Canal hace bingo
El catal¨¢n alcanza la plata de los 400 metros con una carrera inteligente
Dicen que David Canal ha crecido, que no es el muchacho insconciente que un d¨ªa se enfrent¨® al gran Roger Black sin reconocerle. '?Qui¨¦n es ¨¦se?', pregunt¨® la primera vez que se enfrent¨® al brit¨¢nico, probablemente el mejor cuatrocentista europeo de la historia. Y dicen que tampoco es el ingenuo chaval que lleg¨® hace cuatro a?os a la final de los Europeos con dos zapatillas y un par de donuts como ¨²nico equipaje. All¨ª, en Budapest, ten¨ªa 19 a?os y era lo m¨¢s parecido a un esp¨ªritu libre. En la c¨¢mara de llamadas, cuando a los atletas les puede la tensi¨®n previa a las finales, Canal se comi¨® tranquilamente sus donuts y entr¨® a la pista. Ayer fue un atleta con un largo bagaje profesional y lo confirm¨® con una meritoria actuaci¨®n que le dio la plata en los 400 metros. Es una medalla relevante, pues pertenece al universo de la velocidad, inalcanzable hasta ahora para los atletas espa?oles.
Sin duda, Canal se benefici¨® del pobre panorama de la especialidad en Europa. El mejor es Ingo Schultz, un gigante alem¨¢n que corr¨ªa maratones populares durante su etapa como militar. Un sargento le dijo que aquello no era lo suyo, que deber¨ªa probar otra cosa. ?Qu¨¦ tal los 400 metros? Y, bien, Schultz corre los 400 metros con un aire tan marcial que parece un robot. A los especialistas naturales les parece un insulto. En la tribuna del estadio, Michael Johnson, el retirado rey de la distancia, se llevaba las manos a la cabeza. '?C¨®mo es posible que gane este tipo? A Schultz todav¨ªa le gano con mocasines', comentaba con un gesto de incredulidad.
El caso es que en Europa parece una proeza bajar de los 45 segundos, algo que no hace mucho lograban tres y cuatro brit¨¢nicos en una misma temporada. Pero no hay un Black, un Redmond, un Grindley, un Richardson, un Thomas... El mejor brit¨¢nico es Daniel Caines, un discreto cuatrocentista que hace fortuna en medio de las carencias actuales. Con este paisaje, Canal sab¨ªa que la oportunidad era espl¨¦ndida. S¨®lo necesitaba correr con inteligencia porque los rivales estaban contados: Schultz, Caines, quiz¨¢ el polaco Plawgo.
En esta situaci¨®n, no se dej¨® llevar por la excitaci¨®n. Situado en la calle adyacente a la que ocupaba Schultz, arranc¨® con cierta prudencia. En la contrarrecta le pas¨® el alem¨¢n como un ob¨²s. Fue un momento disuasorio: el gigante de dos metros aplastaba al liviano espa?ol, un atleta que nunca se ha distinguido por su pasi¨®n por el gimnasio y las pesas. El momento record¨® a otro que tambi¨¦n tuvo como protagonista a Canal. Fue en los Mundiales de Sevilla 99, en la semifinal, con Johnson a su lado. El norteamericano le super¨® con tanta facilidad que Canal se qued¨® bloqueado. En M¨²nich no se produjo la misma cat¨¢strofe. Reaccion¨® bien y en la curva comenz¨® a cazar gente. A la salida, s¨®lo ten¨ªa por delante a Schultz y Caines, y es bastante conocida la facilidad del cuatrocentista espa?ol en la recta. En una prueba en la que el ¨¢cido l¨¢ctico ataca a los m¨²sculos con una sa?a asesina, lo esencial es perder la menor velocidad posible. Es lo que sucedi¨® con Canal. Se control¨® bien y fue recogiendo cad¨¢veres. Caines revent¨® y Schultz estuvo a punto de hacerlo, pero aguant¨® como pudo en medio del entusiasmo de la hinchada.
Segundo con bastante facilidad, Canal consigui¨® un registro interesante -45,24 segundos- que le vuelve a situar en el umbral que pretende traspasar en las pr¨®ximas semanas. Quiere bajar de los 45 segundos y batir el viejo r¨¦cord de Cornet. Condiciones tiene, voluntad le ha faltado durante los ¨²ltimos cuatros a?os. Ahora, a las ¨®rdenes de Rafael Blanquer, parece m¨¢s metido en su profesi¨®n. Ya lo dice el catal¨¢n: 'Me conviene un hombre tan meticuloso como Blanquer porque yo soy un poco desastre'.
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