Crucidrama
Se?or Defensor del Pueblo:
Soy un ciudadano provecto que logr¨® salir inc¨®lume de una dictadura, dos matrimonios, tres hijos y cuatro amagos de infarto. Bueno, pues, ahora, en plena senectud, lo que me est¨¢ dando la puntilla es el ruido. Madrid es un bramido hostil que se cuela en el est¨®mago y te puede llevar al delirio, como es el caso. Cansado de poner denuncias en vano y de enzarzarme en peloteras con la Polic¨ªa Municipal, he tenido que abandonar mi alma en manos de un psiquiatra. El buen hombre, incapaz de eliminar el fragor callejero que origina mis desatinos, me ha ordenado hacer crucigramas para serenar el esp¨ªritu. Pero estoy constatando que es peor el remedio que la enfermedad. Mi cabeza es ahora un meg¨¢fono de letras salvajes, s¨ªlabas estridentes y palabras estruendosas como un martillo neum¨¢tico.
Acudo a usted, se?or, en solicitud de amparo contra el estr¨¦pito de esta ciudad y contra los causantes del mismo, empezando por el alcalde, siguiendo por mi psiquiatra e incluyendo a los crucigrafistas (d¨ªcese de los que confeccionan crucigramas para que otros los solucionen). Ha llegado el momento de poner coto al libertinaje que propugnan los creadores de pasatiempos. En realidad, se?or, lo que hacen es alborotar la imaginaci¨®n de las gentes y sembrar en el intelecto del pueblo fonemas sinuosos que encrespan las potencias an¨ªmicas y dan pie a conceptos heterodoxos. Y algo que es m¨¢s bochornoso a¨²n para nuestra cultura tradicional: en los crucigramas se cruzan con total promiscuidad un dios griego con una santa del 14 de julio. Todas estas cosas provocan tormentas en el alma.
En los ¨²ltimos d¨ªas he recopilado algunas definiciones perpetradas en crucigramas de la prensa nacional que debiera usted traspasar al se?or Garz¨®n por si hubiera que actuar de oficio. 'Era un cerdo, pero se cur¨®' (jam¨®n). 'Algunos no aguantan la amargura de su soledad' (caf¨¦). 'Amante de San Ferm¨ªn' (Pamplona). 'Mata el rato, el tiempo, el gusanillo incluso' (asesino). 'Os digo que os pong¨¢is' (os). Devuelva usted el silencio a Madrid y a mis potencias.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.