El 'calcio' toca fondo
Con 1.000 millones de deuda y las televisiones negociando a la baja, los clubes italianos recurren al Gobierno para tratar de superar la crisis
Con las cuentas en rojo por un total de 1.000 millones de euros y, lo que es peor, un palmar¨¦s internacional enormemente decepcionante en las dos ¨²ltimas temporadas, los clubes de f¨²tbol italianos libran una dura batalla por defender sus derechos sobre las transmisiones televisivas en un clima de crisis sin precedentes.
En el forcejeo con la cadena p¨²blica, la RAI, que no est¨¢ dispuesta a pagar los 88 millones de euros que le exigen, y con las de pago, Tele + y Stream, que no han firmado a¨²n un contrato con 22 de los 38 principales equipos, los dirigentes del calcio han llegado lejos al aplazar hasta el 15 de septiembre el inicio del campeonato, previsto para el d¨ªa 1. La Liga de clubes pedir¨¢ adem¨¢s al Gobierno, el 28 de este mes, que adopte medidas excepcionales para superar la grave situaci¨®n.
Lo m¨¢s inquietante, sin embargo, es que la alarma lanzada por la prensa, que ha recordado que s¨®lo durante la II Guerra Mundial se lleg¨® a interrumpir el torneo, ha dejado fr¨ªos a los aficionados, que no consiguen solidarizarse ni con los jugadores -m¨¢s de uno cobra hasta seis millones de euros anuales- ni con los due?os de los clubes, embarcados en los ¨²ltimos a?os en una loca carrera de fichajes que no han dado los frutos esperados.
El campeonato pi¨´ bello del mondo, como suelen calificarlo sin demasiada modestia los periodistas, vive sus horas m¨¢s bajas en v¨ªsperas del comienzo de la temporada 2002-2003, ya de por s¨ª marcada por la anunciada, aunque todav¨ªa no consumada, deserci¨®n de la m¨¢xima estrella del firmamento, Ronaldo.
Los tifosi ten¨ªan tan baja la moral viendo al brasile?o hacer p¨²blico su aprecio por el Madrid y su hartura del Inter que las escaramuzas negociadoras de los responsables de la Liga les han dejado impasibles. O, mejor dicho, les han visto colocados del lado de la RAI, seg¨²n una encuesta de Tel¨¦fono Blu, una asociaci¨®n de consumidores futbol¨ªsticos. Seg¨²n la misma, el 75% de los consultados no quiere tantas transmisiones de f¨²tbol en la televisi¨®n y considera oportuna la decisi¨®n de la cadena de parar los pies a los clubes.
Suspicacias
Pero las cosas no son tan simples. Las grandes squadras de Primera y Segunda (las series A y B), empezando por la Juventus, la m¨¢s cotizada, venden los derechos de transmisi¨®n de sus partidos a una televisi¨®n de pago, Stream o Tele +, mientras que la RAI se adjudica los res¨²menes de los mejores momentos de los encuentros.
Sin dejar de lamentar la espiral mercantilista que ha absorbido al f¨²tbol, muchos especialistas como el ex milanista Gianni Rivera, hoy metido en pol¨ªtica del lado de El Olivo, o el consejero de la radiotelevisi¨®n p¨²blica Carmine Donzelli, nombrado en representaci¨®n del centro-izquierda, se preguntan si no est¨¢ siendo la RAI excesivamente r¨ªgida al ofrecer s¨®lo 125 millones de euros por los derechos de las tres pr¨®ximas temporadas. Y si este enconado estira y afloja no terminar¨¢ por dejar en manos de la gran adversaria de la televisi¨®n p¨²blica, el grupo Mediaset, propiedad del primer ministro, Silvio Berlusconi, el man¨¢ de las transmisiones futbol¨ªsticas.
La sospecha ha sido adelantada ya por varios periodistas, como el editorialista del diario romano La Repubblica, Curzio Maltese, que se detiene a repasar los nombres de los protagonistas de este enfrentamiento hist¨®rico para llegar a la conclusi¨®n de que muchos est¨¢n directamente ligados a Il Cavaliere. En primer lugar, el presidente de la Liga de Clubes, Adriano Galliani, que lidera la batalla contra la RAI, es el presidente del Milan, el club propiedad de Berlusconi. Mientras tanto, del lado del ente p¨²blico, el intransigente negociador es el director general, Agostino Sacc¨¢, nombrado no hace mucho por el actual Gobierno.
Pero hay tambi¨¦n quienes, como el presentador de un hist¨®rico programa de televisi¨®n dedicado al f¨²tbol, Aldo Biscardi, est¨¢n convencidos de que se trata s¨®lo de una negociaci¨®n normal que acabar¨¢, como suele ocurrir en Italia, con un compromiso.
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