar y es gestionado desde hace m¨¢s de quince a?os por el Gobierno regional.

La asociaci¨®n encarg¨® en enero el informe a la Consejer¨ªa de Sanidad y al Defensor del Pueblo exigiendo la soluci¨®n de las deficiencias denunciadas. Sanidad a¨²n no ha respondido. El Defensor del Pueblo, por su parte, remiti¨® una carta a la AMSM asegurando que iba a investigar el asunto, aunque no han trascendido sus conclusiones.

El gerente del hospital, Antonio Barba, admite las deficiencias, pero insiste en que cuando ¨¦l lleg¨® al cargo, en 1999, el hospital estaba mucho peor. 'Hemos reformado la unidad de alcoholog¨ªa; hemos abierto una unidad de media y larga estancia en una planta que estaba ruinosa; una zona de cuidados intensivos psiqui¨¢tricos y una planta de toxicoman¨ªas', afirma Barba.

Reformas ordenadas

'Hay que seguir un proceso ordenado de reforma. Aunque me dieran todo el dinero necesario, no podr¨ªa reformar todo el hospital de golpe, porque en las unidades a renovar hay enfermos y necesitamos espacios donde ubicarlos mientras duran las obras', explica Barba. El gerente del hospital asegura que en 2003 empezar¨¢ a proyectar la reforma de las dos dependencias denunciadas. El estudio de la AMSM destaca que en la unidad de retraso mental, con 36 discapacitados ps¨ªquicos severos, 'hay un abandono absoluto en las estancias y en su mobiliario'. 'La sala de estar no re¨²ne las condiciones m¨ªnimas de comodidad y los pacientes se hielan en invierno y se asan en verano', a?ade el estudio, que fue elaborado a petici¨®n del comit¨¦ de empresa del hospital. De la unidad de larga estancia -con 63 enfermos mentales cr¨®nicos- el informe dice que 'falta personal y medios materiales para llevar a cabo las funciones rehabilitadoras deseables'. El estado de los dos departamentos denunciados contrasta con la situaci¨®n de los servicios del hospital que ya han sido renovados, como la unidad de media estancia, con 40 plazas, y la de alcoh¨®licos. Ambas son modernas y, a diferencia de las anteriores, s¨ª resultan acogedoras. Este efecto se ha logrado con cuadros y otros objetos decorativos, y con el pintado de las paredes con colores c¨¢lidos. Adem¨¢s, las habitaciones son dobles o individuales, est¨¢n dotadas de ba?o y disponen de mobiliario nuevo. Los sindicatos denuncian que de 1988 a 2000 'no hubo inversi¨®n alguna en el hospital'. 'Desde entonces se han hecho algunas mejoras, como la apertura de las dos unidades nuevas, pero las de retraso mental y larga estancia han quedado olvidadas, las ¨²ltimas reformas acometidas en ellas fueron en 1990', se?alan. Antonio Escudero, presidente de la AMSM, denuncia tambi¨¦n esta 'desigualdad' entre los distintos departamentos del hospital. 'Parece como si se estuviese invirtiendo en las unidades con mayor presencia de p¨²blico y dejando a un lado las que nadie visita', explica. 'Los pacientes ingresados, en algunos casos, carecen de apoyo familiar, y esto ha facilitado que se fueran quedando olvidados. Pero esto no es excusa, porque los tutela una instituci¨®n p¨²blica que debe velar por ellos', a?ade Escudero. Los problemas denunciados por la AMSM no acaban ah¨ª. El cierre de una de las tres plantas para estancias breves (unas dos semanas) ha generado, seg¨²n el informe, una excesiva ocupaci¨®n en las restantes: 32 pacientes por planta (no deber¨ªan superar los 20). Barba lo niega: 'Hemos ordenado que no haya m¨¢s de 28 pacientes por planta y, adem¨¢s, el nivel medio de ocupaci¨®n es del 70%. No hay hacinamiento'. El hospital dispone tambi¨¦n de otras unidades sin deficiencias rese?ables: dos de geriatr¨ªa, una de larga estancia y otra de corta; una de alcoh¨®licos (34 plazas) y otra de toxic¨®manos (18 camas).