La nueva vida de Global Crossing
Un consorcio asi¨¢tico compra el 61,5% de la 'teleco' por un precio 200 veces inferior a lo que lleg¨® a valer en Bolsa
Global Crossing declaraba en enero su suspensi¨®n de pagos, lastrada por las acusaciones de fraude contable y los miles de millones invertidos en su red de fibra ¨®ptica. La 'teleco' ha pasado ocho meses en el 'limbo' hasta que, el pasado viernes, Hutchison Whampoa y Singapore TT decid¨ªan gastarse 250 millones de d¨®lares en comprar el 61,5% de su capital. Global Crossing lleg¨® a valer 48.000 millones.
La cantidad de fibra ¨®ptica disponible se multiplic¨® por cuatro entre 1998 y 2001, mientras los precios cayeron hasta un 60%
'?Global Crossing? ?se s¨ª es un caso interesante'. Gerald Faulhaber, profesor de Econom¨ªa y Pol¨ªtica P¨²blica en la escuela de negocios Wharton, ha analizado decenas de veces en clase la historia de la compa?¨ªa que desarroll¨® una de las mayores redes de cable del mundo y que, cuatro a?os despu¨¦s de su nacimiento, firmaba la mayor suspensi¨®n de pagos de la historia de las telecomunicaciones -despu¨¦s fue superada por Worldcom-. Es un caso complejo -'la tormenta perfecta', lo llama un directivo de la compa?¨ªa-, en el que se mezclan supuestos fraudes contables con fallos en las previsiones de demanda del mercado de la banda ancha. El final de la historia es que Global Crossing va a empezar una nueva vida en brazos de Hutchinson Whampoa y Singapore Technologies Telemedia (TT), que han comprado el 61,5% de la teleco. Pero para comprender este final hay que volver al principio, porque la empresa lleg¨® a valer casi 200 veces m¨¢s.
Global Crossing se ha visto afectada, por una parte, por un diluvio de oscuros esc¨¢ndalos relacionados con la gesti¨®n de la compa?¨ªa, de los muchos que fueron descubiertos tras el caso Enron. El antiguo director financiero ha denunciado que Global Crossing falseaba sus cuentas, ya que contabilizaba como ingresos el intercambio de su capacidad de red con otras empresas -algo que tambi¨¦n hac¨ªa Qwest-. El propio presidente de la teleco, John Legere, ha tenido que testificar en la C¨¢mara de Representantes sobre sus pr¨¢cticas contables. El nombre de Global Crossing est¨¢ tambi¨¦n implicado en la pol¨¦mica Jack Grubman, el analista de Salomon Smith Barney que recomend¨® comprar acciones de la compa?¨ªa, de la que ¨¦l tambi¨¦n era accionista. Era un valor muy popular, en todo caso, porque Harvey Goldshmid, de la SEC -el organismo que regula los mercados- tambi¨¦n tuvo acciones de la compa?¨ªa.
Sin embargo, 'la contabilidad no hunde a una empresa', dice Faulhaber. 'Es la contabilidad que trata de ocultar un mal negocio lo que hunde a una compa?¨ªa'. El profesor de Wharton, que fue durante dos a?os economista jefe de la FCC (el organismo que supervisa las telecomunicaciones en Estados Unidos), cree que Global Crossing es un ejemplo perfecto de lo que le ha sucedido a esta industria durante los ¨²ltimos cuatro a?os.
El mito de Internet
Global Crossing naci¨® en 1997, en un momento en que una de las obsesiones del sector era la llamada banda ancha. Varios estudios, incluyendo un informe del Departamento de Comercio estadounidense, repet¨ªan que el tr¨¢fico de Internet se duplicaba cada tres meses. La teor¨ªa parec¨ªa de una l¨®gica indiscutible: este incre¨ªble crecimiento de Internet indicaba que las web de las compa?¨ªas recibir¨ªan m¨¢s visitas y deber¨ªan producir m¨¢s informaci¨®n. La red telef¨®nica tradicional se colapsar¨ªa, lastrada por el peso de los datos y el acceso masivo.
Al amparo de esta idea nacieron compa?¨ªas cuyo modelo de negocio era aumentar la capacidad de la red; surgieron proyectos de banda ancha por tierra (KPNQwest), aire (los sat¨¦lites de Iridium) y mar. Fue este ¨²ltimo negocio el que eligi¨® Global Crossing, que invirti¨® unos 7.000 millones de d¨®lares en una red de fibra ¨®ptica transatl¨¢ntica que un¨ªa 200 ciudades de 27 pa¨ªses. La idea era alquilar esta fibra, de gran capacidad de transmisi¨®n, a compa?¨ªas telef¨®nicas y de acceso a Internet. No podr¨¢ haber suficiente ancho de banda, dec¨ªa la teor¨ªa. Si la construyes, la demandar¨¢n. Pero la compa?¨ªa nunca dio beneficios y, a finales del a?o pasado, su deuda duplicaba sus ingresos.
?Qu¨¦ fall¨®? El profesor Andrew Odlyzko, antiguo cient¨ªfico de AT&T, niega el mito de que el tr¨¢fico de la Red se duplicara cada 100 d¨ªas. Lo hizo entre 1995 y 1996, dice, pero, a partir de entonces, Internet creci¨® entre un 70% y un 150%, lejos del 1.000% que le atribu¨ªan los gur¨²s.
La demanda no creci¨® como se supon¨ªa que deb¨ªa, pero la oferta era desbordante. El mercado de capitales bull¨ªa de dinero, y las compa?¨ªas eran empujadas a invertir m¨¢s y m¨¢s. Las telecos aumentaban sus ingresos alrededor de un 5% anual, pero no era suficiente para lo que hab¨ªan gastado, y deb¨ªan seguir gastando. 'Los mercados penalizaban a quienes no invert¨ªan', recuerda Roberto Begozzi, vicepresidente de Global Crossing para el sur de Europa. 'Lo que ocurr¨ªa en el mercado no ten¨ªa nada que ver con la realidad'.
Odlyzko, ahora profesor de la Universidad de Minnesotta, calcula que, entre 1998 y 2001, la cantidad de fibra se multiplic¨® por cuatro, mientras que los precios llegaron a caer hasta un 60% en un a?o. El resultado es que ahora hay 'toneladas de fibra enterrada que nadie nunca llegar¨¢ a usar', dice Faulhaber. La tecnolog¨ªa sigue evolucionando y las redes necesitan mejoras en su calidad y capacidad, una inversi¨®n que las compa?¨ªas ya no pueden acometer. El grifo del capital se ha cerrado.
Lastrada por 12.500 millones de d¨®lares de deuda, Global Crossing decid¨ªa, el pasado 28 de enero, acogerse al cap¨ªtulo 11 de la ley que protege a las compa?¨ªas en suspensi¨®n de pagos de sus acreedores en EE UU. En estos meses, los directivos han tratado de reestrucuturar la compa?¨ªa mientras buscaban un comprador. El objetivo era evitar la venta de sus activos por pedazos, como le ha ocurrido a KPNQwest. Begozzi explica que la compa?¨ªa ha conseguido recortar sus gastos operativos un 70%, mantener los clientes y aumentar 'ligeramente' la facturaci¨®n.
El pasado viernes el caso daba un nuevo giro con la inversi¨®n de Hutchinson-la compa?¨ªa m¨¢s importante de Hong Kong- y Singapore TT. Se han gastado menos dinero del que preve¨ªan, ya que llegaron a ofrecer 750 millones en enero, tras la suspensi¨®n de pagos, un trato que fue rechazado por los acreedores por 'escaso'. El valor de la compa?¨ªa ha ido desangr¨¢ndose desde entonces. 'El mercado ha cambiado dram¨¢ticamente en los ¨²ltimos meses', explica Begozzi. Los acreedores recibir¨¢n un 6% de la compa?¨ªa, y los propietarios de bonos se quedar¨¢n con un 32,5%. Los accionistas, que han perdido un 85% de su inversi¨®n en el ¨²ltimo a?o, no reciben nada.
Global Crossing espera ahora formar parte de los planes de telefon¨ªa m¨®vil UMTS de Hutchison en Europa, y olvidar todo lo dem¨¢s. Begozzi s¨ª reconoce que la lecci¨®n est¨¢ aprendida: 'Las compa?¨ªas deben concentrarse en su negocio y no tomar decisiones por consideraciones no relacionadas con ese negocio. Depender de los mercados es un grave error'.
Sin novedades en Espa?a
Hutchinson Whampoa no ha querido comentar los planes que tiene para Global Crossing, aunque s¨ª ha asegurado que mantendr¨¢ los activos de la compa?¨ªa. Roberto Beguzzi afirma que entre ¨¦stos se encuentra el anillo de fibra ¨®ptica que la compa?¨ªa construye en Espa?a. 'Este pa¨ªs es la puerta a Am¨¦rica Latina, donde tenemos muchos intereses. No pensamos marcharnos', asegura. Global Crossing tiene 16 empleados en Espa?a. Diego Matas, director de la unidad de negocio de Empresas , explica que, aunque estos meses se han vivido con nerviosismo en la compa?¨ªa, los negocios han funcionado sin novedades. Business as usual, como se dice en ingl¨¦s. 'Desde el 28 de enero no hemos perdido ning¨²n cliente, y hemos conectado alguno m¨¢s', asegura Matas, aunque la compa?¨ªa no ofrece datos. La empresa reconoce que ¨¦ste no es el mejor momento para desarrollar proyectos de telecomunicaciones, y menos a¨²n en el ¨¢mbito de la famosa UMTS, donde Hutchinson ha puesto el ojo y donde las principales telef¨®nicas europeas intentan desinvertir. Pero Begozzi insiste en que la demanda no para de crecer. 'El UMTS es menos interesante que hace un a?o, pero llegar¨¢. El tr¨¢fico de Internet, y el de voz y datos en telefon¨ªa m¨®vil, crece constantemente'.
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