El grupo Bad f-Line publica su cuarto disco cargado de trepidante 'techno pop'

'Estamos plenamente satisfechos y convencidos. Le hemos dado dos mil vueltas a cada una de las corcheas y de las comas del CD'. As¨ª de ufano se muestra I?aki Bengoa cuando hace referencia al resultado final del cuarto disco de Bad f-Line, un trabajo que muchos catalogar¨¢n como rock industrial o techno punk, al imprimir la ferocidad el punk rock a diez temas guiados por trepidantes bases electr¨®nicas. Aunque el encargado de 'ritmos, muestras, secuencias y arreglos' en la banda guipuzcoana no le hace excesiva gracia la calificaci¨®n de techno punk.

'No nos gusta nada, la verdad. La tecnolog¨ªa nos gusta bastante m¨¢s. Y lo de punk lo aceptamos m¨¢s bien por car¨¢cter, siempre nos han gustado grupos intensos que consiguen transmitirnos todo su mal genio. Antes se defin¨ªa a los grupos con un nombre, ahora con la fusi¨®n se utilizan dos, y acabaremos con grupos que hacen punk-heavy-pop-jazz-folk-dance. Es decir, verbena', afirma el m¨²sico aludiendo a las influencias de un conjunto que concibe la poes¨ªa como un componente m¨¢s de su propuesta.

De hecho, el nuevo disco se cierra con la adaptaci¨®n de un poema de Leopoldo Mar¨ªa Panero. 'La poes¨ªa siempre es una referencia para nosotros. Nos gustar¨ªa que la gente tuviera que leer las letras, que con escucharlas no fuera suficiente, y que cada uno pueda darle su propio significado.', dice Bengoa.

Uno de los puntos en com¨²n del nuevo disco con los anteriores de Bad f-Line es la ausencia de t¨ªtulo. El conjunto identifica sus discos por el color de la portada, que en este caso es roja. Un gui?o a las identidades de los atracadores de la primera pel¨ªcula de Quentin Tarantino, Reservoir dogs.