Balas por correo, la ¨²ltima locura

El mi¨¦rcoles pasado, Guus Hiddink daba vueltas por el hotel del PSV Eindhoven en Gran Canaria. Se hab¨ªa cumplido la hora de la rueda de prensa previa a su partido amistoso contra la UD Las Palmas. Pero la comparecencia del t¨¦cnico holand¨¦s se atras¨®. Una vez delante de los micr¨®fonos, pidi¨® a los periodistas hablar de forma distendida. Nadie imaginaba que el h¨¦roe de la ¨²ltima Copa del Mundo, quien llev¨® a Corea del Sur al cuarto puesto, reconocer¨ªa que, a veces, pasa miedo.

Hiddink estuvo afable, pero no intrascendente. Las preguntas giraban sobre el Mundial, la recesi¨®n del mercado, la trayectoria de los grandes equipos... Hasta que lleg¨® la pregunta que eligi¨® para introducir el tema que m¨¢s le preocupa: '?Le gustar¨ªa volver a entrenar en Espa?a?'. Su respuesta comenz¨® enumerando los atractivos del f¨²tbol espa?ol. Pero, de repente, se encamin¨® hacia derroteros insospechados. 'Hay cr¨ªticas, pero la base debe ser el respeto. En mi pa¨ªs, tambi¨¦n. Algunos quieren molestar, quitar la alegr¨ªa. Sufrimos algunas tonter¨ªas. Y aqu¨ª he visto im¨¢genes que me dan asco'.

Se refer¨ªa a los disturbios del derby sevillano, al ataque a un vigilante jurado, a la agresi¨®n a Prats... 'En mi pa¨ªs ocurre lo mismo', insisti¨®; 'algunos se han perdido'. A rengl¨®n seguido, reconoci¨® que ha recibido amenazas de muerte: 'Estoy molesto. Ocurri¨® hace semanas y ahora han vuelto. Estoy en una ¨¦poca de reflexi¨®n. Se puede criticar tras una derrota, pero llegar a las amenazas es de locos... No puedo vivir con estas situaciones. Me da pena. Me da miedo de vez en cuando que algunos locos puedan hacer da?o'.

Mientras pronunciaba esta frase hac¨ªa el adem¨¢n de mirarse la espalda. '?C¨®mo son las amenazas?'. 'Mandan balas'. '?Recibe escritos?'. 'Con balas por dentro'. '?No sabe por qu¨¦?'. 'Por los ¨¦xitos: 'Si tienes los mismos en la Liga o la Champions, te vamos a matar'. Es un precio muy duro'.

Hiddink ha sido una de las v¨ªctimas de amenazas de muerte por correo en Holanda, la ¨²ltima moda. Desde el asesinato de un l¨ªder ultraderechista, nadie se atreve a quitar hierro al asunto. El presidente de la federaci¨®n y el t¨¦cnico del Feyenoord, Bert van Marwijk, tambi¨¦n han sido amenazados.