Interior cree que ETA dispone de 80 terroristas
Los padres de la ni?a asesinada piden a las autoridades que utilicen todos los mecanismos legales para acabar con ETANumerosos j¨®venes desaparecen de Euskadi para evitar fuertes condenas por violencia callejera
Un amigo le entreg¨® una revista con una carta dentro. Le dijo que la leyera en su casa y luego la destruyese. Se trataba de una oferta para ingresar en ETA. Ten¨ªa que presentarse unos d¨ªas despu¨¦s en un pueblo del sur de Francia, a una hora determinada y con una naranja en la mano.
?scar Calabozo as¨ª lo hizo. Luego sabr¨ªa que quien acudi¨® a aquella primera cita en Lestelle fue Javier Garc¨ªa Gaztelu, por entonces jefe del aparato militar de ETA. Uno y otro ya est¨¢n en la c¨¢rcel, pero tanto la Polic¨ªa como la Guardia Civil consideran que la organizaci¨®n terrorista dispone en la actualidad de otras 80 personas dispuestas a matar, un n¨²mero muy superior -el doble quiz¨¢- de lo que ven¨ªa siendo habitual. 'Creemos que pueden existir dos motivos para este incremento', explica un mando de la lucha antiterrorista, 'por un lado, hemos detectado la desaparici¨®n de muchos j¨®venes vascos y navarros, casi un centenar. Son gente ya fichada, a la espera de juicio por delitos de violencia callejera o por su pertenencia a las organizaciones ilegalizadas por el juez Garz¨®n. Deben temer que con la reforma del Codigo Penal puedan caerles penas de m¨¢s de 10 a?os de c¨¢rcel y han abandonado sus casas. Estamos seguros de que algunos han pasado a Francia. Por otro lado, las continuas detenciones de terroristas han hecho saltar la alarma en la direcci¨®n de la banda. [Desde 2000 han sido arrestadas 395 personas vinculadas a ETA en Espa?a y Francia]. Deben pensar que est¨¢n infiltrados, que les hemos colocado un topo o algo as¨ª, y est¨¢n cambiando a marchas forzadas su forma de actuar, constituyendo nuevos comandos, que pasan de una provincia a otra en cuesti¨®n de meses. Son gente nueva, inexperta, terroristas que caen enseguida, pero siempre despu¨¦s de haberse manchado las manos de sangre'.
Un ejemplo
Si hay un ejemplo claro es el de Unai Bilbao Solaeche. Ingres¨® en ETA el mes de octubre de 2001 y fue detenido el 25 de marzo de 2002, s¨®lo cinco meses despu¨¦s, pero ya con un asesinato en su historial, el del concejal socialista de Orio (Guip¨²zcoa) Juan Priede. Este peri¨®dico ha tenido acceso al sumario que se sigue contra ¨¦l en la Audiencia Nacional. Hay partes de su declaraci¨®n ante la Guardia Civil que son escalofriantes. 'Fuimos andando hasta el bar y vimos que el concejal estaba dentro, sin escolta. Entramos y le pegamos tres tiros en la cabeza'. Bilbao, de 25 a?os, tiene el t¨ªpico historial del nuevo terrorista de ETA. Con 18 a?os ya fue detenido por actos de violencia callejera, con 21 a?os se present¨® a las elecciones municipales en las listas de Euskal Herritarrok y enseguida empez¨® a colaborar con ETA como miembro legal -no fichado por la polic¨ªa- de un comando que actuaba en Vizcaya pasando informaci¨®n de posibles objetivos. Una vez captado por la banda, y antes de viajar a Guip¨²zcoa para asesinar a Juan Priede, Bilbao permaneci¨® en los grupos de reserva -taldes- de la banda terrorista en Francia, recibiendo un cursillo sobre manejo de armas y explosivos y tambi¨¦n sobre el robo de coches.
'Muchos de los terroristas que hemos detenido ¨²ltimamente', a?ade el mando antiterrorista, 'no ten¨ªan ni oficio ni beneficio cuando fueron captados por la organizaci¨®n. Y en algunos casos su formaci¨®n pol¨ªtica se reduc¨ªa a emborracharse los fines de semana en una herriko taberna, delante de las fotograf¨ªas de los presos. Una vez en ETA, nunca les falta el dinero, el objetivo y las armas. Otros, que s¨ª tienen casas, coches y estudios, son utilizados por la banda para esconder a los comandos o traerlos y llevarlos a Francia al tiempo que siguen viviendo su vida respetable, en Bilbao, San Sebasti¨¢n o donde sea'. A semejanza de otros grupos de delincuencia organizada, los terroristas de ETA se desplazan de un lugar a otro precedidos por un veh¨ªculo lanzadera, ocupado por miembros no fichados por la polic¨ªa y que les avisan por tel¨¦fono m¨®vil en el caso de que adviertan presencia policial.
De la documentaci¨®n judicial consultada se extrae adem¨¢s otra conclusi¨®n. A los nuevos terroristas de ETA no les preocupa quien muera, lo ¨²nico importante es matar. El desprecio por sus v¨ªctimas no s¨®lo lo demuestran antentados indiscriminados como el de Santa Pola, donde despu¨¦s de matar a una ni?a de seis a?os y a un adulto siguieron poniendo bombas. Tambi¨¦n cuando eligen a una v¨ªctima individualmente lo suelen hacer sin m¨¢s an¨¢lisis que la facilidad para matarles, a veces sin llegar a conocer sus nombres hasta verlos publicado en un peri¨®dico, al d¨ªa siguiente del atentado. 'Se trata de una especie de ruleta rusa en la que entramos todos', a?ade el agente, 'y que muera uno u otro puede depender tan s¨®lo de que el informante de ETA, el chivato que pasa los datos a los miembros armados, sea por casualidad nuestro vecino'.
Uno de los ¨²ltimos comandos detenidos por la Guardia Civil en San Sebasti¨¢n ten¨ªa como sopl¨®n a un frutero llamado Asier S¨¢ez, quien, al tiempo que despachaba tomates, iba anotando informaci¨®n de sus posibles v¨ªctimas.
ETA siempre siembra en terreno abonado. De ah¨ª que la polic¨ªa nunca se haya hecho con alguna de las cartas de invitaci¨®n que la banda terrorista manda a sus elegidos, quienes despu¨¦s de leerla y romperla suelen acudir puntuales a la cita de Francia con una naranja en la mano -a veces una manzana- o con una prenda de un color determinado. S¨®lo hablan de su existencia una vez que son detenidos. 'Casi siempre demasiado tarde', se lamenta el mando policial, 'pero antes o despu¨¦s caen'. Alg¨²n d¨ªa se sabr¨¢ cu¨¢l fue la ceremonia inici¨¢tica del asesino de Silvia.
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