'FUI UNA NI?A QUE TEN?A MIEDO DE CAERSE AL CIELO'
Podr¨ªa contarnos su vida en 25 l¨ªneas, por favor?
-Fui una ni?a que ten¨ªa miedo de caerse al cielo. Lo dije en un poema y es verdad. Era una ni?a dubitativa. Pero con mucha empat¨ªa. Y una adolescente bastante salvaje. Nada de sexo, drogas y rock and roll. S¨®lo pensamientos desatados, un poco esquizofr¨¦nicos y psic¨®patas, como todos los adolescentes. Me cas¨¦ joven, por primera vez, y mi madre me acus¨® de tercermundista. Ahora me doy cuenta de que llevaba raz¨®n. Tuve una hija, y la sigo teniendo a pesar de mis esfuerzos por darla en adopci¨®n. No me arrepiento de no haberle encontrado familia de acogida. Tambi¨¦n trat¨¦ de venderla a un circo. Ahora soy una adulta confundida, eternamente confundida, me temo. Ya no vislumbro la luz al final del t¨²nel como antes.
'Ahora escribo una novela, un ensayo y la lista de la compra todos los d¨ªas, que es lo que m¨¢s trabajo me cuesta'
'Me siento superior a los hombres. La masa encef¨¢lica del macho est¨¢ en desuso por el peso de la masa f¨¢lica'
-?Se volvi¨® a casar?
-S¨ª.
-?Felizmente?
-Como dec¨ªa aquel, siempre tropezamos en la misma piedra, pero qu¨¦ le vamos a hacer si no hay otra.
-?Cu¨¢ndo empez¨® a escribir?
-En cuanto que aprend¨ª. Era tan barato.
-?Era pobre su familia?
-No, clase media, pero sal¨ªa barat¨ªsimo.
-?Fue ni?a precoz?
-Para leer y escribir. Para buscarme la vida fui muy tard¨ªa.
-?Qu¨¦ escrib¨ªa?
-Peque?as composiciones, entre la poes¨ªa y el relato.
-?Recuerda alg¨²n verso de entonces?
-No. El tema era siempre muy c¨®smico. El cielo, las estrellas y qu¨¦ hago yo aqu¨ª. Me atormentaban las mismas preguntas que ahora. Se puede decir que intelectualmente no he evolucionado nada.
-Pero se ha integrado bien. Escribe, le dan premios...
-S¨®lo dos premios. Y s¨ª, la vida es extra?a, pero ?comparada con qu¨¦?
-?Le obsesiona la muerte?
-No mientras est¨¦ viva. Y cuando est¨¦ muerta me importar¨¢ tres carajos. Tengo valor para enfrentar la muerte. He estado en varias situaciones en las que no me preocupaba tanto la idea de morir como la de que ten¨ªa que morir matando.
-?La vida le ha sido hostil?
-No. Me ha tratado bien. Pero me pregunto por qu¨¦.
-?Se siente poeta o novelista?
-Siento tambi¨¦n el impulso de narrar. Me siento poema, no poeta. Quiero ser mi mejor poema. Pero tambi¨¦n tengo la vocaci¨®n de contar historias.-O sea, que se entrega sin ambages a lo que manda el mercado.
-?Yo? Mientras me paguen mi cheque...
-?Ha cambiado su vida el Premio Nadal?
-Ahora me hacen m¨¢s proposiciones y m¨¢s deshonestas. Un peri¨®dico me ha ofrecido una serie de 50 art¨ªculos de verano. Quer¨ªan pagarme 10.000 pelas por art¨ªculo. As¨ª que ha cambiado, pero no estrictamente para bien.
-?Y no se siente corrompida por escribir novelas como todo el mundo?
-Si de verdad empiezo a mirar todo con mucha moralidad me meto en una caverna y no salgo, la vida es sue?o y cuando muera de emoci¨®n que me saquen. Hay otras formas de luchar contra el mercado, y yo lo he hecho en mis novelas. Y tambi¨¦n hay que dignificar la profesi¨®n de escritor, digo el oficio.
-La poes¨ªa no es profesi¨®n.
-La m¨¢s antigua del mundo. Los juglares, los contadores de historias son tan viejos como el homo sapiens. Y siempre han tenido un papel esencial en la comunidad.
-Ya, ya, pero los poetas no se venden.
-S¨ª, la poes¨ªa es un compendio de cosas inefables del ser humano que no tiene la narrativa ni la ciencia ni el arte. A m¨ª los poemas me caen del cielo, y, por cierto, hace meses que no llueve.-?Tiene alg¨²n poema propio favorito?
-No me s¨¦ mis poemas de memoria. Recuerdo uno, aunque no es mi favorito: 'Es un trabajo duro / recoger cada d¨ªa / con el cuenco de mis manos / la luz del amanecer'. Se ve m¨¢s o menos la impotencia de los seres humanos, ?no?
-?Qu¨¦ tipo de poeta es?
-Amorosa, no. Despu¨¦s de Lope y Shakespeare hace falta mucho valor para torear ese toro. No me podr¨ªa definir, salvo por l¨ªrica y meditativa.
-Esta serie es sobre j¨®venes o casi que destacan. ?Por qu¨¦ usted?
-Eso. ?Por qu¨¦ crees que soy joven? ?Qu¨¦ hago yo aqu¨ª?
-Es corrosiva.
-Como el vitriolo. Nada de detergente para prendas delicadas.
-Inteligente.
-Superdotada. Lo dicen mis tests del colegio, yo no.
-Flamenca.
-Claro.
-Graciosa.
-No soy graciosa, soy certera. A veces nombrar la realidad, si es que existe, con palabras que m¨¢s o menos la definen es tan hilarante que puede ser gracioso, pero no lo es. Es hasta triste, ?no?
-?Del Atleti?
-M¨¢s bien del Betis.
-?A qu¨¦ achaca tanta virtud?
-A una dotaci¨®n gen¨¦tica espectacularmente buena, y a un ambiente que me ha potenciado todo menos eso. Por eso lo desarroll¨¦ tanto.
-?Fue malo ese ambiente?
-Vulgar, como el de cualquier persona de mi tiempo. Vivimos la dictadura de la mediocridad, y lo mejor es superar eso. Dinamitarlo.
-?Es su misi¨®n?
-Misi¨®n imposible.
-?Qu¨¦ escribe ahora?
-Una novela, un ensayo y la lista de la compra todos los d¨ªas, que es lo que m¨¢s trabajo me cuesta. La novela se titula Todas las mu?ecas son carn¨ªvoras.
-?Sigue la misma l¨ªnea?
-Yo no me repito, eh. No soy escritora de un solo libro ni escribo siempre el mismo libro como otros dicen que hacen. Si escribes siempre el mismo, ?para qu¨¦ tantos t¨ªtulos? El estilo s¨ª, est¨¢ ah¨ª desde el principio. Si tienes una voz propia, aunque sea producto de la ventriloquia literaria, mejor aprovecharla.
-?Y adem¨¢s cuida la casa?
-Claro.
-La igualdad.
-Por los cojones.
-?No es igual que ¨¦l?
-Me siento superior a los hombres. Me educaron as¨ª. Me ense?aron que la masa encef¨¢lica del macho est¨¢ en desuso por el peso de la masa f¨¢lica. Y como yo no ten¨ªa esa r¨¦mora...
-?Qui¨¦n le ense?¨® eso?
-Mi madre, y las monjas, que eran monjas buenas y ten¨ªan una estupenda biblioteca en varios idiomas donde le¨ª incluso Las once mil vergas, de Apollinaire. Las pobres no sab¨ªan qu¨¦ era eso.
-Igual s¨ª.
-Peor para ellas.
-No ser¨¢ feminista...
-Posfeminista. El trabajo duro lo hicieron otras. Hoy que sabemos que compartimos un elevado porcentaje del ADN con la mosca del vinagre, resulta marciano plantear desigualdades sexuales o raciales.
-?La Mancha imprime car¨¢cter?
-Es como un tatuaje en el alma. No imprime car¨¢cter, pero es una marca de origen. Es buena tierra.
-De mujeres bravas.
-?Yo y qui¨¦n m¨¢s?
-S¨¦ de una que cuando se cabrea le tira un Quijote de escayola a la cabeza de su novio.
-No jodas. Qu¨¦ mujer tan interesante.
-Visto lo visto, ?Espa?a va bien o no?
-Depende con qu¨¦ lo compares. Tenemos mucho complejo de culpa, pero, a pesar de nuestros gobernantes, va mejor de lo que deber¨ªa. Somos como un ni?o que ha crecido demasiado y no controla sus movimientos. Pero va a ser un chico alto. O una chica. Basta viajar un poco para darse cuenta.
-?Fuera est¨¢n peor?
-Francia, bastante peor; Suiza no es un para¨ªso; Am¨¦rica Latina no se puede comparar. Quiz¨¢ Suecia, o Noruega, pero la calidad de vida y la sensaci¨®n de libertad que tenemos aqu¨ª es dif¨ªcil de encontrar por ah¨ª. Yo ya no puedo vivir sin eso.
-Pero sigue entre Ginebra y Getafe.
-Me temo que no por mucho tiempo. Ginebra es muy bonita, apacible, tiene una luz maravillosa, pero no s¨¦ c¨®mo decirte. No temo a la soledad, pero viviendo all¨ª me siento condenada. Quiz¨¢ es que un pa¨ªs que se basa en el secreto bancario no puede funcionar bien human¨ªsticamente.
ENTRE GETAFE Y GINEBRA
?ngela Vallvey (San Lorenzo, Ciudad Real, 1964) es una de las voces (y una de las personas) m¨¢s originales, audaces y divertidas de la literatura espa?ola. Poeta de una pieza, amante del flamenco y de los viajes, madre de una hija de 12 a?os, ha conocido el ¨¦xito editorial al ganar el Premio Nadal 2002 con Los estados carenciales, y es autora de otras dos novelas: A la caza del ¨²ltimo hombre salvaje (1999) y V¨ªas de extinci¨®n (2000). Vallvey, que vive a caballo entre Getafe y Ginebra, combina una personalidad arrolladora con una escritura jugosa, fresca, de gran aliento l¨ªrico y un sentido del humor irreductible, ant¨ªdoto contra lo que llama 'la dictadura de la mediocridad'.
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