Peregrinaci¨®n a 'Hiddink town'
Miles de coreanos visitan el pueblo holand¨¦s donde naci¨® su ex seleccionador
Convertido en sin¨®nimo de fama y ¨¦xito y en un ejemplo a seguir, el nombre de Guus Hiddink, el t¨¦cnico holand¨¦s que llev¨® a Corea del Sur a las semifinales del reciente Mundial de f¨²tbol, arranca pasiones entre los coreanos.
Ya nombrado hijo predilecto de Se¨²l y mientras las autoridades postales planean expedir sellos con su rostro, miles de ciudadanos asi¨¢ticos han decidido convertir en lugar de peregrinaci¨®n Varsseveld, su pueblo natal, una peque?a localidad holandesa situada cerca de la frontera con Alemania.
'Est¨¢n llegando decenas de turistas al d¨ªa y todos los s¨¢bados, hasta el pr¨®ximo mes de mayo, est¨¢ ya acordada la visita de por lo menos un autob¨²s', explica el portavoz del ayuntamiento, Wim Maatman. Las agencias coreanas que organizan viajes a Europa incluyen ahora una ruta que pasa por Londres, Par¨ªs, Roma, Varsseveld y Francfort. Tan s¨®lo una de ellas tiene lista de espera de m¨¢s de 20.000 personas, con lo que el n¨²mero de turistas que llegar¨¢ a la patria chica del t¨¦cnico holand¨¦s en los pr¨®ximos meses se hace pr¨¢cticamente incalculable.
En el campo de f¨²tbol los coreanos saltan, besan el suelo, se tiran sobre el c¨¦sped y se hacen decenas de fotos
Los primeros coreanos que viajaban por libre empezaron a llegar al pueblecito aproximadamente cuando Corea logr¨® situarse en los cuartos de final. M¨¢s tarde, la Oficina de Turismo descubri¨® que llegaban al aeropuerto de Amsterdam, se dirig¨ªan a la estaci¨®n de trenes y ped¨ªan un billete a Hiddink town (la ciudad de Hiddink). 'El nombre de Varsseveld es impronunciable para los coreanos, as¨ª que decidieron simplificarlo', explica Maatman.
Elevado casi a la categor¨ªa de semidi¨®s, la visita a los or¨ªgenes de Hiddink es 'una especie de peregrinaci¨®n a un lugar sagrado', como explica Byung Won Chun, c¨®nsul de Corea del Sur en Holanda. 'En nuestra cultura es muy importante conocer el origen de las personas, el lugar donde han nacido, los sitios donde han crecido...'.
La inesperada avalancha, que se intensific¨® cuando Corea pas¨® a las semifinales, desbord¨® a la localidad, que apenas tiene 6.000 habitantes, carece de hoteles y s¨®lo puede ofrecer a los visitantes un restaurante chino y dos modestos bares que sirven comidas. La decisi¨®n del t¨¦cnico de fichar por el PSV Eindhoven y volver a Holanda coincidi¨® con la llegada del primer autob¨²s en viaje organizado.
Repuestos de la primera sorpresa y dispuestos a no dejar pasar la oportunidad de capitalizar el ¨¦xito de Hiddink, tanto el ayuntamiento como la Oficina de Turismo organizaron con gran celeridad algunas actividades para los reci¨¦n llegados: planean construir un museo, est¨¢n haciendo folletos explicativos y letreros en coreano y han puesto en marcha la Ruta Hiddink, que tiene tres versiones: una, en tranv¨ªa tirado por caballos; otra, a pie, y la ¨²ltima, en bicicleta. Aunque ¨¦sta es m¨¢s larga que aqu¨¦llas y comprende los campos de los alrededores, ambas discurren por los lugares m¨¢s representativos de la vida de Hiddink: la casa donde naci¨®, el colegi¨® donde estudi¨®, los sitios donde jug¨® y, sobre todo, el campo de f¨²tbol donde dio sus primeras patadas al bal¨®n. En este punto los coreanos saltan, besan el suelo, se tiran sobre el c¨¦sped y se hacen decenas de fotos para ense?ar a sus conciudadanos a la vuelta de sus vacaciones.
La ruta, que excluye la casa de los padres del t¨¦cnico -'porque tienen m¨¢s de 80 a?os y prefieren que les dejen tranquilos'-, pasa tambi¨¦n por el dique de Hiddink, el bosque de Hiddink y el puente de Hiddink.
'La verdad es que el nombre, que es t¨ªpico de esta zona, se debe a una granja que hubo por aqu¨ª hasta medidados del siglo XIX y no creo que tenga nada que ver con la familia de Guus, pero los coreanos no lo saben y no les importa', asegura Maatman.
Divertidos con la vista de los peque?os coreanos cargados de c¨¢maras de fotos, los vecinos aceptan con tranquilidad lo que se les viene encima. Tan s¨®lo se han recibido algunas protestas de la familia Vonhonff, que vive en la casa en la que naci¨® el venerado Hiddink, 'porque a veces encontramos coreanos haci¨¦ndose fotos en el jard¨ªn'. Para paliar las molestias, la Oficina de Turismo ha mandado hacer un letrero en coreano en el que se ruega a los visitantes que respeten la intimidad de sus habitantes.
Muchos de ellos respondieron al llamamiento hecho por las autoridades locales para ofrecer alojamiento con desayuno en sus casas, una medida temporal hasta que se abra un hotel, para lo que el ayuntamiento ya ha recibido decenas de soliticitudes.
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