Billete sin fecha de vuelta
Hace dos semanas que unos 30 viajeros esperan en Barajas para poder regresar a M¨¦xico
'No aguanto m¨¢s. Ma?ana comprar¨¦ un boleto para volver a M¨¦xico. Si no, me echar¨¢n de la universidad'. Armando Gim¨¦nez, un joven mexicano estudiante de Derecho, ten¨ªa pensado concluir su primer viaje a Espa?a hace 13 d¨ªas. Lleg¨® a Madrid el pasado julio con un billete que le regal¨® un familiar que trabaja de sobrecargo en la compa?¨ªa Aerom¨¦xico. Pero no era un billete regular, sino uno de los cientos que la empresa ofrece a sus trabajadores por s¨®lo 150 d¨®lares.
Estos pasajes est¨¢n sujetos a que haya plazas disponibles. As¨ª que la compa?¨ªa no garantiza una fecha de vuelta a los viajeros. Una treintena de ellos esperan desde hace m¨¢s de 10 d¨ªas poder partir hacia la capital mexicana frente al mostrador de Aerom¨¦xico en la terminal 1 del aeropuerto de Barajas. Catorce duermen en el suelo de la terminal. El resto ha conseguido alojarse con amigos o familiares en Madrid. Una veintena de carritos repletos de maletas y de bolsas de comida forman el cerco de este particular campamento. Los d¨ªas en el aeropuerto se traducen en una larga espera para regresar. Cada ma?ana, los pasajeros se apuntan en una lista de espera que se va renovando cada d¨ªa. 'Nos reunimos a las 9.00, repasamos la lista; vamos tachando a los que se van marchando y a?adimos los nombres de los que llegan. Nos aseamos en los ba?os del aeropuerto y hacemos turnos para vigilar las maletas', cuenta Armando.
Aerom¨¦xico fleta, de lunes a viernes, un vuelo diario desde Madrid a la ciudad de M¨¦xico y los domingos, dos. Entre los pasajeros que han quedado atrapados hab¨ªa, hasta ayer, algunas familias. 'Hoy mismo parti¨® una pareja con dos ni?as y otro joven que se hab¨ªa fracturado un brazo en el aeropuerto', explica Eduardo, otro de los afectados. Este joven empresario recibi¨® con entusiasmo el billete que le regal¨® su t¨ªo, piloto de Aerom¨¦xico, para viajar a Europa. 'Yo sab¨ªa que la empresa no garantizaba una fecha de vuelta, pero pens¨¦ que la espera iba a ser de uno o dos d¨ªas. Ya llevo 13. ?Te quedar¨ªan ganas de re¨ªr si llevaras tanto tiempo aqu¨ª, durmiendo en el suelo?', pregunta.
Los pasajeros intentan pasar la espera lo mejor posible. 'Por la noche, cantamos', cuenta Mariano Rodr¨ªguez, un escritor cubano que visit¨® la Semana Negra de Gij¨®n, que re¨²ne a escritores de novelas policiacas. 'En la presentaci¨®n de mi libro en M¨¦xico conoc¨ª a un amigo que me regal¨® el billete a cambio de un ejemplar dedicado de mi libro, Las huellas del Che, y me ahorr¨¦ el pasaje', explica.
La juerga nocturna de los acampados no debe de ser muy ruidosa, puesto que los empleados de un puesto de informaci¨®n de AENA frente al campamento no se hab¨ªan percatado ayer de su existencia. El gerente de Aerom¨¦xico en Espa?a, Jos¨¦ Luis Cuesta, manifest¨® ayer que los billetes emitidos en M¨¦xico tienen 'restricciones'. 'La gente que viaja con ellos est¨¢ informada de lo que puede pasar. La empresa no tiene ninguna responsabilidad. Nunca hab¨ªa pasado que la gente esperara tanto tiempo. Pero haremos todo lo posible para que el pr¨®ximo s¨¢bado todos los pasajeros hayan regresado a su pa¨ªs', concluye.
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