Statu quo (4)
El Gobierno era liberal, pero muy intervencionista. Por ejemplo, se comi¨® la Comisi¨®n Nacional de Valores, y despu¨¦s vino lo de Gescartera. Como el Gobierno era te¨®ricamente liberal, pero omn¨ªvoro, se trag¨® la educaci¨®n p¨²blica universitaria, los equipos de investigaci¨®n y unas leyes laborales que ten¨ªan que ver con la confianza b¨¢sica, y eso fue provocando n¨¢useas en la sociedad. Pero el Gobierno, partidario de la anorexia del Estado, pero muy celoso del Estado, se comi¨® las n¨¢useas chup¨¢ndose los dedos. Incluso fue televisada la degustaci¨®n de millones de participantes en una huelga general. Los liberales del XIX, en aras de la libertad de expresi¨®n, esperamos en vano el momento glorioso en el que alg¨²n conductor de informativos nos sorprendiese declarando en pantalla lo que Bartleby, el escribiente de Melville: 'Prefiero no hacerlo'.
Al Gobierno, sin embargo, se le empezaron a atragantar la encuestas. Pero las encuestas, si se tiene el apetito de una cabra, tambi¨¦n son comestibles. Recuerden que todo un trabajo de campo del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas fue devorado in situ. Las proyecciones sobre las elecciones locales daban, al parecer, 'resultados delirantes', y eso justificaba su degluci¨®n. Nunca sabremos el misterio de esa encuesta embrujada. ?Acaso Fraga perd¨ªa por goleada en su feudo de Villalba? (La verdad, no se me ocurre otra breva m¨¢s delirante). No, seguramente no. Manuel Fraga, patr¨®n del liberalismo gastron¨®mico, actuaba una vez m¨¢s como vanguardia. Galicia entera se hab¨ªa desarrollado con la velocidad celeste del eucalipto, pero las amargas estad¨ªsticas -espa-?olas, europeas- dec¨ªan lo contrario de las caseras, cebadas como un cap¨®n al calor de la lumbre. Fue entonces cuando desde el Gobierno gallego se propuso 'consensuar' las encuestas discrepantes. Y Fraga lanz¨® una corriente alternativa: el neo-impresionismo. Una cosa era la ingrata realidad de las estad¨ªsticas y otra, muy distinta, 'la impresi¨®n'. La macanuda impresi¨®n. A ver, querido amigo, ?qu¨¦ es m¨¢s verdad? ?Una fr¨ªa estad¨ªstica o este plato de pulpo?
Y as¨ª fue c¨®mo la peregrina verdad, esa boluda, cay¨® exhausta y rendida ante el Ap¨®stol.
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